Capítulo 29 || Aceptación de un lado, confusión del otro, decisión en medio.

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Saga tuvo que sujetar a su hermano apenas si vieron a su tío atravesar la puerta, porque, solo Zeus sabe de dónde, Kanon había tomado unas tijeras y se había arrojado directamente en dirección al recién llegado, que lo miraba con una ceja levantada, como no entendiendo la razón por la que su sobrino se encontraba tan enfadado, mientras que por otro lado, Aioros y Aioria miraban a Regulus con el gesto de incredulidad más grande que pudiera surgir de una persona, pero a diferencia de los gemelos, no hacían nada más que mirarlo sin moverse de su lugar.

El mayor de los hermanos quería decir algo, pero las palabras se le atoraban en la garganta y por eso no decía ni un simple sonido. Aioria estaba igual que su hermano, pero estaba un poco más calmado, algo increíble para sí mismo, pero sentía que tenía que estarlo para tratar de comprender como fue que su tío, presuntamente muerto hace dieciocho años, estaba parado frente a ellos, mirándolos con una determinación que daba miedo, pero que era tan característico en los Askella-Nemea.

De tanto estar metido en su cabeza, no se dio cuenta de que Saga había podido controlar a su hermano y dejarlo más calmado, pero los esfuerzos del mayor se vieron totalmente arruinados cuando el único Gaminnorumn sobreviviente de la generación anterior, le dio una cachetada que lo dejó con el rostro a un lado, que también cortó con el poco silencio que se había creado luego de que Saga hubiera calmado a su hermano.

-¿Tienes idea de todo lo que te falta crecer y aprender para querer hacerme algo a mí? Aún no ha nacido quien haya sido capaz de hacerme algo.

-¡No fanfarronees! ¡Te voy a destruir!

-¡Kanon basta!- Deteniéndolo por la espalda y apretándolo contra su propio cuerpo, tratando de detenerlo y que se vuelva a calmar, aunque sea un poco, ya que conocía bien a su igual, y sabía que no se iba a calmar con palabras solamente, y menos lo haría a la fuerza, sosteniéndolo, pero sabía que al menos podía detenerlo y disuadirlo. -Hermano, para. No vale la pena. No lo vale y lo sabes.

Ante las palabras de su hermano, Kanon solo bufó con molestia y relajo todo su cuerpo, rindiéndose al apresamiento de su hermano, quien poco a poco iba aflojando ese "abrazo", hasta finalmente soltarlo, pero tomarlo de los hombros y girarlo hacia él, para tenerlo frente a frente y hablarle claro.

-Te diría lo que le dije a Milo, que "seguro hay una explicación totalmente racional para esto", pero te conozco bien y sé que no funcionará. También tengo ganas de partirle la cara, pero ¿A dónde llegaríamos con eso? Déjalo. Ignoralo simplemente y si hay una explicación entonces que la den, pero ya que nos importe o no es distinto y depende de nosotros.

-A mí no me importa, desde ya te lo digo.

-Entonces que así sea. Haz lo que Milo y simplemente ignoralo.

-Si ustedes creen que seré como Kardia y andaré detrás de ustedes rogando perdón de rodillas, están muy equivocados. Yo no soy ni seré así jamás.

-Lo sabemos. Ya de verte, damos por sentado que todo lo que se decía era cierto. Que no tenías miedo de nada, de decir lo que pensabas y enfrentarte a quien sea con tal de ganar en algo.

-Una victoria limpia.

-¿Qué de limpio tiene el abandonar a tu familia?

-Ustedes son mis sobrinos, no mis hijos, así que no tengo más responsabilidades de las que Aspros podía tener y tampoco tengo porque tomarlas.

-¡Nos quedamos solos!

-¡Eso deberían de reclamarlo a su padre!

-¿Acaso está vivo también?

-Sería un milagro después de tantos disparos.- Les respondió con cinismo mientras estiraba su mano y simulaba disparar contra ellos.

-¿Quién fue?- Le cuestionó con una sombría mirada el mayor de los gemelos.

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