Yeeun por fin llegó a la vivienda, después de atravesar el espeso bosque bajo la penumbra de la oscura y fría noche, sus labios temblaban, ni siquiera había notado que tenía la piel muy fría, pues la desesperación de ver a su amada no le permitía pensar en nada más que en ella.
Cayó de rodillas, con la respiración agitada y las piernas débiles, ni siquiera se acordó de ponerse sandalias. También tenía los pies heridos, pues las rocas y las ramas habían hecho estragos en su piel. Sin embargo nada de eso le importaba.
Dejó prudentemente una distancia de varios metros entre la casa de madera y ella, se escondió parcialmente detrás de las plantas de té de la plantación familiar, tomó aire y emitió ese sonido de lechuza que Eunbin le había enseñado hace unos días. Tenía miedo de ser escuchada, en lugar de su amada, por su padre o su madre, o por sus hermanos mayores.
Los grillos cantaban a coro sus canciones, de repente el brillo verdoso de las luciérnagas flotaba a su al rededor, una ráfaga de viento hizo bailar su cabello. Ahora estaba temblando, pero no de frío, si no de temor. Le preocupaba haber sido olvidada por ella. 4 meses sin saber nada de su querida Eunbin, perteneciente al clan Kwon -enemigo del clan Jang por generaciones- le habían parecido una eterna pesadilla. Haber sido separadas por los padres de Eunbin era la peor de las crueldades.
Había llegado un punto en el que la desesperación la había consumido tanto que esa noche salió corriendo de su casa, decidida a atravesar el bosque durante horas solo con la intención de volver a verla.
Al esperar unos momentos y no tener respuesta sus ojos se humedecieron al pensar que Eunbin ya no se acordaba de ella, pero volvió a cantar como lechuza teniendo la esperanza de ser escuchada por su amada.
Escuchó ruido provenientes de la casa y se escondió más, pero logró divisar a su anhelada salir sigilosamente cuidando no ser descubierta por su familia. Yeeun salió de su escondite y su corazón brincó de emoción al volver a ver a la mujer que amaba. Eunbin corrió hacia Yeeun y la mayor extendió los brazos para recibir con tanto amor a su amada en ellos.
La menor se lanzó hacia la mayor con el ímpetu que su corazón obligaba, y fue tal el impacto que terminaron tiradas en el pasto.A ninguna le importó. Se abrazaron con fuerza, como si la intención fuera unirse en una sola. Yeeun volvió a respirar el dulce aroma de Eunbin y lo respiró hasta que no hubo más espacio en sus pulmones. Eunbin sintió la suave piel de su amante otra vez, y sintió que todo estaba bien en el mundo. Fue entonces cuando Yeeun se dió cuenta de lo frío que estaba el clima.
"Sentía que me moría sin ti" dijo la más joven, mientras se incorporaban.
"Ya no importa, ya estamos juntas de nuevo" trató de consolarla, pues sintió las lágrimas calientes de su joven amante sobre su piel. "Ya estás conmigo, cariño mío"
"Te extrañé mucho"
"Yo También"
Se besaron bajo la dulce oscuridad de la noche. Gradual y sutilmente el peso de sus cuerpos tiró de ellos hasta unirlos nuevamente con el fresco pasto. Continuaron besándose sin soltar sus cuerpos, sin desprenderse ni un poco. Eunbin terminó sobre el cuerpo de Yeeun; la mayor acarició la espalda se su amante, y esta se estremeció ligeramente.
Los suaves labios de Yeeun chasqueaban con lentitud los labios húmedos se Eunbin. De vez en cuando un leve gemido por parte de ambas revivía el silbido sepulcral de la silenciosa noche.
Las manos de la mayor acariciaron con cariño la cabeza de la contraria, mientras esta deslizaba sus dedos por la mandíbula y el cuello de su querida. Ambas sentían el latido del corazón de la otra, pues sus pechos estaban unidos, y resultaba ser Yeeun la más agitada. Entonces los dedos de la mayor sujetaron con fuerza los cabellos de la castaña, al momento que presionaba su cabeza contra la de ella. Eunbin soltó un quejido y miró a su novia a los ojos. Estos le expresaron una amorosa y sincera mirada que Eunbin respondió con una risita.
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CLC One Shots [SMUT]
RomantikOne shot de las Cristales. Smut en la mayoría de los capítulos. CLC x CLC (todas x todas). Algunos te harán llorar.