Capítulo 25

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Habían pasado unos días desde mi charla con Harry. Aunque no teníamos la misma confianza de antes nos llevábamos bien.

Teníamos un trato educado, como el que yo podría tener con Bill.

Luna y yo no habíamos vuelto a hablar del beso, pero si se había repetido un par de veces.

Aquella mañana escuchamos unos golpes en la puerta. Automáticamente todos sacaron las varitas. Y para mi sorpresa Ron se puso delante de mi a modo de protección.

Bill salió afuera para hablar con quien fuera el desconocido. Pero a los pocos segundos una cabellera azabache que conocía muy bien entró por la puerta.

Ambos nos quedamos mirando sin decir nada. Sus ojos empezaron a cristalizarse, al igual que los míos.

-Estas vivo - Susurré. A Patrick de le escapó una lágrima.

-Y tú.

Tras unos segundos corrimos el uno hacia el otro.

Me tiré a sus brazos y Patrick me levantó del suelo dándome vueltas mientras ambos reíamos y llorabamos.

Cuando nos separamos otros brazos me envolvieron levantandome del suelo. Recibí ese olor a chocolate que tan bien conocía y sollocé.

-Lo siento, siento lo que te dije - Remus susurraba con la voz rota en mi oído.

-No pasa nada, está bien.

Remus se separó rápidamente de mi y me miró asustado.

-Se me olvidaba, venía a por ti. Bill me dijo que estabas aquí. Necesito tu ayuda, Tonks está de parto - Le miré asombrada. No sabía en qué punto Tonks se había quedado embarazada.

-Por favor Rachel - Me dijo Lupin al ver que no reaccionaba - Queen me dijo que ayudaste a su hijo a nacer. Eres la única que sabe algo del tema.

Asentí decidida.

-Lo haré - Remus no esperó más. Nos agarró a Patrick y a mi de los brazos, nos arrastró hasta llegar a una distancia considerable de la casa y se desapareció.

Sentí un tirón en el estomago y me agaché a vomitar. Patrick me cogió el pelo.

No nos detuvimos mucho tiempo y fuimos corriendo a la casa. Al entrar escuchamos los gritos de Tonks desde el piso de abajo.

Me fijé en que estábamos en la casa de sus padres. Pero no me detuve a observar nada y corrí hacia la habitación de donde venían los gritos.

Al entrar vi a Tonks tumbada en la cama gritando. Queen la tomaba la mano.

Al instante en el que está última me miró comenzó a soltar lágrimas silenciosas.

Besé rápidamente su mejilla y me puse entre las piernas de Tonks.

-Han llegado los refuerzos cariño, todo estará bien - Tonks sonrió al oír mi voz.

-La fase de dilatación está acabando. Ahora llega la expulsión. Cuando yo te diga empujas. ¿Preparada?

Después de empujar un buen rato una cabeza comenzó a asomarse.

Conseguí sacar al bebé para ver a un pequeño de cabellos castaños. Sus ojos estaban cerrados.

-Enhorabuena, es un niño. Voy a lavarlo y te lo traigo.

Después de hacer llorar al pequeño para hacer funcinar sus pulmones me lo llevé al baño donde comencé a limpiarle.

El pequeño abrió los ojos y descubrí que eran unos adorables orbes castaños.

Agarró un mechón de mi pelo y, para mi sorpresa, su pelo dejó de ser castaño y se convirtió en cobrizo.

La Potter squibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora