Piano -Yoonmin-

1:23

Jungkook años atrás.

-Tendrás otro padre Jungkook, es un hombre bueno y te va a querer mucho.- habló la señora Jeon.

-Pero ¿y si no? ¿y si muere como papá?- dijo el pequeño sollozando.

-Claro que no, mi niño, el es diferente y mami está feliz.- sonrió tratando de convencer más que a su hijo, a ella.

Pero el matrimonio arreglado de la señora Jeon no era más que nada para sostenerse y es que después de la muerte del padre de Jungkook, su pequeña familia de ahora dos personas, sufría por sobrevivir.

Los meses pasaron, aquel verano Jungkook se convertiría en el hijastro del hombre más temido y amado en Alemania.

-¿Está bien si te llamo Kook?- preguntó el señor con voz gruesa y para nada dubitativa.

-Está bien, padre.- animado, sonrió el chiquillo.

-Bien, sabes, tengo un gran futuro para ti. Serás mi consentido y lo mejor de mi vida.- con palabras dulces y acciones tiernas, Adolf trataba de ganarse al niño de ojos grandes y mirada inocente.

___

Jungkook se encontraba jugando en su habitación cuando escuchó algo romperse, curioso bajó a investigar la procedencia de aquel sonido.

Escuchó que su madre gritó varios insultos hacia su padrastro, temeroso entró a su despacho, la puerta estaba entreabierta, vio como un cuchillo atravesaba la mano de Adolf y su madre temblando amenazandolo con otro.

Corrió y se interpuso entre ellos protegiendo a su padrastro.- Alejate de papá.- gritó.

Adolf se sorprendió por aquella actitud, pero lo que cualquier persona espera es que un niño defienda a su madre y no a un extraño que se había colado hace poco en sus vidas.

-Jungkook, mi niño, no es lo que tu piensas, e-él iba a lastimarme.- entre lágrimas habló la mamá viendo como su pequeño hijo protegía al otro.

-No te creo. ¿También lastimaste a papi?

-No no no, yo jamás haría eso.- trató de acercarse a su hijo pero el retrocedió abrazando a su padrastro.

-No te acerques a ninguno de los dos, ya no eres mi mami.- habló con odio, se pegó más a su padrastro.

Y ahí fue como Jungkook perdió todo rastro de inocencia, en su corazón había sido plantada la semilla del odio por Adolf y poco a poco el se encargaría de regarla y hacer florecer a un nuevo Jungkook, tan podrido como el.