Capítulo 12

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Me encontraba delante del espejo mirando mi ropa, era la más elegante que tenía pero no creía que fuera lo suficiente.
Iba a acompañar a Patrick a la lectura del testamento de Sirius y al pequeño funeral que le harían después.
Fred y Patrick esperaban abajo. El primero llegó ayer a altas horas de la noche para estar con Patrick, cosa que agradecí, porque sabía que, aunque no quisiera demostrarlo estaba dolido, ya que en el fondo aún pensaba en recuperar la relación con su padre.
Al ver que Remus, que también había pasado aquí la noche no bajaba decidí subir a buscarle.
Me lo encontré sentado en su cama, con la cabeza apoyada en las manos. Me senté a su lado y le pase mi brazo por la espalda. Él me miró y me di cuenta de que lloraba.

-Los he perdido, a todos - Apreté más mi agarre sin entender bien a lo que se refería - Eran mis mejores amigos, las personas que me aceptaron tal y como era. Primero se fueron James y Lily, Peter... Solo me quedaba Sirius, y ahora tampoco está - Rompió a llorar de nuevo y escondió su cabeza en mi hombro.

-Sé que no te va a servir de consuelo, pero aquí tienes unos nuevos amigos, una nueva familia, nunca sustituiremos a la antigua, pero podemos ayudarte a llevar la carga y te aceptamos como eres - Remus sacó la cara de mi hombro y me miró con una pequeña sonrisa.

-Te pareces a tu madre. Pero de una manera única. El problema es que no sabéis lo que soy, si lo supierais os alejariais.

-Veamos, desapareces un tiempo todos los meses justo cuando hay luna llena y vuelves lleno de cicatrices, no se que puede ser... - Remus me miró sorprendido por mi ironía.

-¿Por qué no me dijisteis que lo sabíais?

-Porque tu no tenías la confianza para contarnoslo. Queríamos que saliera de ti - Le sonreí y le froté el brazo - Pero en este momento necesitas gente que te quiera sin reservas, y esta casa está llena.

Me levanté de la cama y le tendí la mano.

-Hace mucho, Patrick y yo hicimos una promesa : Potter y Black juntos contra el mundo.
No nos importa añadir a alguien más.

Remus me sonrió, cogió mi mano y bajamos encontrándonos con Patrick y Fred, al que le tomé la mano para aparecernos ante la entrada una gran casa.

En cuanto llegamos, yo me caí al suelo del mareo y Patrick casi vomita. Desde el suelo pude apreciar aquella gran casa, se notaba que era mágica, ya que era imposible que se mantuviera en pie sin algún hechizo.

-Bienvenidos a la mansión Weasley - Dicho esto Fred entrelazó su brazo con el mío y agarró de la mano a Patrick para arrastrarnos dentro de la casa mientras Remus nos seguía.

Al entrar me abrumó la cantidad de gente que había, y que la mayoría eran de la gente a la que había gritado el día que fui a buscar a Patrick de su antigua casa. Patrick pareció darse cuenta de lo mismo que yo, por lo que se encogió un poco. Fred  notó eso, nos agarró a ambos todavía más fuerte y nos dedicó una deslumbrante sonrisa que nos dio ánimos.

-Usted debe de ser el señor Black - Dumbledore se acercó a Patrick y le extendió la mano, pero este le rechazó - Y como no, donde hay un Black hay un Potter, buenas tardes señorita Potter.

-Buenas tardes - Dije fría. En el momento que Dumbledore dijo mi apellido varias personas se giraron a mirarme. Pero afortunadamente una chica con el pelo rosa chicle se acercó a nosotros y le dijo a los mirones :

-¡Largaos!¡Aquí no hay nada que ver, tienen el mismo o más derecho que vosotros a estar aquí! - Cuando dejaron de mirarnos Fred agradeció a la chica y arrastró a Patrick hacia sus padres dejándome a mí sola con la pelirosa.

-Muchas gracias por eso, odio mi apellido. Soy Rachel - La extendí mi mano y ella la estrechó enérgica.

-Que me vas a contar, yo me llamo Nymphadora y lo odio, llámame Tonks.

                               ***

Tonks y yo nos quedamos horas hablando, descubrí que era metamorfomaga, y me explicó lo que era eso, además me contó que estaba en la orden y que le habían hablado de mí, de el día que fui a por Patrick. También tengo la no tan ligera sospecha de que le gusta Remus, por la cara que pone cada vez que habla de él.

Patrick se acercó a nosotras, el ya parecía conocer a Tonks.

-Vamos a entrar a la sala para leer el testamento, Tonks tienes que venir - Miré a Patrick, y le apoyé la mano en el hombro deseándole suerte. En el momento que entraron a la sala y me quedé sola me dirijí hacia la mesa de aperitivos y me sentí observada. Al girarme para averiguar quien me miraba me encontré con nada más y nada menos que Ron Weasley, que me miraba con el ceño fruncido.
Se acercó a mi y dijo :

-¿Por qué has venido tú y no Harry? - Me quedé perpleja ante la pregunta.

-Yo he venido para acompañar a Patrick que es el hijo del muerto, y no entiendo a que viene tu pregunta - Le respondí yo en tono agresivo, pues era como él me hablaba.

-Pues viene a que no entiendo por que los Dursley te han dejado a ti venir que no eres nadie y a Harry no - Reí de forma sarcástica y observe que los gemelos se encontraban a las espaldas de Ron dispuestos a defe defenderme. Con un movimiento de cabeza les indiqué que no era necesario, aunque se quedaron cerca.

-Yo hace mucho que no vivo bajo el techo de los Dursley, a diferencia de tu Potter favorito yo me busco la vida. No sé que coño pretendes viniendo a atacarme así, pero solo te diré que soy la puta Rachel Potter, y muggle o no valgo lo mismo que todos en esta sala.

En el momento en que Ron se disponía a contestarme la puerta de la pequeña habitación se abrió de golpe dejando salir a un Patrick furioso que caminó a paso rápido para agarrarme del brazo y sacarme de la casa.
No recuerdo bien cuanto tiempo andamos, sé que nos metimos en un bosque y nos sentamos en unas rocas.
Entonces Patrick, con una mirada más de tristeza que de enfado me miró.

-Se lo ha dejado todo a Harry, no me ha legado nada, todo para Harry, porque según lo que ponía en su testamento lo quería como a un hijo - Le miré con pena y le acaricié la espalda. Sabía lo que era ser el hijo menos querido o que no te consideraran hijo, sobre todo gracias a Harry.

Patrick y yo nos miramos a los ojos y este rompió a llorar mientras yo le envolví en mis brazos y le susrraba :

-Estoy contigo, estoy contigo, estoy contigo...

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La Potter squibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora