Según Draco habían pasado meses. Yo no era consciente ni de como pasaban los días, ya que cuando conseguía dormirme tenía que ser abrazando a alguien, que la mayoría de las veces solía ser Luna, porque si no horribles pesadillas rondaban mi cabeza y no había nadie para tranquilizarme. Esta situación no se daba siempre a la misma hora, además de que en ese agujero no se podía diferenciar el día de la noche.
Aquel día Bellatrix me lanzaba la sesión habitual de cruciatus mientras yo chillaba, hasta que el ruido de la puerta abriéndose se escuchó.
Bellatrix se apartó de mi y fue hacia lo que supuse que eran mortifagos mientras yo intentaba volver a respirar normalmente y no apoyar la cara, ya que tenía tantas heridas que eso sería una tortura más.
Me sobresalté al escuchar como llamaban a Draco. Bellatrix le preguntó si alguien era Harry y Draco respondió que no lo sabía.
-Tengo un plan infalible. Quiero que todos miréis su reacción - Escuché pasos acercándose a mi. Una mano agarró mi camiseta y me levantó agarrando mi cabeza para mantenerla gacha, yo gruñí de dolor y la que supuse que era Bellatrix me arrastró. Cuando paró me agarró del pelo y tiró mi cara hacia arriba dejándome ver algo preocupante.
Me encontré cara a cara con el deforme rostro de mi hermano.
Aunque intentó mantenerse impasible sus ojos delataban miedo.
-¿Es este tu hermano, pequeña? - Me susurró Bellatrix al oído.
-No, no he visto a este chico en mi vida - Conseguí susurrar con esfuerzo.
-¿Estás segura? - Vi como Hermione y Ron estaban allí también, mirándome preocupados.
-Segura, este no es mi hermano, le reconocería si lo fuera - Con pánico miré como el hechizo comenzaba a agotarse y la cicatriz de mi hermano se veía claramente.
Bellatrix miró la cicatriz y luego a mi divertida.
- Eres buena mentirosa muggle, lastima que el que haya hechizado a tu hermano no sea buen brujo. ¡Crucio! - Caí al suelo mientras gritaba, de fondo escuché más gritos pero no logré distinguir de quien eran.
Bellatrix y Lucius se peleaban por llamar a Voldemort, cuando esta vio una espada en los otros mortifagos y se volvió loca.
-Mete a estos tres en la celda Draco, vamos a tener una charla de chicas - Draco arrastró a Harry, Ron y a otro chico que no conocía hacia la celda mientras ellos se resistían.
Vi como Bellatrix tumbaba a Hermione y se colocaba encima de ella. Después de hacerle unas preguntas sacó su cuchillo y se lo acercó al brazo.
Al escuchar los desgarradores gritos de Hermione conseguí fuerzas para levantarme. Cojeando me arrastre hasta Bellatrix, y cuando estuve a su lado me lancé sobre ella apartandola de Hermione.
Bellatrix y yo rodamos por el suelo, pero al estar yo tan débil ella consiguió colocarse encima de mi.
Sacó su varita y me apuntó con ella.
-¡Expulso! - Salí despedida hacia las escaleras y las bajé rebotando hasta que Draco, que había salido corriendo detrás de mi, frenó mi caída justo antes de darme contra la puerta, donde se encontraban Harry y Ron asomandos.
-Rachel ¿Estás bien? - Draco preocupado me rodeó con sus brazos. Pude oír los jadeos de sorpresa de mi hermano y su amigo.
-No - Lágrimas corrían por mis mejillas, me sentía acabada, no quería seguir con esto - No puedo más Draco. Mátame por favor, mátame.
Lágrimas corrieron también por las mejillas de Draco y escuché pasos acercándose a la puerta.
-No te voy a matar ¿Estás loca Potter? - Dijo Draco sollozando al igual que yo - Te prometí que ibas a salir de esta, y yo no incumplo mis promesas, voy a sacarte de aquí ¿vale? - Asentí con la cabeza - Pero tienes que aguantar un poquito más, no te rindas, por favor, no puedo perder a mi única amiga.
El grito de Bellatrix interrumpió nuestra conversación.
-¡Draco, traela aquí, aún no he acabado con ella! - El nombrado me miró asustado, pero yo le dediqué una pequeña sonrisa y asentí con la cabeza.
Draco me cogió en sus brazos y juntos subimos la escalera.
-Cuida a Hermione - Susurré en su oído antes de que este me dejara en el suelo. Vi como arrastraba a Hermione cerca de las escaleras que llevaban a la celda y me sentí tranquila.
-Bueno muggle, hoy vamos a probar un truco nuevo ¿Algo que decir?
-Lávate los dientes - Bellatrix me pegó una bofetada y se colocó encima de mi, remangó mi brazo y llevó su cuchillo allí.
Comencé a gritar como nunca al sentir como escribía con su cuchillo en mi brazo.
Cuando paró no tenía fuerzas para nada, solo me quedé tumbada en el suelo derramando lágrimas de dolor.
Escuché a Bellatrix decirle a Pettigrew que bajara a buscar al enano.
Pero en lugar de subir ellos Ron y Harry aparecieron por el agujero.
El primero cogió a Hermione, mientras que el segundo le quitó las varitas a Draco, el cual no opuso casi resistencia.Sentí como me agarraban el brazo, y antes de poder reaccionar tenía el cuchillo de Bellatrix en el cuello.
-Un paso más y la mato, Potter - Se detuvieron al instante mirándome asustados.
Comencé a escuchar un chirrido en la gran lámpara de encima de nuestras cabezas, pero no pude girar a ver qué era.
-Dobby es un elfo libre - Escuché. Y justo después la lámpara calló provocando que Bellatrix me soltara y fuera a parar a los brazos de Draco.
-Te dije que te sacaría de aquí - Me dijo con una sonrisa - ¡Potter!
Mi hermano solo tuvo tiempo de girarse y Draco me lanzó hacia él.
Me recibió y me estrechó entre sus brazos con gesto protector.
Cuando nos estábamos desapareciendo vi como un cuchillo se dirigía hacia Dobby, por lo que siguiendo un instinto me lancé de los brazos de Harry para intentar interceptar el cuchillo.
Todo pasó muy rápido, sentí la pequeña mano del elfo en la espalda, el grito de Harry, un dolor agudo en el estómago y desaparecimos.
Aterricé de golpe en lo que parecía ser una playa, vi un cuchillo clavado en uno de mis costados y mucha sangre saliendo de este.
-¡Rachel! - Harry se acercó en pánico a mi, me cogió en brazos y corrió hacia lo que parecía ser una casa - ¡Todo va a salir bien!
Fue lo último que escuché antes de perder la conciencia.
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La Potter squib
FanficSiendo la melliza squib de el elegido me fue fácil pasar a un segundo plano. Nunca pertenecí a su mundo, pero no pienso dejar que ellos luchen mi batalla