'Amiga' parte 2 /2

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Capítulo dedicado a yeonwoohazmehijos


Seunghee abrió la puerta de su departamento, y ambas entraron casi tropezandose con todo lo que había al rededor y chocando con la pared y la puerta, todo esto sin despegar sus bocas ni un segundo.

Se tumbaron en el sofá más cercano que había e intensificaron la frecuencia y la profundidad de los besos, su temperatura corporal se incrementó súbitamente y Sorn, quien quedó encima de Seunghee se desprendió de los labios de Seunghee y entre jadeos le dijo

-Quiero hacerlo contigo

-Yo también- respondió la mayor sin dudarlo un segundo. Se incorporó ligeramente para poder bajar el zipper del vestido que llevaba, y la menor deslizó éste por los hombros y luego por los brazos de Seunghee hasta su ombligo, se maravilló ante la hermosura que irradiaba la preciosa joven coreana con ese sostén de color rojo, pero pensó que se vería mucho más hermosa si no lo trajera puesto; pasó sus brazos por la espalda de la mayor y desabrochó sus sostén y lo deslizó por sus brazos hasta quitárselo. Se quedó perdida en esos perfectos senos cuyos pezones erectos la invitaban a tocarlos; regida por el instinto atrapó con su boca uno de esos preciosos botones rosados y probó la dulzura del mismo. Con la otra mano manipuló en otro seno y jugueteó con él mientras que con la boca devoraba el otro. El cuerpo de la mayor, sumido en la excitación, no dejaba de retorcerse y soltar ocasionalmente algún gemido.

Sorn terminó su trabajo cuando hubo quedado la zona un poco enrojecida por la actividad y mojada por su saliva. Unieron sus bocas en otro prolongando beso, y mientras lo hacían, Seunghee despojó de su chaqueta y pantalón a Sorn, mientras que ésta quitó el vestido de Seunghee y su ropa interior.

Sorn besó con entrega genuina el cuello de Seunghee, pasó su lengua por la longitud de este y por su surco ejerció ligeras succiones, cosa que enloqueció a Seunghee ya que no paraba de jadear y retorcerse; la menor lamió y besó los hombros y el pecho de su compañera, y descendió su boca por su vientre, sin dejar de trazar besos por todo el lugar hasta llegar a ese templo que ahora estaba más húmedo que nunca.

Sorn se detuvo y busco en la mirada de Seunghee un gesto de aprobación, y la mayor, cuya mirada no expresaba otra cosas más que necesidad y libidinosidad, separó las piernas en señal cooperación, dejando claro de esta manera que lo deseaba tanto como Sorn. La tailandesa se colocó en el suelo y puso su rostro a la altura de la entre pierna de su compañera, y, habiendo contemplado con fascinación ese templo que emanaba con abundancia ese licor que era solo una muestra ostentosa del placer que consumía a Seunghee, pegó su boca en los preciosos pliegues húmedos, y Sorn soltó un gemido al probar por primera la dulzura de ese elixir. Seunghee respingó y su respiración se entrecortó, miró el techo pasmada y sin poder creer lo maravillosa que era esa nueva sensación.

Sorn trabajó arduamente su lengua, desplazandola por en medio de todos los pliegues; separó con cada dedo pulgar los labios de su amante y masajeó el orificio que empezaba a dilatarse. La mayor tensó su cuerpo y respiro pesadamente, no dejaba de mirar el techo, aunque en realidad no estaba poniendo atención a él, si no que estaba concentrándose en lo deliciosa que se sentía la lengua de Sorn ahí abajo. Con uno de sus dedos, Sorn acarició en círculos la pequeña protuberancia que sobresalía sobre ese delicado altar. Seunghee no pudo evitar soltar un quejido, pero no era de dolor, si no de gratitud; ambas extendieron sus manos para tomarse de ellas y las agarraron fuertemente.

Sorn ahora dirigió su lengua para estimular el clítoris erecto de Seunghee, lo movió con la lengua, lo besó, lo chupó con los labios, jugueteó con él, y Seunghee, por su parte, se dedicó a pronunciar el nombre de Sorn entre sus incesantes gemidos; cerraba los ojos, echaba su cabeza hacia atrás, suspiraba, mordía sus labios, y todo esto servía de estímulo e incentivo para Sorn, quien orgullosa de lo bien que realizaba su labor, probaba utilizar sus dedos para enloquecer aún más a Seunghee.

