Capítulo 9

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Hoy por fin era Navidad, íbamos a celebrarla todos juntos, incluso habíamos invitado a Remus, que se había pasado aquí todos los días desde que llegó por primera vez. Él no iba a poder venir a cenar, supuse que pasaría la cena con la orden, pero nos dijo que vendría después. Gracias a Remus, Patrick y Fred se comunicaban por cartas que el primero entregaba a escondidas de Sirius, pues se suponía que no sabía nada de nosotros.
No íbamos a poder repartir regalos, ni tener un árbol, pero Santana había traído unas guirnaldas y ella, Patrick y yo habíamos transportado la gran mesa de la cocina al salón para poder comer allí.
Queen y Patrick, que eran los que mejor cocinaba, estaban preparando todo un banquete barato, mientras que Santana y yo montabamos la cuna que nos dio Remus en el cuarto de Queen.
Santana estaba bastante distraída hoy y me resultaba bastante raro que no pasara las navidades con sus padres.

-Santana, no me digas que estás bien, porque ambas sabemos que es mentira. ¿Qué ocurre? - Ella me miró y suspiró.

-Estoy preocupada, resulta que ahora hay un calvo loco que si se entera de que estáis aquí intentará mataros, me da miedo que el venga y yo no esté aquí con vosotros - La miré con una sonrisa y dije

-Santana, tu siempre nos proteges, a todos, si algo pasa estamos aquí Patrick y yo para defender el fuerte - Ella me miró con una sonrisa y me acerqué a abrazarla.

-Vale, pero cuando llegue el bebé me voy a instalar aquí - Ambas nos reímos y seguimos montando la cuna.

             
                                ***

Estábamos terminando la cena. Me sentía genial, hacía mucho tiempo que no pasaba las navidades así de contenta. La verdad, a veces me pregunto cómo le irá a Harry, o a Petunia, al contrario de lo que pueda parecer no les deseo ningún mal.

En ese momento Remus entró por la puerta con unas pequeñas bolsas debajo de los brazos.

-¡Feliz Navidad! - Parecía menos cansado que de costumbre, pero sus heridas eran más profundas que la última vez.

Nos acomodamos en los sofás, quedando Queen y yo a los lados de Remus y Santana y Patrick en el sillón de al lado.

-Os he traído unos regalos chicos, ya sé que no es mucho pero... - Queen, Patrick y yo le interrumpidos tirandonos encima de él.

-Nunca me habían dado un regalo de Navidad - Dije mientras Patrick y Queen asentían y esta última se secaba una lágrima.

-Pues me alegra ser el primero. Aquí tenéis - Nos dio una bolsita a cada uno y todos las abrimos con impaciencia, encontrándonos con dulces bastante extraños.

-Son dulces mágicos, he supuesto que nunca habías comido, así que os he traído mis favoritos.

Nos pasamos el resto de la noche comiendo dulces mientras Remus nos explicaba que eran. Rematamos la velada jugando a comernos grageas de todos los sabores mientras que nos reíamos a carcajadas.

                                  ***

No vemos a Remus desde esa noche, nos dejó muy preocupados. De un momento a otro comenzó a actuar extraño y se fue corriendo.
Santana dice que probablemente fuera algo de la orden y que no debemos preocuparnos, pero ya han pasado dos meses y no tenemos noticias.

Queen va a dar a luz de un momento a otro, así que no se como, ha conseguido hablar con Dumbledore y Draco se va a quedar aquí hasta que de a luz.
Va a llegar en unos minutos, y la verdad es que estoy nerviosa, es una de las personas que más mencionaba Harry en sus cartas y además Dumbledore va a traerle hasta aquí.

Tan metida estaba en mis pensamientos que me sobresalté al oír la puerta. Santana me hizo un asentimiento de cabeza y ambas nos acercamos con bate y cuchillo en mano a la puerta. Desde que Remus nos advirtió del peligro que corríamos se volvió costumbre.

Al abrir la puerta nos encontramos con un hombre mayor, vestido con un extraño pijama que nos miraba tranquilamente. A su lado había un chico de mi edad, pelo patinado y corto, tenía la cara afilada y los ojos grises, aunque su mueca de preocupación y enfado delató que no se encontraba muy feliz al lado de el anciano.

-¿Nos dejaría pasar Señorita? - El anciano se dirigió hacia mi con total tranquilidad. Aunque ni Santana ni yo nos movimos.

-Solo entra él, usted solo viene ha dejarlo hasta aquí, no ha hacernos visitas - El chico alzó una ceja sorprendido por mi firmeza ante aquel extraño, mientras que por el contrario el anciano parecía esperar una reacción parecida.

-Digna hermana de Harry, siempre dispuesta a proteger a los suyos - Ese comentario me molestó mucho. Cogí a Draco del brazo y lo arrastré hasta detrás de mi.

-Yo no soy como mi hermano, yo soy una squib, una muggle, a la que tanto usted como el resto de la comunidad mágica ha despreciado. Larguese de aquí, y piense que si mi hermano de verdad protegiera a los "suyos" yo no estaría aquí ahora mismo - Dicho esto le cerré la puerta en la cara y me giré hacia el visitante.

-Siento todo esto, tu hermana está arriba escondida por seguridad. Soy Rachel Potter - Le extendí la mano, el dudó unos segundos pero terminó aceptando el gesto.

-Draco Malfoy. Mi hermana me contó lo que hiciste por ella, muchas gracias , sin duda eres la mejor de los Potter - Me dedicó una sonrisa ladeada que yo aprecie, pues a pesar de la relación con mi hermano intentaba ser amable.

-Yo también soy mi Potter favorita - Conseguí que soltara una pequeña risa destensandose - Ven conmigo, te llevaré con tu hermana.

Subimos las escaleras hasta dar con la habitación del fondo del pasillo del segundo piso, donde Queen se escondía con Patrick protegiéndola cada vez que algo peligroso o extraño pasaba. Santana ya nos esperaba allí.

Al entrar Queen y Draco se fundieron en un gran abrazo no muy estrecho gracias a la enorme barriga de Queen. Cuando terminaron de abrazarse Draco se agachó hacia su tripa y saludó al bebé, para luego presentarse con el resto.

Pasamos el resto de la tarde hablando en la cocina y descubrimos que Draco no era tan serio como aparentaba. Nos contó miles de cosas, descubrimos que Patrick y ellos eran primos, nos habló de la vez que le convirtieron en un hurón y nombró todos y cada uno de los apodos que tenía para mi hermano, aunque el de cara rajada fue mi favorito.

Él también aprendió de nosotros, pues le contamos nuestras historias. Cuando le conté la mía no paraba de interrumpirme rabioso diciendo que "San Potter" era un idiota egocéntrico, creo que nuestro rencor por Harry nos unió bastante. Sin embargo cuando Patrick le contó su historia hubo que explicarle en que consistía la comunidad LGBT+ a la cual todos los miembros de la casa menos él pertenecíamos. Pero una vez se enteró le dio la razón completa a Patrick.

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La Potter squibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora