Vagary I || Bellamy Blake

Treinta y siete.

Con Bellamy detrás siguiéndole el paso y los brazos en alto sosteniendo la pistola, Pax presionó el interruptor de la pared junto a la que acababa de deslizarse, revelando una habitación igual de grande que el sótano y cubierta de tecnología.

A su derecha, tres monitores del tamaño de un televisor descansaban con la pantalla negra. Del otro lado, cubriendo la pared por completo, había un dibujo hecho por líneas blancas. Se acercó, sin comprender qué era y atisbó un botón rojo del otro lado de las líneas. Lo apretó y las líneas se tornaron de un azul eléctrico. Dio un paso hacia atrás con el corazón en la boca. Reconoció enseguida un mapa de Estados Unidos, subdivido en los estados con sus respectivos nombres.

—¿Qué es esto? —preguntó Bellamy detrás de ella sin aliento. Estaba tan conmocionado como Pax, quien no encontraba las palabras para hablar—. Pax... —llamó. Volteó y lo vio de pie al fondo de la habitación donde había una biblioteca blanca que ocupaba toda la pared con un escritorio delante. Bellamy tenía en una de sus manos una pila de papeles, los arrojó al escritorio cuando Pax se acercó hasta él sin entender muy bien cómo era que su cuerpo seguía funcionando—. ¿Qué crees que sea? —repitió cuando Pax ojeó las hojas. Eran fotocopias de textos larguísimos con apuntes a los costados hechos en una letra ilegible en color rojo.

—No lo sé —respondió sincera. Su voz sonó ajena a sus propios oídos.

—¿Crees que tenga algo que ver con lo que está pasando?

Pax dejó los papeles en el escritorio. Su mente despertando en cuanto oyó las palabras de Bellamy. No tenían por qué hurgar entre fotocopias eternas si tres pantallas de computadora les daban la bienvenida.

Caminó en silencio, dando por sentado que Bellamy la seguiría. Sin embargo, se quedó leyendo las fotocopias. Él tenía más paciencia que ella.

Tomó asiento en la silla de oficina negra y cómoda. Presionó el botón que había en el borde de la pantalla negra ante sus ojos y las tres se encendieron enseguida. Observó temerosa y fascinada a la vez cómo miles de letras aparecían y desaparecían de las pantallas. Temía por lo que fuera a encontrar.

Cuando las computadoras se encendieron, la de la izquierda reveló un mapa de Estados Unidos más moderno, con colores y relieves. La pantalla de la derecha mostraba una ventana similar a un chat, pero Pax no se detuvo demasiado en eso, ya que sus ojos se clavaron en la computadora del medio, la más grande y la que más llamó su atención. Contenía una imagen en 3D del planeta tierra con varios apuntes al costado con letras blancas y el fondo negro. La tierra giraba sobre sí misma como si fuera el comienzo de un videojuego.

Pax estiró la mano para tomar el mouse del escritorio pero no encontró nada. Confundida, tocó la pantalla y las luces de la habitación se apagaron al tiempo que un holograma nacía sobre las pantallas.

—¿Qué hiciste? —preguntó Bellamy curioso, esta vez adelantándose hasta llegar a ella. Sacudió la cabeza, sin saber qué decir—. ¿Etapa uno? —preguntó al leer el apunte junto al planeta. Estiró la mano hasta tocar el título, el cual abrió un archivo nuevo dejando detrás lo anterior—. «Los eventos en la Tierra harán que sea inhabitable. Poco a poco, se destruirán los bosques, el agua se contaminará al igual que el oxígeno. El hombre no encontrará solución, puesto que el problema es él mismo.» —Leyó. Estiró el brazo una vez más para deslizar la pantalla hacia la izquierda, revelando la «Etapa dos»—. «El Gobierno deberá actuar con eficacia. Tomar aquellos que cumplan con las expectativas. Elegir quienes aseguren un futuro y dejar todo atrás.» —continuó.