Colocó la punta de su dedo en la entrada de la coreana, y le dio un leve empujón; Seunghee volvió a quejarse, pero le pidió que intentara introducir otro, y así lo hizo. La menor introdujo otro dedo más y comenzó a moverlos ligeramente para adaptar la cavidad de Seunghee a ellos. Al ver que la mayor no oponía resistencia alguna, comenzó a trabajarlos más arduamente sacándolos con totalidad y volviendo a meterlos hasta que ya no entraran más. Seunghee homenajeó la habilidad de Sorn con un grito prolongado y la sacudida de su cuerpo.

La tailandesa siguió efectuando ese vaivén con sus dedos, sintiendo como las húmedas y calientes paredes de Seunghee apretaban sus dedos y los líquidos se escurrían por su mano. Aceleró la frecuencia de las sacudidas de sus dedos haciendo que Seunghee pusiera los ojos en blanco y su respiración se volviera pesada y profunda.

Sorn se echó encima de Seunghee y la beso primero en el cuello y después en la boca; Seunghee probó sus propios fluidos cuando la menor la beso y, chupó cada gota de la boca de Sorn hasta haberse asegurado de haber consumido todo el licor que a ella misma embriagaba.

La menor volvió a trabajar sus dedos entre las piernas de su amante, ésta agradeció con un gemido y correspondió el acto alargando su mano hasta encontrar el centro de Sorn para masturbarlo de la misma manera, y cuando lo encontró, hizo exactamente lo mismo que había recibido de parte de la menor. Estímulo su clítoris, jugueteó con él, deslizó sus dedos por toda la humedad que recubría ese adorado templo, introdujo sus dedos provocando un ligero quejido por parte de Sorn, quien no había detenido en ningún momento la actividad que realizaba con tanta entrega.

Después de largo rato de arduo trabajo ambas empezaron a sentir los primeros anuncios del clímax que se aproximaba. Aceleraron los movimientos de los manos y las sacudidas de sus caderas, y después de haber unido sus bocas nuevamente con desesperación, alcanzaron la victoria al mismo tiempo; sus cuerpos fueron sacudidos violentamente, soltaron un grito ahogado y sus espaldas se arquearon.

Sorn, quien permanecía encima de Seunghee, se desplomó sobre ésta, y Seunghee atrapó a Sorn en un abrazo, rodeando su cuello y besando su cara. La menor casi se desvanece despues de haber llegado al orgasmo, probablemente de cansancio, probablemente porque fue el orgasmo más potente que en su vida había experimentado.

Sus respiraciones pesadas y profundas se mezclaron cuando Sorn alzó la vista para mirar a Seunghee, quien a penas podía con su propia alma. Cuando cruzaron miradas instintivamente se formó en sus rostros una sonrisa que precedió el más tierno de los abrazos. Hacía frío, así que Seunghee cubrió sus cuerpos con su manta de dormir, y continuaron en esa misma posición durante largo rato; Sorn acostada en el pecho se Seunghee, y Seunghee acariciando su cabello y besando su cabeza. La sensación de estar así de unidas era maravillosa, tanto que ninguna quería que este momento terminara nunca.

-¿Que sucederá ahora?- preguntó Sorn mientras trazaba líneas con su dedo sobre el pecho de Seunghee.

-¿Mh?- emitió Seunghee dejándose llevar por el placentero bienestar que le proporcionaban esas caricias.

-Entre nosotras. ¿Que se supone que somos ahora?

Hubo un momento de silencio entre las dos.

-¿Es necesario pensar en eso ahora?- preguntó Seunghee besando tiernamente la cabeza de Sorn y acariciando maternalmente su mejilla. Sorn se incorporó.

-Sí. Seunghee te amo. No puedo verte más como una amiga después de esto.

-Yo tampoco- Seunghee besó sus labios.

-Sé mi novia, por favor, quiero que seamos más que amigas. Quiero hacer esto todos los días, quiero amarte y hacerte feliz, quiero que seas mía, y quiero ser tuya a partir de ahora- Sorn tomó la mano de Seunghee y sin perder el contacto visual la besó encarecidamente. Seunghee sonrió la abrazó tan fuerte como pudo.

-Sí, eso quiero. Lo he deseado por tanto tiempo- sus ojos se cristalizaron- Te amo, Sorn.

-Te amo Seunghee- Sorn correspondió el abrazo.

Sorn volvió a acostarse sobre Seunghee y volvieron a entregarse a las caricias mutuas hasta desfallecer del sueño.

CLC One Shots [SMUT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora