-¡Potter chica, tú con Lupin y Kingsley!
Me dirigí hacia ellos en cuanto recibí la orden.
Miré por última vez el comedor y a todas las personas que había dentro. Tenía la sensación de que a partir de esta noche nada volvería a ser lo mismo.
Nos encaminamos a una de las torres. Una vez allí, los magos comenzaron a lanzar hechizos protectores creando una capa mágica.
Yo saqué mi pistola y me puse en guardia, ya que por el momento era lo único que podía hacer.
La barrera poco a poco fue siendo rota por los hechizos de los mortifagos.
Estaba con la mirada fija en la barrera cuando una voz me sobresaltó.
-¡Remus!
Tonks vino corriendo hacia nosotros y se lanzó a sus brazos.
-¿¡Qué mierdas haces aquí Tonks!? Tienes un bebé al que cuidar, y además debes recuperarte del parto.
Estaba muy alterada. Había dejado a Teddy sólo. Si les pasaba algo ¿Qué iba a ocurrirle?
-No podía quedarme en casa Rachel. Tenía que luchar.
La miré y suspiré.
-De acuerdo, pero prometeme que no te pasará nada.
No alcanzó a contestarme ya que la barrera se rompió y los mortifagos entraron al castillo.
Con ayuda de mi pistola derribé a un par antes de que llegaran a nosotros y se pusieran a lanzar hechizos.
Suspiré y me coloqué detrás de unos escombros. Una vez allí comencé a disparar a los mortifagos que atacaban a mis amigos.
-¡Avada kedabra!
Salté hacia un lado esquivando la maldición por los pelos.
-Me van a dar el premio gordo por matar a la muggle.
Corrí de un lado a otro esquivando sus hechizos.
Uno de ellos me rozó el brazo causando que mi muñeca se hinchara y se pusiera verde.
Lancé mi cuchillo y le acerté en el pie.
El hombre calló al suelo dándome tiempo para acercarme y pegarle un tiro en el pecho.
Mi respiración era agitada, agarré mi cuchillo y me escondí detrás de él cadáver al ver a más encapuchados acercarse.
Antes de que pudieran levantar sus varitas dos de ellos tenían un disparo en el estomago y otro en la pierna.
Me acerqué a ellos y después de romper sus varitas los dejé inconscientes.
Corrí hacia Remus y Tonks que se enfrentaban a cuatro mortifagos y conseguí matar a uno dando tiempo a mis amigos a acabar con el resto.
-¿Estáis bien?
Ambos asintieron con la cabeza.
-¡Expulso!
Vi el cuerpo de Ian impactar contra la pared y a una mortifaga avanzar hacia él.
Corrí hacia ellos y plaqué a la mortifaga. En medio del forcejeo sentí un gran dolor en la pierna, pero la adrenalina me hizo ignorarlo.
Conseguí sacar mi cuchillo y clavarselo en el brazo a la mujer.
Ella gritó y yo pateé su cabeza dejándola inconsciente.
Corrí hacia Ian y examiné sus heridas encontrándome una enorme en el brazo.
-Está siendo un día interesante.
Lo miré con una sonrisa y lo ayudé a levantarse.
-¡Bombarda Máxima!
Ambos nos tiramos al suelo protegiendo nuestras cabezas.
Un par de rocas nos golpearon, pero no fueron tantas.
Cuando nos incorporamos vimos el motivo. El Bombarda había sido imbocado a nuestra derecha.
El lugar en el que ahora había una montaña de escombros, el lugar en el que hace unos segundos estaban...
-¡Remus, Tonks!
Corrí hacia los escombros con lágrimas en los ojos y comencé a cavar en ellos.
-¡Vamos, Remus, Tonks!
Ian se colocó a mi lado y se mantuvo en guardia por si venía alguien.
-¡Tenemos que irnos Rachel!
-¡No podemos dejarlos aquí!
Ian me agarró de la cintura y comenzó a guiarme fuera de aquel lugar mientras yo derramaba lágrimas silenciosas cuando una horrible voz nos detuvo.
-Habéis luchado con valentía, os dejaré dos horas para enterrar a vuestros muertos y curar a vuestros heridos. Harry Potter, ahora te hablo directamente a ti. Hasta ahora te has escondido de mi, pero es momento de que te enfrentes a tu destino, o mataré a todo hombre, mujer o niño que intente alejarte de mi.
Cuando Voldemort acabó de hablar me solté de él agarre de Ian y corrí de vuelta a los escombros.
Ian se me unió y ambos comenzamos a escarbar en ellos.
Mis manos sangraban y dolían horrores, pero yo no me rendí.
Después de un tiempo levanté una roca dejando ver la destrozada cara de Tonks.
-¡Ian aquí!
El chico procedió a ayudarme y después de un gran esfuerzo conseguimos desenterrar a ambos.
-¿Y ahora?
-Ahora hay que llevarlos al gran comedor.
Agarré el cadáver de Tonks y comencé a arrastrarlo sollozando mientras que Ian hacía lo mismo con Remus.
Ya no podría tomar chocolate con Remus mirando el fuego, ni bromear con Tonks, y tampoco les vería criar a Teddy, ni tener el final feliz que ambos se merecían.Cuando entramos al gran comedor algunas personas se giraron a mirarnos, entre ellas Hermione, Harry y los Weasley que se dirigieron a nosotros.
Bill y su padre cogieron los cadáveres y los llevaron a las camillas.
-No... No pude hacer nada, todo pasó muy rápido yo...
Rompí a llorar y los brazos de la mejor amiga de mi hermano me rodearon.
Me aferré a ella y sollocé en su hombro.
-Rachel, creo que deberías ir con ellos.
Me separé de Hermione sintiéndome débil y miré hacia donde me indicaba.
Una gran parte de los muggles que habíamos venido a luchar rodeaban un cuerpo el cual yo no alcanzaba a ver.
Hice recuento de las personas que había y solo faltaban Lauren, Patrick y Santana.
El pánico comenzó a apoderarse de mi.
Avancé hacia ellos rápidamente. Se giraron y me vieron llegar.
Gus se acercó a mi y frenó mi paso.
-No sé si es buena idea que veas esto ahora.
Intenté avanzar pero Gus volvió a detenerme.
-¿Quién está ahí Gus?
El me miró apenado y suspiró.
-De acuerdo, pero tienes que prometerme que seguirás luchando.
A estas alturas las lágrimas de angustia y dolor no dejaban de caer.
Asentí con la cabeza y me encaminé hacia el círculo de mis amigos.
Cuando miré quien era la persona que estaba allí tumbada mis piernas temblaron y me caí al suelo.
Tenía todo el cuerpo lleno de heridas gigantes de las cuales ya no salía sangre.
Allí, tumbada en el suelo estaba Santana.
ESTÁS LEYENDO
La Potter squib
FanfictionSiendo la melliza squib de el elegido me fue fácil pasar a un segundo plano. Nunca pertenecí a su mundo, pero no pienso dejar que ellos luchen mi batalla