Me arrastré hasta su cuerpo sin poder pronunciar palabra y le acaricié la cara mojandola con mis lágrimas.
Esto no podía estar pasando. Ella no.
Era mi mejor amiga, aquella chica que dio un paso a delante para defendernos a Patrick y a mi.
Ya no estaba, ya no me sobrepotegería, ya no podría burlarme de ella por su enamoramiento con Queen.
Se había ido, para siempre... Y yo no había podido hacer nada para evitarlo.
No podía dejar de mirarla, allí, tan quieta.
Sentí como me hablaban y como me tocaban pero no reaccioné.
No hasta que oí una voz rota y que sollozaba.
-¿Rachel?
Me giré y vi a Patrick y a Fred. El primero tenía los ojos clavados en el cuerpo de Santana y parecía en shock, justo como yo segundos atrás.
-Patrick.
Sus ojos se clavaron en mi y a un paso lento que se convirtió en rápido avanzó hacia mi y se lanzó a mis brazos.
-Esto no puede estar pasando.
Ambos nos quedamos abrazados mientras llorabamos desconsoladamente.
Cuando nos separamos crucé miradas con Harry, a punto de irse del gran comedor.
Avancé rápido hacia él y lo detuve agarrando su brazo.
-¿A dónde mierdas te piensas que vas?
Miró mi agarre en su brazo y pareció acordarse de nuestra última discusión.
Apartó mi mano con cuidado y me dijo.
-No puedo permitir que siga muriendo gente.
-¿Y lo vas a evitar dejando que te mate? Harry, si tu mueres quizá Voldemort no mate a más magos como ha prometido. Pero mis amigos, todos los muggles y yo moriremos si tu lo haces.
Vi como miró al suelo triste.
-Sé que estás cansado, entiendo ese sentimiento, pero tienes que luchar. No les dejen que te maten sin dar pelea.
Harry me dirigió una pequeña sonrisa y asintió.
-No lo haré, voy a buscar a Ron y a Hermione.
Asentí con la cabeza y él se fue corriendo.
Arrastre mis pasos volviendo a darme cuenta de el dolor que sentía en la pierna, el cual, debido a la adrenalina y la tristeza, no había notado hasta ahora.
Me senté en el suelo y levanté mi pantalón.
Una gran herida se extendía por mi muslo sangrando.
Una mujer mayor se acercó a mi con su varita y un botiquín.
-Hola joven, voy a curar tu herida, puedes llamarme Pomfrey.
Asentí con la cabeza y Pomfrey comenzó a hacer hechizos con su varita cerrando mi herida.
-Como has forzado la pierna después de que te hirieran estarás cojeando unos meses.
-Gracias.
La mujer me tocó el hombro y se marchó a atender a otras personas.
Unas horribles voces y gritos de alegría se escucharon fuera del castillo.
Me levanté y salí rápidamente del gran comedor, junto a Ginny, ambas tomamos la delantera y fuimos las primeras en ver la horrible escena que se encontraba fuera.
-¡No, Harry!
Ginny intentó correr hacia los mortifagos que se reían, pero yo la detuve tomándola por la cintura.
Lloré al ver el cadáver de mi hermano descansando en los brazos de Hagrid.
Me mintió, me prometió que no se iba a dejar asesinar y lo incumplió.Me tambaleé, Ginny me ayudó a mantenerme de pie mientras yo hacía lo mismo por ella.
Pronto todos estuvieron a nuestro lado y Voldemort comenzó a hablar.
No presté atención, solo podía ver el cuerpo de mi hermano. Hasta que un nombre llamó mi atención.
-¡Draco!
Levanté la mirada para ver a Lucius y Narcisa Malfoy llamando a su hijo.
Busqué con la mirada a Draco y le encontré posicionado al lado de Patrick.
-¡Draco, ven aquí!
Draco dudó unos momentos. Pero Patrick le tomó del brazo y ambos compartieron una mirada.
-¡No!
Lucius estaba furioso e incrédulo, mientras que Narcisa sólo parecía querer irse con su hijo.
Un chico alto y regordete dio un paso adelante.
-¿Cómo te llamas chico?
-Neville Longbottom.
Todos los mortifagos comenzaron a reírse.
-Sólo quería decir que no podemos rendirnos ahora. Puede que Harry haya muerto, pero el no ha sido el único, es por eso que tenemos que seguir luchando. Porque a todas las personas que han muerto hoy no les gustaría vernos rendidos.
Una enorme serpiente comenzó a acercarse al muchacho. Pero este agarró un viejo sombrero del que sacó una espada con la que cortó la cabeza del animal.
Entonces los mortifagos volvieron a atacar.
Intenté sacar mi pistola pero no estaba allí. Debía haberse caído en algún momento de la batalla.
Ginny, al percatarse de mi angustia me tomó del brazo y me puso detrás de ella.
Saqué mi cuchillo por si las moscas y ambas nos abrimos paso al gran comedor, donde ya había gente luchando.
Ginny derribó a un par de mortifagos hasta que Bellatrix se nos puso delante.
-Pero si es la muggle ¿Qué tal va la cicatriz?
Antes de que ninguna pudiera reaccionar me mandó lejos con un hechizo y comenzó a batirse en duelo con Ginny.
Me levanté observando la pelea. Vi como una maldición asesina casi golpeaba a Ginny y me puse en acción.
Me coloqué en la espalda de Bellatrix y le arrebaté su varita tirándola lejos.
Ella se giró a verme furiosa y se tiró encima mio arañando mi cara.
La dediqué una sonrisa que causó su mueca de confusión y la susurré.
-Vas a morir a la manera muggle.
Dicho esto clavé mi cuchillo en su vientre repetidas veces.
Cuando terminé y me puse de pie me percaté de que todo el mundo, incluido Voldemort me miraba.
-¡Voy a matarte Potter, asquerosa muggle!
Voldemort comenzó a avanzar hacia mi. Pero mi hermano lo detuvo saliendo de su capa de invisibilidad y comenzando un duelo con él.
En el momento en el que el cuerpo de Voldemort calló inerte al suelo los mortifagos huyeron y el resto comenzó a gritar de alegría y a abrazarse.
Yo sentí unos grandes brazos rodeandome y alcé la mirada para encontrarme con George.
Le sonreí y correspondí a su abrazo.
Cuando nos separamos vimos con una sonrisa como Patrick y Fred se besaban.
-Supongo que seremos cuñados.
Sonreí divertida y aliviada por haber acabado con todo esto.
-Supongo que ya es oficial.
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La Potter squib
Hayran KurguSiendo la melliza squib de el elegido me fue fácil pasar a un segundo plano. Nunca pertenecí a su mundo, pero no pienso dejar que ellos luchen mi batalla