Piano -Yoonmin-

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-De nuevo, lo siento teniente Min, no fue mi intención chocar con usted, por favor no me mate.- rió armoniosamente, un miedo invadió mi ser, mi cuerpo temblaba.-¿que sucede?

-No soy como los demás soldados, no te haré daño, trata de confiar en mi. Deberías ir a casa, no es seguro que estés fuera, menos luciendo así, anda, que tú familia te espera.- de nuevo me sonrió, su mano estaba sobre mi hombro y sin decir más, se fue.

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Caminé lentamente a casa, mi cuerpo dolía, me sentía sucio, no negaba que me gustó lo que pasó en el hogar de Namjoon, tan sólo esperaba que nuestra amistad no cambiara.
Al llegar a casa me tiré sobre el sillón, mamá me había preguntado como me había ido y yo solamente respondí con un simple "bien." Iba a pararme a comer algo cuando la puerta fue derribada y varios soldados entraron.

-¡¿Familia?! ¡Vamos, dime que familia vive aquí, judío de mierda!- El soldado me gritaba y yo parecía haber creado raíces en el suelo, tenía mucho miedo.

-Pa-Park, la fa-familia Park.- dije tartamudeando debido a mis nervios.

-La fa-familia, aparte de judío eres retrasado, pedazo de imbécil.- mencionó burlándose por mis palabras trabas.
Entró un joven soldado y me miró mal.

-Son la familia Park, es la casa correcta. ¿Tus permisos?- Mencionó un poco amable aquel soldado

-Y-yo, e-están...- No podía articular ninguna palabra, mis manos temblaban y mi nuca comenzaba a sudar. El soldado Min entró a la casa, me sonrió.

-General Jungkook, yo tengo sus permisos, vine a hacer revisión por mi mismo en la mañana y los pedí, no podemos perder tiempo con éstos, disculpe si fue falta de respeto hacia su persona.- Dijo haciendo una reverencia al tal Jungkook. No entendía que pasaba, mucho menos entendía el por que me estaba ayudando, no sentía un buen presentimiento sobre esto.

-Buen trabajo, Min, has ganado un bono por tu buen cumplimiento.- Sonrió y le guiñó un ojo al soldado Min, no se porque mi estómago se revolvió al ver aquella escena. Min me miró y me sonrió, sentí que un rubor se apoderaba de mis mejillas. ¿que está pasándome? Los soldados salieron, no sin antes mirar con repulsión mi hogar, me sentí mal por la acción, pero no podía hacer nada al respecto. Al cabo de unos minutos mis padres y mi hermana salieron a comprar un poco de comida para la cena, solo quedábamos mi hermano y yo.

Hoseok se acercó a mi con una taza de chocolate caliente.-¿Quieres hablar sobre algo?- negué tomando la taza- Jimin, te conozco de toda la vida, se que te sucede algo, vamos, sabes que puedes contarme y que no le diré a nadie.

-Lo se Hoseok, pero, creo que es mejor que se quede así, que nadie sepa nada, por el bien de todos.-Dije antes de tomar un sorbo del chocolate, mi hermano se sentó a mi lado, puso su mano sobre mi hombro, dejé en la mesa la taza, me giré para verle, lágrimas caían por mis mejillas desapareciendo en mi pantalón.- Yo hice algo muy malo, estuve con Namjoon solamente para obtener los permisos y lo peor de todo es que me gustó, visité a Seokjin y me terminó corriendo de la habitación, me encontré con el teniente Min y me sonrió, yo no quiero que me sonría, no quiero que me guste, Hoseok, soy una mala persona, soy malo, los alemanes deberán castigarme como se debe.- me recoste en las piernas de mi hermano, el tomó mis cabellos entre sus manos y comenzó a masajear, con el paso de sus movimientos mi cuerpo se iba relajando y yo dejé de llorar.

Mis papás y hermana llegaron, mamá preparó la cena y papá nos contaba historias de sus abuelos, era un poco infantil pero me gustaba.
La cena transcurrió normalmente, al terminar mi familia y yo recogimos la mesa y fuimos a dormir.

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En la mañana Namjoon se encontraba en mi casa desayunando contento con mi padre, los permisos estaban listos y yo agradecía por eso.

