Capítulo 12 - ¿Una fiesta sorpresa?

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Estábamos en el coche y al tener los ojos tapados el tiempo se me pasaba más lento al no poder ver nada. Así que estuve dándoles el por culo a mis amigas como nunca.

Laura: venga, decirme ya cuánto queda y no os marquéis un mami diciéndome que nada que espere.

Rebeca: no queda nada, espera - dice tranquila mientras conduce y Alba se descojona, siempre riéndose de mi.

Laura: ¿Y la gracia? Pregunto - digo cruzando me de brazos y girando la cabeza de forma de estar enfadada mientras las otras dos siguen riendo.

Alba: venga Laura, recuerda las palabras de Rebeca, sabes que queda poco - dice riendo y yo me quedo con cara de "¿En serio?" pero claro, al llevar media cara tapada con el pañuelo no podían ver mi cara.

Laura: venga Alba, recuerda que estoy aquí atrás sola y nadie puede impedirme que me quite el pañuelo de mis preciosos ojos - digo imitando le.

Rebeca: nos ha salido lista...

Alba: la muy cabrona - dice terminando la frase y yo luciendo me.

Laura: ah, ¿así que ahora os dais cuenta de mi admirable inteligencia? Ten amigas para esto - digo en tono dramático mientras noto como el coche se para y mis ganas de salir de ahí de hacen más grandes - ¿Hemos llegado ya? - digo como una niña pequeña desesperada.

Rebeca: no, he parado solo para que te hagas ilusiones en que hemos llegado y así te jodas un poquito - dice riendo mientras mi boca se abre, Rebeca sabe devolverlas.

Alba: ahí te he visto amiga - dice chocando le la mano a Rebeca y yo sigo con la boca abierta - Laura, en boca cerrada ni entran moscas, aplícate lo chica.

Laura: ¿Dónde están las moscas? Yo no oigo a ninguna, y tampoco veo porque tengo esto que me impide ver si de verdad me estáis llevando a ese restaurante o me estáis llevando a un matadero - digo mientras me señalo la banda de los ojos.

Alba: mira tú por dónde que la segunda opción es magnífica, gracias por darnos una idea de cómo matarte Laurita - dice en todo malvado y yo ruedo los ojos aunque no puedan verlo.

Laura: denada, para eso tengo cerebro con el que pensar y tú no - y se escucha un "oohh ahí te ha dado Alba" de Rebeca y yo río.

Sigo preguntándome porque hemos realmente parado mientras escucho como mis amigas hablan susurrando para que no me entere, que inocentes. He escuchado algo de una casa y alcohol, así que supongo que habrán parado a comprar alcohol para hacer una minifiesta de las nuestras en casa. Y de repente el coche se vuelve a poner en marcha.

Laura: por fin se pone en marcha, es como oír gloria. Ahora en serio, no sé ni qué hora es porque no puedo ver ni mi móvil, he perdido la noción del tiempo, no sé por dónde vamos, así que si lo que queríais es agobiarme lo habéis conseguido, por favor, ¿me puedo quitar ya el pañuelo? - digo rogándoles ya porque no se imaginan lo que molesta llevar un pañuelo más de media hora.

Rebeca: si te lo quitas ahora, ¿qué gracia tiene de que lo hayas llevado ya más de media hora? - Alba le regaña.

Alba: tú quitáte lo y te aseguro que te llevo al matadero - Rebeca entiende el porqué de que le haya regañado y ríen a carcajadas yo solo suspiro porque ya me han quitado las ganas hasta de hablar.

Habrían pasado como unos pocos minutos y el coche se vuelve a parar, oigo como mis amigas de bajan y estoy impaciente por bajar ya de una vez y quitarme esto, así que me quito el cinturón abro la puerta como puedo, sin ver nada claro, y me tropiezo con dos personas a las que llamo amigas. Las oigo quejarse y yo por una vez en todo el viaje me descojono. Mis amigas se ponen de pie y luego me ayudan a mí, me van guiando hasta el restaurante y oigo como la puerta se abre y nunca antes había tenido tangas ganas de sentarme en una mesa.

Siempre (Lucas Vázquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora