◈ BELLATOR |MARVEL [2]

18. battle

FREYA CABALGABA CON rapidez, ansiosa de poder volver, y queriendo saber cómo estaría su pueblo, con el corazón en el puño, pensó en Björn y esperaba que hubiera sido obediente y se hubiera escondido de todos. Quill estaba detrás de ella, viendo con curiosidad la espada y haciéndole preguntas sobre ella.

—Si—respondió Freya ante la pregunta—. La espada obedece mis órdenes.

—¿Tiene vida propia?  ¿Le duele si le digo que es fea? ¿Tiene un nombre? Tiene cara de Mario.

Freya ante la sarta de preguntas estúpidas dio una carcajada sin poder aguantarse

—¿He hecho reír a la reina?—Peter preguntó con una sonrisa.

—Ni de donde vengo tenían bufones tan divertidos en el palacio —pero la sonrisa de Freya murió cuando vio que no había casi nadie, todo estaba silencioso, no se escuchaba el bullicio de la gente, el silencio le dio a Freya escalofríos. Cuando entró a sus tierras vio que estaban vacías, los puestos y casas estaban abiertas pero no había nadie. Los dos guerreros sacaron sus espadas, Freya sintió su corazón acelerarse.

—Björn—murmuró antes de mandarle a el caballo para ir rápidamente, recorrió todo el camino, pero ningún alma se encontraba, llegó a su castillo. Y sin siquiera ella abriera las puertas, estás se abrieron solas. Toda su gente estaba allí, todos parados ,  asustados, frente a el trono, cuando Freya se bajo de su caballo todos abrieron los ojos sorprendidos y aliviados, pero nadie dijo nada, todos se hacían a un lado, mientras Freya caminaba hacia su trono sacando la espada del verano, con Peter y sus dos guerreros detrás de ella, una vez todos se hicieron a un lado , la chica fue hacia adelante viendo lo que estaba frente suyo. Ella reconoció a las criaturas; eran draugar; no muertos, fantasmas que poseían los cuerpos de los difuntos guerreros vikingos dotados de una fuerza sobrehumana, podían aumentar de tamaño a voluntad y llevaban consigo el hedor inconfundible de la decadencia. Todos formaban una línea y sentada en el trono de ramas estaba lo que antes era una bella muchacha llamada Siriana, ahora maldita y con el tiempo; un horrible monstruo de proporciones desfiguradas y horribles.  Tenía una daga en el cuello del pequeño niño rubio que trataba de no mostrar miedo, y a simple vista se veía sin miedo pero Freya que lo conocía sabía que estaba asustado.

—Siriana—Freya habló—. Vete de aqui.

Apretó más el cuchillo hacia la garganta de el niño.

—Mucho tiempo sin verla, mi alteza—su voz rebosaba veneno—. Se ve igual de joven y hermosa. Aunque claro la belleza es su especialidad ¿no? 

—Deja ir al niño—Freya dijo, sin quitarle la vista—. Y seré piadosa.

—El niño, si...—la Angrboda agarró con mas fuerza a Björn haciéndole mas daño—. No sabes cual fue mi sorpresa cuando me dijeron que Freya tenia un hijo, pero me pregunte ¿de quien? ¿quien podría aguantarla para tener un hijo?—luego vio a Peter quien traía una de sus armas, esperando que Freya le dijera que hacer—. ¿Es de él? ¿O de Loki?—Freya apretó la mandíbula—. Oh si, si ,si todos nos enteramos de él, te manda saludos desde el Hel. Deja la corona a mis pies.