| Luna llena.
Brooke.
Levanté la vista de mi cuaderno y me quité uno de los auriculares cuando los gritos de los chicos en su práctica de lacrosse se volvieron más ruidosos que la canción que yo oía. Dejé el bolígrafo y el cuaderno a un lado, pausando la canción que se reproducía y decidiendo mirar el entrenamiento un rato.
El entrenador sopló su silbato después de decir algo que no escuché y el jugador con el número 11 corrió hacia la portería con la bola en su red. Los chicos que protegían la portería lo frenaron, mandándolo al suelo y provocando las burlas de los demás.
Scott se levantó de un salto del suelo, volviendo a la fila los que esperaban su turno para jugar, deteniendo a Stiles con su palo en el pecho para pasar antes que él aunque ya había tenido su turno.
— ¡Eso es, McCall! ¡Ése es el espíritu! ¡Gánatelo! —gritó el entrenador contento.
Scott salió corriendo en cuanto el silbato sonó, empujando con fuerza a los dos chicos que lo tiraron al suelo antes y luego arremetió violentamente contra el portero.
— ¡Danny! —grité espantada, levantándome de mi lugar como reflejo, viéndolo caer al suelo bruscamente.
Me adentré al campo y me acerqué a él. Todos los jugadores se acercaron también, únicamente siendo Jackson y yo los que nos arrodillamos a su lado. A pesar de tener el casco puesto, el golpe de Scott fue tan fuerte como para lograr que sangre comenzara a escurrir por su nariz.
— ¿Viste eso? —preguntó uno de los chicos.
—No lo golpeó tan fuerte —opinó otro.
— ¿Estás bien, Danny? —pregunté.
Pude ver como intentó enfocar su vista en mí cuando hablé, pero sus ojos no parecían poder mantenerse quietos. Le di una mirada preocupada a Jackson, que me miró igual de preocupado.
—A un lado —pidió el entrenador, llegando con un paramédico.
Luego miré a Scott, viéndolo de pie a un costado como si nada fuera su culpa. Musité una disculpa hacia Jackson y me levanté para acercarme a él, molesta.
— ¿Qué demonios fue eso, McCall? —espeté, mirándolo desconcertada.
— ¿Qué? Es dos veces más grande que yo —se defendió.
—Pero todo mundo ama a Danny. Ahora todos te odiarán —argumentó Stiles.
—No me importa —gruñó Scott, yéndose.
Stiles lanzó un bufido, girándose para ver que sucedía con Danny. Me quedé a su lado, viendo a Lydia llegar corriendo al lado de su novio.
— ¿Se encuentra bien? —preguntó, mirando a Danny.
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wolves | #1 | teen wolf
Fiksi PenggemarDurante todo el transcurso de su vida, Brooklyn Stilinski jamás había creído tener algo de especial. Con el peso de la escuela sobre sus hombros y un trabajo de medio tiempo en una cafetería, siempre creyó que era una chica más del montón con la úni...