Piano -Yoonmin-

1:12

Y.G

-Tendremos que transferirte Yoongi. No me sirves aquí, ya te lo había dicho, es mejor que te vayas.- Habló el general sobando sus sienes. Me negaba a que me mandara a otro lado.

-No Jungkook, acá tengo a mis compañeros, pelearé por mi país, no puedes hacerme esto, se que no quieres estar ya conmigo, pero por favor no me transfieras.- Dije en un tono molesto. Jungkook se levantó de la silla, se acercó a mi lentamente, su rostro estaba bastante cerca de mi, miré sus labios y se los relamio, lo miré a los ojos, sus grandes y brillantes ojos, esos que hace tiempo me cautivaron, tan joven, tan hermoso.

-GENERAL, TENEMOS UN PROBLEMA.- Entró Taehyung gritando, ambos nos giramos a la puerta, el soldado se encontraba sudoroso y claramente confundido.

-¿Qué sucede Tae? Te he dicho que llames a la puerta antes de entrar.- Se incorporó Jungkook sentándose en el escritorio.

-General, no entraría de esta manera si no fuera una emergencia, nos atacan, los judíos han sacado armas de quien sabe donde y han disparado, hay muchos heridos ¿q-qué hago?- el nervioso Tae temblaba y hablaba agitadamente, rápido Jungkook se puso en marcha dejándome en el despacho.
Los judíos nos atacan, ja, ja... mierda, Jimin.

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J.M

Preparaba gustosamente mi desayuno cuando escuché balazos, corrí rápidamente hacia la ventana para ver de donde provenían, reconocí a Minho con un arma en la mano, estaba escondido en el callejón, vi a varios soldados acercarse hacia el, me aleje rápido de la ventana, no quería peligrar.

La cerradura estaba siendo abierta y luego la puerta, Seokjin entró con la respiración agitada.

-¿Qué pasa Seokjin, está todo bien? ¿Qué son esos balazos?- pregunté con voz angustiada.

-Jimin, te traje comida para más de dos semanas. Te traje más ropa, jabón, zapatos. También te traje de éstas flores que tanto nos gust- Le interrumpí, hablaba realmente rápido y desesperado.

-Jin, tranquilizate ¿que sucede?- me miró con cierto miedo.

-Jimin, no puedo protegerte más, todo ha salido mal, Namjoon ha hecho todo lo que estuvo en sus manos. No puedo más Jimin, creí que al realizar esta revolución todo volvería a la normalidad, pero es tanto odio hacia nosotros. Jimin.- me tomó de las manos.- quiero que sepas que nunca dejé de amarte, fuiste lo más importante para mi, me ayudaste a tantas cosas, te agradezco por todo. Hago esto para protegerte, es mejor que estés aquí que allá fuera. Te dejaré la llave, no salgas para nada a menos que sea importante. Te amo Jimin.

Se acercó a mi y depositó un casto beso en mi frente, al separarse salió por la puerta no sin antes encerrarme y posteriormente deslizar la llave por debajo de la puerta.
Me acerqué para agarrarla. Me incorporé nuevamente y miré a la puerta, pensaba en todo y en nada. El sonido de las balas saliendo de las armas se escuchaba de fondo... y lloré.

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Y.G

No vi a Jimin por ningún lado, no se había revelado contra nosotros y eso me alegraba bastante.
Mi cabeza dolía debido al ruido de las granadas lanzadas hacia los judíos. El general se colocó a mi lado. A lo lejos se veía correr a aquel joven que tantas veces vi con Jimin.

-Dispárale Yoongi. Es una orden.- Dijo cerca de mi oído. Su voz erizo mi piel, no podía hacerlo. Aunque no lo conociera no era mal chico. Negué con la cabeza.- Si quieres quedarte, hazlo. Retirare los papeles de transferencia. Es una orden de tu General. HÁGALO TENIENTE, ES UNA MALDITA ORDEN.

Estaba entre la espada y la pared. No podía hacer esto. Apuntaba hacia él pero no jalaba del gatillo.
Mis manos comenzaron a temblar, quería quedarme para cuidar de Jimin, quería protegerle. Cerré los ojos y lo jale, el sonido ensordecedor hizo mis oídos zumbar, al abrir a mis ojos el cuerpo del joven se encontraba tirado en el camino de tierra. Carajo.

-Bien hecho teniente. Ha ganado de nuevo su puesto. Felicidades.- dijo y se levantó dejándome detrás de aquel bulto de paja.
Temblaba, no podía creer lo que había hecho. Había asesinado por primer vez a un hombre inocente. Era un monstruo.

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J.M

Tres días habían pasado desde la última visita de Seokjin, me encontraba realmente aburrido.
Me acerqué tentativamente a aquel bello piano, jale el banquillo y me senté. Cerré mis ojos, mis dedos se movieron, la melodía un poco melancólica se escuchaba, los minutos pasaron volando, terminé mi composición, abrí los ojos.

Las teclas jamás habían sido tocadas, el sonido fue producido en mi mente, no era tan tonto como para exponerme de esa manera, baje la tapa, me levanté del banquillo y decidí tomar un baño.

Llené la tina con agua tibia, tomé el jabón de durazno y entré lentamente sentandome en la tina, un poco de agua fue derramada, abracé mis piernas escondiendo mi cara entre mis rodillas, mis sollozos comenzaron. Caí en cuenta de que me había quedado completamente solo, no sabía nada sobre mis padres ni mi hermana, Hoseok se encontraba muerto, mis amigos se habían ido igual. Seokjin me abandonó al igual que Namjoon, no tenía a nadie en el mundo.

Me hallaba sentado pensando, el agua se había enfriado, mis dedos se habían hecho arrugados. A mi mente llegó la vez que el teniente me besó estando ligeramente ebrio. Reí un poco ante el recuerdo de él bailando las canciones de mi abuela. Tal vez, sólo tenía al teniente, eso me reconfortaba auque fuera un poco.

Decidí salir del agua, tomé la toalla y seque lentamente mi cuerpo, me miré al espejo, mis costillas se notaban un poco más que antes, mis brazos estaban más delgados, mis mejillas habían desaparecido muy poco, aún tenía pancita, decía que era de bebé, reí al ver lo ridículo que era. Mis ojeras eran más notorias. Di un largo suspiro. Era patético seguirme lamentando.

Salí del baño, vi que la ventana estaba ligeramente abierta, me puse un poco nervioso, un ruido en la cocina hizo que brincara un poco en mi lugar. Lentamente me fui acercando, dije un hola dudoso, mi saludo fue contestado con un maullido. Un pequeño gatito salió de entre mi ropa sucia.

-Hey pequeño ¿que haces acá, como has llegado?- me respondió con otro "miau"- claro, eres un gato, no hablas, que tonto soy. Ven, te daré un poco de leche y te cuidaré, te llamaré Grell, tan lindo que eres.

Tome al pequeño entre mis brazos y ronroneó, me reí un poco apenado por la idea que pasó por mi mente. ¿Y si mejor lo llamo Yoongi?
Eran tan parecidos, su pelito negro, patitas blancas y unos ojitos tan bonitos... ¿le gustarán los gatitos?

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Les traigo este capítulo con un final bien cambiado jaja. Pero tiene mucho que ver adelante.
Espero les haya gustado.
Entonces... ¿Yoonkook? Cielos.