Una trágica y macabra historia persigue al Internado Aigner desde el año de 1990. Fueron los homicidios de cuatro estudiantes y las desapariciones de dos de ellos, que marcaron una generación.
Sus cuerpos aparecieron esparcidos por los alrededores d...
De la sombra mas oscura nace de la luz mas brillante.
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Habían pasado tres días desde que ellos vinieron.
Se llevaron toda nuestra evidencia, nos habíamos podido contactar un par de veces, todavía no tienen los análisis, pero por lo que nos dijo Theo, encontraron una huella que no era de ninguno de los chicos, eso es una pieza clave en todo esto de la investigación.
La huella de un desconocido, o por lo menos ahora lo era.
Todo parecía ir normal estos días, seguíamos nuestra búsqueda de los demás ojos o algo que nos pudiera ayudar, pero por el momento no teníamos nada.
Absolutamente nada.
Sali del comedor, estaba solo, no tenía idea dónde estaban los demás, en la mañana estaba con Leo, pero este dijo que tenía que ir por Alessa así que me dejo botado. Vi el gran muro que separaba las áreas de los menores para que no entraran a nuestros patios, no me podía creer que nunca antes había visto ese lugar.
Tenía curiosidad de entrar, o quizá mucho más que eso.
Estaban tan aislados, me preguntaba si lo eran a tal modo que estuvieran protegidos de las bestias que habitaban en el Internado. Que estuvieran ignorantes a todo el horror que en nuestro lado habitaba.
Deseaba que fueran ignorantes, a veces serlo puede salvarte la vida.
Eran niños que quizá no estaban conscientes de lo que pasó y estaba pasando.
Frecuentemente me sentía extraño, desde que había entrado a el Internado Aigner mi cuerpo parecía percibir distintas energías. Era más propenso a sentir cosas, a veces eso no me molestaba, pero en otras ocasiones si resultaba un inconveniente para mí.
Seguía mirando a el muro sin poder apartar la vista de este.
Me estaba volviendo impulsivo y eso me asustaba, cuando ese sentimiento de atracción nacía en mí, era casi imposible frenarlo. Solo era un impulso, uno que llamaba a siempre acercarme el peligro.
La curiosidad mato al gato, pero el gato murió sabiendo.
Tienes que ir hacia ese lugar.
Me estaba arriesgando a niveles descomunales, estaba solo, sin que nadie me protegiera, sin alguna arma. Pero algo me decía, algo dentro de mí me reclamaba que era sumamente importante que me acercara, un sentimiento tan fuerte que me convenció.
Me estaba arriesgando de igual manera que me expulsaran; Alguien me podía ver.
Hay algo del otro lado que es importante que tenga entre mis manos.
¿Qué es lo que es?
El muro era impenetrable a simple vista, no podía escalar, así que comencé a buscar otra entrada sin parecer sospechoso y que las cámaras me vieran. Vi que el muro seguía a la entrada del bosque, y otra idea estúpida nació en mí.
