Capítulo 3, parte 1: Flores y manzanas. La invitación a la noche definitiva.
"Cáncer".
Fue la simple palabra que tuvo que escuchar la mujer para terminar de convencerse de que debía de luchar por la felicidad futura de su familia y no por su supervivencia. Aunque le habían dicho que podían detenerlo, ya que fue una detección algo temprana, ella declino esa oferta de recibir ayuda y se alejó de cuanto médico u hospital pudiese, porque sabía que llegaría un momento en que su situación sería totalmente difícil de esconder e inevitablemente tendría que pedir ayuda para que sus últimos momentos no fueran tan dolorosos, al menos para ella, porque también entendía muy bien que a aquellos que debía dejar atrás, serían los que más sufrirían.
-Mis lágrimas y mi dolor no significaran nada una vez que me haya ido, porque el dolor y las lágrimas que es presentaran en todos los que me rodean, sé que será lo más difícil de soportar.- La manera en que dijo aquello, provocó muchas emociones en su compañera, pero la que predominaba era la de incredulidad, o mejor decir confusión, ya que no entendía porque decía aquello. No entendía porque decía que lo peor no sería su muerte, aunque, al final, Calvera aclaró sus silenciosas dudas para ver si finalmente podía entenderla y no seguir mortificándola sobre aquello que ella sentía que debía de hacer a como diera lugar. -A mis ojos, Agatha, lo que duele no es la muerte. Lo que duele es todo lo que queda después de que te vas. Tu familia, tus amigos, tus hijos. Todos los que amas son los que se quedan después de que te marchas y deben de comenzar a batallar por rehacer sus vidas, luchar por llenar huecos que solo tu llenabas, volver a lugares o hacer cosas que solo contigo hacían, volver a hacerlas, pero en compañía de otras personas que tal vez son muy, demasiado diferentes a lo que tú eras, y tener que adaptarse a esa situación, a todas las situaciones que irremediablemente se presentan. Volver a empezar a pesar de que sabes que hay una falta enorme, hay un hueco que no se podrá llenar con la aparición de nadie, porque por más que se parezca a ti o tenga un poco de lo que antes podía contrastar con tu personalidad, no eres tú y nunca nadie podrá suplantarte. La muerte no es dura, Agatha, lo que es duro es la vida que le sigue a esa muerte.
La otra mujer simplemente continuó en silencio mientras Calvera decía todo aquello, siempre apretando con fuerza aquel infaltable pañuelo que usaba para detener un poco, las hemorragias nasales que de manera frecuente se le presentaban, debido a su condición actual. Los medicamentos que podía conseguir para calmar un poco su dolor, la ayudaban, pero había día en que abusaba de ellos porque lo que sentía era insoportable, y como algunas de esas pastillas tenían un efecto de anticoagulantes, era cuando más se le presentaban esas situaciones. Podía controlarlas con facilidad, pero no iba a decir que era algo que le daba igual que le sucediera, lo odiaba, a decir verdad, pero bien sabía que tenía que vivir con ello hasta el último momento que le quedara. A Agatha la torturaba el hecho de que no estaba haciendo nada para poder salvar a su amiga de su, al parecer inminente muerte, pero otra parte de ella se detenía a sí misma de hacerlo, ya que había llevado a la muerte a varias personas y no estaba mortificada ni arrepentida de eso, por lo que se sentía encerrada en una paradoja que no sabía resolver. ¿Salvar a Calvera contándole la verdad a Kardia, o dejarla morir tal y como dejó morir a los demás involucrados en el otro asunto?
Sea cual fuere su decisión, sabía que había un resultado que no variaría, que era el que Degel seguiría siendo el infeliz desdichado en la historia. Si Calvera se trataba y sobrevivía, Kardia no podría seguir con Degel, para más tarde hacer pública una -aún inexistente- relación, pero si Calvera al final moría, y ambos hombres no estaban unidos todavía, también cabía la posibilidad de que el griego se cerrara a todo y por esa circunstancia, Degel nunca pudiera avanzar en sus intentos de conquistar el corazón del contrario. La cuestión era que, lo viera como lo viera, todo era un enorme circulo que no daba buenos resultados por ningún lado y siempre condenaba al pobre de Degel a sufrir en soledad y amargura, y tristemente, a ella, no se le ocurría ninguna idea para solucionarlo.
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Secuestrado
Fiksi PenggemarCamus Diamonds, heredero del hombre más rico de toda Francia, desaparece luego de terminar con sus obligaciones en un día típico de Universidad. Lo que parece ser un trabajo mas con el mismo final que tuvo veces anteriores.. Se transforma en lo mejo...