-tengo que llevar estos permisos con los soldados, no tardaré.- dije tomandolos y huyendo del lugar, no quería ver a Namjoon, sentía vergüenza y traición a mi mismo.
Caminé por las calles del Dreko, es donde los soldados pasaban la mayor parte del tiempo bebiendo en bares y consiguiendo mujeres, no entendía esa contradicción, odiaban a los judíos pero deseaban a las mujeres, lo que hace el pecado. Una persona que alcanzaba ya a reconocer salió del bar un poco ebrio.

-ERES UN PARK, VEN CORAZÓN, VEN.- gritó en cuanto me vio, caminé hacia el para callarle, si lo veían así iban a castigarlo y a mi me matarían, reí al verlo de esa manera.- Shhhh Park, nos pued-pueden escuchar, acompañame a ca-sa, ven, ven.- me tomó de la mano y me jaló haciendo que caminara junto con el, yo trataba de soltarme pero el no me dejaba, pasamos por varios callejones obscuros y calles estrechas, llegamos a un muro enorme con una puerta de metal en el, yo volteaba a ver a todos lados verificando que nadie notaba nuestra presencia, el teniente Min sacó unas llaves y abrió la puerta, nuevamente me tomó de la mano e hizo que entrara junto con el.
Al entrar, nuevamente caminamos por calles estrechas, después de diez minutos o eso calculaba yo, llegamos a una casa muy bonita, por fuera estaba pintada de azul pastel, tenía plantas colgando, la puerta era de madera y en ella se encontraban talladas las letras T.M.Y.

El teniente sacó nuevamente sus llaves y con una pequeña, abrió la puerta de la casa, entró y yo me quedé fuera.- Teniente Min, no es correcto que esté aquí, deberé irme, lo siento.- le dije, el negó con la cabeza y me jaló hacia dentro, cerró la puerta con llave y las guardó, su mano apretaba mi muñeca, dolía un poco su agarre, pero no me molestaba por completo.

-Dime tu nombre, anda.- me decía mirándome a los ojos, era tan sólo un poco más alto que yo, estaba muy cerca de mi, alcanzaba a tener detalle de lo bonitas que eran sus pestañas, sus ojos brillaban y sus mejillas tenían un leve rubor, sonreí.

-Jimin. Soy Jimin, teniente Min, déjeme ir, no es correcto que esté aquí, a usted le pasará algo malo y a mi me m... ¿q-que hace?- puso música del año de mi abuela y comenzó a bailar.

-Estoy bailando, vamos.- me tomó de la cintura, se movía al ritmo de la música.- Vamos Jimin, baila conmigo.- rió y yo igual, comencé a bailar junto con el, coloque mis manos en sus hombros, sus pasos eran un poco torpes debido al alcohol en su cuerpo, en un movimiento nuestros pies se enredaron y ambos caímos al suelo, el encima de mi, comenzó a reírse, su risa era muy linda, su sonrisa era aún más, ambos nos encontrábamos riendo, vi como se acercaba lentamente a mi, a escasos centímetros de mi rostro podía verlo, mi cuerpo actuó casi de manera involuntaria, subí mi cabeza un poco y me encontraba besandolo, sus labios eran muy suaves, su piel se sentía cálida, nuestras manos se entrelazaron, pasó su lengua sobre mi labio inferior, se movió sobre mi miembro, suspire, me separé de el un poco.- Teniente Min, debemos parar.- lo separé de mi, se levantó y me ayudó a parar.

-Lo siento Jimin, Park, lo siento, tiene razón, lo llevaré de nuevo al Dreko.- me dijo un poco apenado.

-Está bien, aquí tengo los permisos, gracias por lo de ayer.- dije extendiendo los permisos.
Me sonrió y me indicó la salida, caminamos de vuelta a casa.

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-Gracias por bailar conmigo, Jimin.- me sonrió y me dio un beso en la mejilla, salió casi corriendo del último callejón que nos separaba de la vista de todos. Toqué donde su beso había sido depositado y sonreí.
Entré a casa, todo transcurría normal, hasta que Hoseok habló.

-Jimin, ¿que hiciste?, vendrán por nosotros.

...
Aquellos jóvenes amantes creían que entre callejones y calles obscuras jamás serían vistos, pero no todo es así, siempre hay alguien que mira más allá de lo que debería.

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Hola bbs, lamento la demora en actualizar, tuve muchas ocupaciones de la escuela, tuve un lapsus brutus y llegué a bloquerame por un momento, pero aquí está el nuevo capítulo, espero y les guste.
¿Quién vio a Jimin y al teniente? Pista: alguien aparte de Hoseok.
Besitos♡
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Pasen por la fic "The sun no longer shines"
C~
Byeeeee