Mi cuerpo dolía, mi corazón dolía, el viento frío entraba por la vieja cobija que cubría mi cuerpo que esperaba por alguien que jamás iba a volver, esperaba a Hoseok, esperaba a Schmül, pero ellos nunca llegarían, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos llegando hasta la almohada, me sentí tan enojado al escuchar en mi mente las palabras del teniente, al recordar su risa, al recordar la mirada del que era su mano derecha, me levanté corriendo hacia el lavadero como le llamábamos y vomité lo poco que había en mi estómago, Minho llegó y sobo mi espalda.
-¿Qué sucede Jimin?- preguntó en un tono tranquilo, yo me senté en el frío suelo, sorbí por la nariz y limpié las comisuras de mis labios.
-Hoseok... lo mataron, me lo arrebataron, ¡mataron a Hoseok, Minho!- mi pecho dolió. Minho solamente se limitó a abrazarme.
Después de mi escena en el lavadero me dispuse a trabajar, conseguiría todas las armas para proceder en contra de los alemanes... ¿y el arma que tenía ayer? Oh no, el teniente Min...-----
N.O
El joven cayó rendido ante sus brazos, el sonido de la respiración tranquila era lo único que les acompañaba esa noche.
-Pare- le dijo al chofer – Vaya por ahí, yo silbaré cuando lo necesite, una palabra de esto a alguien y lo mato, ¿me escuchó?- El joven chofer asintió y se bajó del auto dejando solos al teniente y a Jimin.
Después de llorar desconsoladamente terminó quedándose dormido entre los brazos reconfortantes de Min, deshizo su agarre, Jimin, al sentirse vacío acomodo su cuerpo en el asiento y su cabeza en las piernas del teniente, el recién nombrado tragó saliva nerviosamente, era realmente una posición muy comprometedora, pero lo ignoró, esa noche no sería así, no debía sufrir Jimin de esa manera.Pero es que se doblegaba ante el pequeño joven que estaba acurrucado balbuceando algunas palabras incoherentes, sus ojos hinchados estaban cerrados, sus pestañas largas los adornaban, sus labios pomposos aumentaban su volumen ya que su mejilla estaba aplastada contra la entrepierna del teniente. Yoongi sonrió, pasó sus largos dedos en la cabellera del menor y suspiró, todo le parecía hermoso en Jimin, desde aquel día en la plaza principal cuando se encontraba jugando con su hermano, su risa, su sonrisa, su cuerpo, su alma alegre, todo le gustaba de Jimin, aun cuando lo vio besar a aquel chico alto y delgado, aun cuando los vio entrar a un callejón y escuchar sus gemidos, aun cuando fuese judío. "No te mereces todo esto Jimin, eres demasiado precioso para este mundo de mierda" Dijo Yoongi.
El teniente desvió la mirada hacia la cadera de Jimin, vio un extraño bulto que se formaba, estiró la mano para tocarlo, era algo realmente duro, levantó la camisa que traía y del elástico del pantalón sobresalía una tela extraña, el teniente sacó aquella tela y la examinó, al abrirla vio que era un arma, Yoongi extrañado la colocó en su maletín, haría como si no hubiese pasado nada, haría lo que fuese para proteger a Jimin.
J.M
Busqué aquella arma hasta por debajo de las piedras pero jamás apareció, estaba seguro que la tenía entre mis pantalones. Las campanadas que daban aviso a la labor fueron escuchadas, así que fui al granero, los sacos de patatas se hallaban ahí, rebusqué en el fondo y saqué el arma del día, la guardé en otro lado para que no se me cayera. Comencé por pelar las patatas, separé los vegetales en buenos y malos, lavé las frutas, pasó la hora de comida, regresé a hacer lo mismo y al anochecer el toque de queda daba aviso al final de la jornada.
Caminé por donde Namjoon me había indicado, la tela que cubría aquel artefacto fue lanzado hacia el otro lado de un muro de piedra, la única luz encendida se apagó, yo suspiré aliviado y caminé hacia el lugar en donde dormía.
