Durante todo el transcurso de su vida, Brooklyn Stilinski jamás había creído tener algo de especial. Con el peso de la escuela sobre sus hombros y un trabajo de medio tiempo en una cafetería, siempre creyó que era una chica más del montón con la úni...
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Papa ya estaba durmiendo en su habitación luego de beber cuando Scott llamó con la noticia de que el tío de Derek saldría con su madre a una cita y que no permitiría que le hiciera daño, pidiéndonos ayuda. Beca no hizo preguntas de a dónde íbamos a esta hora tan apurados, permitiéndonos salir corriendo. Scott dijo que no había tiempo que perder yendo por él a su casa, diciéndome por qué calles ir para alcanzarlos mientras que él iría corriendo. Cuando dimos con las matriculas que nos dictó, Stiles me obligó a bajar del auto y luego los golpeó.
— ¿Estás bromeando? ¡Stiles! —gritó la madre de Scott con molestia cuando bajó del auto de su cita y vio al causante del accidente.
— ¿Señora McCall? —preguntó él con fingida sorpresa, cerrando la puerta del Jeep al bajar.
— ¡Sí!
Salté en mi lugar cuando sentí a alguien tomarme el brazo, pero me relajé cuando vi a Scott junto a mí. Stiles estaba siendo regañado por la madre de su mejor amigo y para mí sorpresa, no parecía tener nada de miedo a pesar de estar en presencia del Alfa y a diferente de la última vez que lo vimos, ya no tenía el rostro quemado. Agradecí en mí interior que me hiciera bajar del auto antes de llegar a ellos porque no podría fingir tranquilidad frente a él luego de lo de la otra noche.
No había podido dormir bien luego de eso. Cada vez que cerraba los ojos, montones de imágenes y voces diferentes llenaban mi cabeza y me volvían imposible descansar.
—Vaya, esto es una locura. Qué coincidencia, ¿no? Es decir, no sé qué pasó. Salieron de la nada —comentó entre risas
— ¡Salimos de la nada! —La madre de Scott se veía bastante molesta—. Estábamos estacionados a un lado de la carretera, Stiles.
— ¿Qué tan loco es eso? Probablemente deberíamos llamar a la policía, para, ustedes ya saben, hacer algo parecido a un informe de accidente.
—No creo que sea necesario.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al oír la voz de Peter Hale, recordando de forma vívida la sensación de sus garras enterrándose en mi cuello. Apreté el brazo de Scott como reflejo, llamando su atención, pero no dijo nada.
— ¿Estás seguro? Creo que estoy sintiendo un pequeño latigazo.
— ¿Qué? ¡Tú nos golpeaste!
—No sé, algo definitivamente anda mal con mi cuello.
Pude ver a Peter Hale alejarse de ellos y por la expresión concentrada en el rostro de Scott, fue fácil descubrir que estaba hablándole. Y a juzgar por la expresión de pánico que mostró unos segundos después, no fue nada bueno.
—Jackson —jadeó sin aire, comenzando a correr.
Me apresuré a seguirlo, sintiendo mi corazón latiendo apresuradamente, preocupada por qué estaba sucediendo.
