-Finalmente despiertas.- una voz se hizo presente en la habitación que desconocía.
-¿dónde estoy?- pregunté con obvia confusión, un dolor agudo se concentraba en mis costillas, solté un quejido.
-En el hospital. Hace días que estás aquí, hubo una explosión en ca...
-Lo recuerdo.- interrumpí. Namjoon se acercó a mi y me sonrió.
-Es bueno que lo hagas.- se sentó junto a mi en la camilla.
-¿Y mi Jimin?- pregunté con nostalgia, lo último que recordaba era que él tocaba para la radio y luego todo se volvió negro.
-Él no sabe que estás aquí, él ni siquiera sabe que estás vivo. Pero eso no importa si yo estoy aquí, porque quiero ayudarte.- me dijo sin dudarlo.
-Muchas gracias por la ayuda Namjoon, pero no te creo que Jimin no lo sepa, es que eso es imposible, se supone que es el amor de mi vida, debería estar aquí conmigo.- dije al borde del llanto
-Pues ya ves que no lo es. Las personas cambian Jin, las personas superan, y tu deberías hacer ambas, porque número uno, yo te pago el hospital y si no lo haces sufriras las consecuencias y numero dos, se dice que Jimin está con alguien más, un soldado. Así que aquí mi propuesta, tu te olvidas de Jimin y yo te sigo pagando el hospital a menos que quieras morir en la calle en medio del sarna y vómito ¿que dices, aceptas?- me extendió su mano y no me quedó de otra más que aceptar su cruel propuesta, no podía hacer eso, no podía olvidar a Jimin, no le creo a Namjoon sobre lo que dijo, pero todo sea por no morir por la peste. Le di la mano y él la beso, sonreí, pero por dentro me sentía sucio y vilmente traicionado.
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Habían pasado lentamente los días, mis heridas no se habían curado del todo, aún tenía el tobillo lastimado así que no podría escapar corriendo para ir a los brazos de mi Jimin. Los moretes habían casi desaparecido y un color amarillento adornaba mi piel.
Estaba tan metido en mis pensamientos y viendo las marcas en mi abdomen, que no noté la presencia de Namjoon, quien me miraba desde la orilla de la camilla, comenzó a esbozar una especie de sonrisa la cual no mostraba sus intenciones. O yo no quería verlas.
-Seokjin, siempre tan precioso, sabes, siempre me gustaron tus gruesos labios, me preguntaba como sería el besarte, acariciar tu bella piel de porcelana, me preguntaba como se sentiría mi nombre salir de tu boca en un dulce gemido. ¿Has olvidado a Jimin ya?.- mi corazón estaba latiendo demasiado rápido que temía saliera de mi pecho, no entendía si era por la voz seductora que Namjoon me regaló o por las palabras que me dijo, pero no quería averiguarlo.
-Jamás me olvidaría de Jimin, me escuchaste, jamás.- Dije en un tono lo más molesto posible apartando mi mirada.
-Jin, Jin, Jin, respuesta incorrecta. No me dejas otra opción más que ayudarte a olvidarlo y créeme que no te arrepentirás de hacerlo.- Dijo moviendo la cabeza en negacion y acercándose a paso lento. Llegó a un lado de mi donde me quitó la aguja de la mano que me colocaba suero. Se subió a la camilla colocando una pierna de cada lado de mi cadera. Yo estaba congelado en mi lugar, no podía articular ninguna palabra, ni siquiera para gritar por ayuda.
Sus labios atraparon los míos en un cálido beso, por inercia comencé a moverlos entrando en un movimiento desesperado por parte de ambos. Nuestras lenguas comenzaron a explorarse la una a la otra, finalmente pude mover mis manos y las coloqué en la cadera del ladrón que ahora robaba mis suspiros en cortos besos. Comenzó a simular embestidas haciendo fricción en nuestras notables erecciones, yo seguí el movimiento con mis manos, presionando y aumentando el ritmo para así crear una cercanía más íntima. Mis manos tomaron el chaleco que Namjoon portaba y lo quité de un jalón despeinado así sus castaños cabellos, nuestros labios volvieron a unirse buscando el calor del otro.

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Piano -Yoonmin-
FanfictionPark Jimin, un pianista judío que hace de todo por sobrevivir en la Alemania de Hitler, su vida dependerá de un teniente alemán que quiere ser aprendiz de Piano, dependerá de Min Yoongi Iniciada 13'mayo'2019 Finalizada 12'noviembre'2019