S H E [Fadie]

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"Chocolatinas y pasadores"

Después de esperar a que Sadie cogiera lo que le había traído, y al darme cuenta de que íbamos a estar allí sin hacer nada durante mucho tiempo, me atreví a hablar:

- Es una chocolatina.- dije, pero ésta seguía con la vista fija en la barrita.- Está buena, puedes comertela, para eso la he traído.

Asintió y acercó su mano a la mía. Me miró a los ojos y finalmente, cogió la golosina.

Lentamente y con cuidado, fue rompiendo el envoltorio, para sacar el chocolate. Tardó unos 30 segundos en sacar la chocolatina, mientras que yo tardé unos 4 segundos.

Con gesto dudoso, se llevó la barrita a la boca con el mismo ritmo calmado y cuidadoso con el que la había extraído del envoltorio.
Cuando tuvo el chocolate en la boca, observé sus rojizos y carnosos labios e inconscientemente, me mordí mi labio inferior.

Cuando por fin se comió la golosina, presté atención a su reacción. Cerró los ojos para sentir su agradable sabor dulce y después, hizo una mueca al sentir el sabor amargo. Reí.

- ¿Te gusta?- pregunté después.

-...Es...- tardó unos segundos en responder, el tiempo que tardó en tragar -  realmente deliciosa.- sonrió tímidamente - Gracias, Finn.

- De nada. - sonreí ampliamente - Si quieres puedo traerte más...- ésta asintió y miré mi reloj de pulsera. Eran las 2:34 de la madrugada, mi hermanastra se habría dormido ya, y se había olvidado de sacarme de aquí, o tal vez no. - Pero no esta noche. Es tarde. Quizá mañana, vendré a verte.

- Finn...- llamó con su particular voz suave - ¿Tienes mi pasador?

- ¡Oh, si! Casi se me olvida devolvertelo...- dije rebuscando en los bolsillos de mi chaqueta hasta que encontré el plateado pasador y se lo tendí.- Aquí lo tienes, gracias por prestarmelo, me ha sido muy útil.

Sadie extendió la mano para cogerlo, pero se detuvo al tocar mi mano mientras añadía:

-...¿Sabes qué? - cerró mi mano en un puño, encerrando entre mis dedos su plateada horquilla -...quédatelo, no lo necesito. Así podrás venir a verme de vez en cuando. Considéralo un regalo por la  deliciosa chocolatina.

Agradecí con una sonrisa el bonito gesto, me despedí de ella y me largué de la oscura habitación, dejándola allí sola. Al fin y al cabo, el pasador era lo único con lo que podía abrir la puerta del sótano, porque aquélla puerta tenía una llave que encontró Millie y que sólo ella y yo sabíamos de su existencia.

Al subir por las escaleras, pasé por el salón, para comprobar que el novio de mi hermanastra se había ido. No sé escuchaba ningún ruido fuera de lo normal ni ninguna voz masculina ni femenina. Efectivamente, el salón se hallaba vacío. Subí a la habitación de Millie.

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¿Qué piensan ustedes de la dulce Sadie?

Mil gracias por leerme 🖤