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Los días fueron lo mismo durante 4 meses, me levantaba a desayunar, iba al granero, guardaba el arma, pelaba patatas, organizaba los vegetales, comía, cenaba y arrojaba el arma, una rutina aburrida, de mucho riesgo, pero no me importaba, el General tocó una parte muy importante en mi, mi enojo era mayor cada día, mi corazón se llenaba de odio y rencor cada vez mas, quería al General Jungkook muerto.
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Al levantarme esta mañana sentí un mal presentimiento, algo que me decía que nada iba a ir bien, decidía omitirlo y seguir con mis labores. Al desayunar Minho se acercó a mi.
-Escapar es muy fácil Jimin, pero sobrevivir fuera sería de mucha suerte, es como buscar una aguja en un pajar, es casi imposible, ¿estás seguro que deseas hacerlo?- Sus palabras no me daban muchos ánimos, pero deseaba hacerlo, quería dedicarme a buscar al general y tomar justicia con mis propias manos.
-Estoy seguro Minho, lo haré esta noche al toque de queda, estuve observando la conducta patronal de los soldados, al sonar las campanas una carreta, un caballo y un jinete se acercan para tomar los sacos que se me encargan, ahí yo tomaré oportunidad y me subiré a la carreta escondiéndome entre los sacos, al salir escaparé y llegaré a donde Namjoon, meses antes me mandó una dirección y allí iré.- Las campanadas de los labores se escucharon al fondo, Minho me abrazó y me deseo suerte, la necesitaba.
Hice mis labores como de costumbre, pelé las patatas y lavé los vegetales. Un soldado entró un soldado, inspeccionando mi área de trabajo.-¿Qué hay dentro de los sacos chico?- preguntó, mierda, sabía que tenía que sacar el arma, la había dejado ahí para que al salir me sirviera de defensa.
-Se-semillas, señor.- contesté sumamente nervioso.
-¿Seguro? Semillas, ya lo veré, chico.- quitó el lazo que cerraba el saco, mis manos comenzaban a sudar, mi cuello igual, mis nervios aumentaban cada vez que el soldado metía la mano buscando algo.
Sacó un pedazo de tela del fondo, lo abrió y vi que eran espárragos.- Que buena broma chico, no vuelvas a hacer eso imbécil.- Me dijo y me dio una bofetada, salió del granero riendo. Esa acción hizo reforzar mi elección, me iría y jamás volvería.La noche cayó lentamente, el toque de queda fue dado, mis nervios volvieron, salí del lugar con los sacos colgando de mis hombros, los subí a la carreta y yo subí después tapando mi cuerpo con los sacos y demás cosas que habían ahí, mi corazón palpitaba a mil por hora, mis manos temblaban y mi respiración se aceleraba. Sentí la carreta avanzar, pasó un tiempo hasta que finalmente nos deteníamos en el lado alemán, sentí como el jinete se bajaba, me quité los sacos de encima y me bajé de la carreta, mis piernas temblaban. Corrí hacia una calle que estaba vacía, busqué algún indicador que dijera el nombre de la calle de Namjoon, después de mucho caminar encontré el indicador, un edificio de tres pisos más o menos apareció frente a mi, entré sigilosamente al lugar, subí las escaleras hasta llegar al último piso, me coloqué frente a la puerta y di tres golpes seguidos. Tardaron mucho en abrir la puerta, era de noche y demasiado tarde, me gire para regresar por donde había venido cuando el seguro de la puerta fue quitado y seguido fue abierta, miré de nuevo a la puerta y la sangre se me fue al suelo.
-¿S-Seokjin?
-Hola, Jimin.
HOLA BBS
Aquí les traigo una pequeña actualización.
Espero que les haya gustado.
Disfruten el drama que se vendrá.
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ESTÁS LEYENDO
Piano -Yoonmin-
Hayran KurguPark Jimin, un pianista judío que hace de todo por sobrevivir en la Alemania de Hitler, su vida dependerá de un teniente alemán que quiere ser aprendiz de Piano, dependerá de Min Yoongi Iniciada 13'mayo'2019 Finalizada 12'noviembre'2019