Piano -Yoonmin-

1:17

2'3

《Bombardeo》

El plan que el General Jungkook había elaborado se llevaría a cabo a la tarde.

El comandante estaba en posición, el tanque estaba listo, los soldados estaban armados por si alguien salía de aquellos edificios y se pusieron en marcha, Jungkook caminaba junto con ellos, al fin y al cabo era él quién quería ver al pequeño Jimin huir y asesinarlo

Después de varios minutos caminando, llegaron a tan esperado destino.

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Jimin se encontraba tratando de entrar en calor, su cuerpo estaba helado, un poco paranoico miraba a todos lados puesto que escuchaba ruidos afuera

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-General, de la orden y el edificio quedará hecho polvo poco a poco.- habló uno de sus hombres, Jungkook sonrió.

-Comandante, comience por el cuadrante 5, iremos de reversa. ¡Preparen sus armas soldados, tanque. Fuego cuadrante 5, adelante!-
Orgulloso, vio como el cuadrante se destruía, los soldados prepararon el tanque nuevamente y se colocaron en posición.

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El pequeño Jimin sintió un temblor, y escuchó un fuerte ruido que hizo zumbar sus oídos, de inmediato supo que se trataba de una explosión.

Rápidamente tomó todas sus cosas y las colocó en el bolso que traía con anterioridad, a lo lejos escuchaba el tanque ser preparado nuevamente, sin pensarlo dos veces, corrió hacia la salida más cercana tambaleandose un poco debido a las vibraciones.

La lluvia hizo acto de presencia y el cielo nublado obscureció toda a ciudad, Jimin logró escapar de aquel hospital, volteó hacia atrás mientras corría y vio que todo el lugar se encontraba totalmente destruido.

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-Maldito hijo de puta, ha escapado de nuevo ese jodido judío de mierda.- gritó. Los demás soldados se encontraban un poco confundidos por aquella reacción del general.- Vayan a buscarlo, es una orden.

Los soldados corrieron en busca de un hombre sin descripción.

El General estaba realmente enojado, había logrado escapar, él no podía permitirlo, no podía permitir que Yoongi y el estuvieran juntos. Yoongi era de Jungkook, le pertenecía, o eso es lo que el General quiere creer.

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Después de tanto correr entró a una vieja casona, la cual para su suerte se encontraba vacía.

Inspeccionó un poco el lugar y donde el suponía era la sala, se encontraba un piano.

Jimin sin pensarlo, se acercó a aquel instrumento color blanco y negro, aquel instrumento tan majestuoso. Se sentó sobre el viejo banquillo, levantó la tapa, se sorprendió un poco al ver que las teclas estaban casi intactas. Sin temor, pasó sus hábiles dedos por las teclas, tocando así la composición que había hecho sólo para Yoongi.

Jimin siguió tocando sin parar y sin percatarse de los brillantes ojos que lo miraban con ilusión, que lo miraban con felicidad, aquel dueño de ese par de ojos se acercó lentamente, si le interrumpía jamás se lo perdonaría.

Yoongi sonrió.

Jimin terminó de tocar la composición, se levantó del banquillo, gracias por permitirme tocarte, mencionó agradecido, bajó la tapa y se giró sobre sus talones. Dio un pequeño brinco cuando se percató de aquella ajena presencia.

-T-teniente Yoongi

-Hola, Jimin.

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Capítulo corto, maratón.