Veintiocho.

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Estaba encaminándose hacia la salida del garaje con Bellamy siguiéndole el paso cuando un estruendo proveniente de la casa le hizo dar un respingo

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Estaba encaminándose hacia la salida del garaje con Bellamy siguiéndole el paso cuando un estruendo proveniente de la casa le hizo dar un respingo. Se detuvo, volteando hacia Bellamy, quien estaba tan confundido como ella ante el silencio sepulcral que invadió el espacio.

Soldados.

Bellamy dio un paso hacia el costado con intención de rodearla y dirigirse a la casa pero Pax lo detuvo tomándolo del brazo.

—Mi hermana está dentro —susurró enfadado cuando volteó a mirarla.

—Lo sé —repuso con rapidez. Temía que fuera a zafarse de su agarre—. Pero no sabemos cuántos son —añadió, rogando en su interior porque comprendiera que precipitarse era una mala idea.

Pero Bellamy no replicó, en su lugar, tensó la mandíbula sin mirarla a los ojos como si estuviera esperando la oportunidad de salir del garaje y enfrentar a los soldados. Pax abrió la boca para pedirle por favor que no tomara una decisión que fuera a perjudicarlo cuando un grito cruzó el aire, rompiéndolo como vidrio.

Fue suficiente para que Bellamy se soltara de Pax y se alejara. Con el corazón en la boca y el grito desgarrador aún rebotando en su mente, su mirada recayó en la pared de donde colgaban varias herramientas. Se acercó, tomando uno de los martillos, esperando que fuera suficiente para defenderse.

Sus piernas se movían sin sus órdenes hacia el exterior, donde Bellamy cruzaba el césped verde brillante hacia la puerta de la casa.

—¡Bellamy! —susurró desesperada, tratando de seguirle el paso. Él no volteó, como si no pudiera oírla. Estaba arriesgando su vida. Lo matarían en cuanto cruzara la puerta—. ¡Espera! —añadió en cuanto Bellamy abrió la puerta con la pistola en alto.

Su corazón se detuvo a la expectativa de un disparo.

El silencio continuó reinando el lugar y, desde donde estaba, podía ver a Bellamy con los brazos levantados apuntando en dirección al living. Casi sin aliento, acortó la distancia hasta detenerse detrás de él, viendo por fin qué estaba ocurriendo.

Octavia se hallaba de pie, pálida como papel y con sus ojos sobre Bellamy gritando porque la ayudara con solo su mirada. Detrás de ella, un muchacho sostenía una navaja contra su garganta mientras que con la otra mano la sostenía desde la nuca como si fuera una muñeca de trapo. El rostro del chico que parecía tener la edad de Octavia, estaba cubierto de moratones y sangre seca. Sus ropas sucias. Se preguntó cómo había llegado hasta allí.

Harper estaba de pie cerca de Octavia y el chico, pero mantenía una distancia prudente para no alertarlo, con ambas manos elevadas como si estuvieran apuntándola con una pistola.

—Déjala ir —ordenó Bellamy. No era necesario verle el rostro para imaginar su mandíbula tan tensa como los músculos de su espalda. Se había precipitado en atacar así. Debería haber revisado la casa a través de las ventanas.

Vagary I || Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now