Durante todo el transcurso de su vida, Brooklyn Stilinski jamás había creído tener algo de especial. Con el peso de la escuela sobre sus hombros y un trabajo de medio tiempo en una cafetería, siempre creyó que era una chica más del montón con la úni...
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—No creo que sea una buena idea, Stiles —admití, caminando inseguramente detrás de él por entre los árboles.
—Solamente vamos a hablar con él, ¿bien? Será rápido y seguramente nadie se va a dar cuenta de lo que hicimos —dijo despreocupadamente, metiendo las manos en los bolsillos del saco que utilizaba.
Me mordí el interior de la mejilla, todavía sin estar del todo convencida, y me apresuré a rodear el auto de policías donde un par de oficiales habían metido a Derek Hale hace unos minutos atrás. Los chicos llamaron a la policía anoche, avisándoles acerca de lo que descubrimos, y Derek estaba a punto de ser llevado a la estación de policías para ser interrogado.
Cerré la puerta después de que subí y me giré hacia la parte posterior del auto, viendo la mala mirada que Hale estaba dándole a Stiles y encogiéndome en mi lugar cuando me miró de la misma manera. Stiles tronó la lengua, siendo el primero en hablar, con mucho menos miedo e inseguridad que yo.
—Solo para que lo sepas, no te tenemos miedo —le dijo, mirándome de reojo luego de eso y añadiendo—: Bueno, tal vez un poco, pero queremos saber algo. La chica a la que mataste, era una mujer lobo. ¿Era de un tipo diferente? Digo, puede transformarse en lobo, y nosotros sabemos que Scott no puede. ¿Por eso la mataste?
— ¿Por qué se preocupan por mí cuando su amigo está en problemas? —cuestionó el próximo preso. Mi mirada se desvió hacia un lado, viendo a Scott a través del cristal de la ventana—. ¿Qué creen que pasará cuando se transforme en el partido? ¿Seguirán animándolo? No puedo detenerlo, pero ustedes sí. Y créeme. Es lo mejor —dijo con un tono de voz bajo y profundo, acercando su rostro al mío, separados por la rejilla de seguridad.
Di un respingo en mi lugar cuando escuché la puerta del auto ser abierta y una de las manos de papá tiró del brazo de Stiles, sacándolo bruscamente del vehículo. Ambos se pararon frente al auto, comenzando a hablar, y mi mirada se mantuvo puesta en Derek al igual que la suya en mí.
— ¿Por qué me miras tanto? El viernes en la noche también estabas haciéndolo —dije con la voz temblorosa, mi mano tanteando la superficie de la puerta en busca del seguro.
—Has cambiado mucho —respondió.
—Dices eso como si nos hubiéramos conocido antes —murmuré con confusión.
—Quizá lo hicimos.
—Uh, no. Estoy completamente segura de que no te había visto antes del viernes por la noche —afirmé.
Derek se encogió de hombros, echando su cuerpo hacia atrás, alejándose de mí.
—Tal vez en otra vida —comentó con casualidad.
No respondí y tiré del seguro de la puerta en cuanto logré encontrarlo, bajando del auto y apresurándome a seguir a Stiles hacia el Jeep después de que papá le dijera que se fuera. Afortunadamente no hubo regaño para mí, dejándome huir rápidamente con una extraña sensación recorriendo todo mi cuerpo debido a las palabras del sujeto en el auto.
