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"El sótano"

Ya llevo 2 semana viviendo en esta "casa del terror". En este tiempo, toda la familia, (excepto Millie, ella se ha pasado la primera semana en el amplio jardín, leyendo revistas de temas particularmente interesantes) nos hemos encargado de limpiar, pintar y arreglar la enorme mansión. Ya no tiene un aspecto tan fantasmal ni terrorífico, y la verdad es que es muy espaciosa y bonita. El único rincón de la casa que nadie se atrevía a limpiar era el sótano. Aquel sitio debía de tener telarañas y puede que hasta... ¡ratas!
Nadie lo sabía y probablemente nadie lo sabría jamás.

Volviendo a la actualidad, era una noche cualquiera de un sábado cualquiera. Estaba tumbado encima de mi cama en mi nueva y amplia habitación, leyendo sobre algo que hoy en día ni siquiera recuerdo qué era mientras escuchaba como la lluvia nocturna golpeaba sin cesar el cristal de mi ventana.  Mi madre y David habían salido juntos los dos para celebrar que la casa por fin estaba completamente ordenada, limpia,...etc; dejándonos a la harpia de Millie y a mi solos.

- ¡Finn ven, deprisa!- gritó Millie, pero la ignoré al pensar que podía tratarse de otro de sus trucos- ¡FINN DEPRISA VEN!¡ESA COSA QUIERE ATACARME!

Al oír el término "esa cosa" me preocupé y, temiendo lo peor, salí de mi cuarto, algo molesto.

- ¿Donde estás?- pregunté.

- En Hawaii, no te digo...¡¿Donde carajo quieres que esté?!- dijo sarcástica.- ¡Estoy en el sótano, imbécil!

Al insultarme, pensé en darme la vuelta y volver a mí dormitorio, pero me invadió la curiosidad de qué intentaba atacarla e ignorando su habitual mal humor, bajé a su encuentro.

- ¿Qué demonios te pasa?- pregunté, apresurándome a entrar en el oscuro sótano, únicamente iluminado por una bombilla medio fundida que colgaba del techo.

- ¡Mira ahí!¡Justo ahí!- dijo señalando con un dedo la distancia.

- ¡Ahí no hay nada, sólo polvo!- me quejé pero eso sólo la alteró más.

- ¡Sé lo que he visto!- replicó a gritos - ¡NO ESTOY LOCA! ¡Está justo ahí, míralo y me creerás!

Me callé, esta vez sí parecía tener razón. Sin protestar, me dirigí hacia el sitio del que provenía la "cosa". Cuando llegué no vi nada y entonces, oí como la puerta del sótano se cerraba a mi espalda.

- ¡Millie!- grité y esta rió al otro lado de la puerta. Me encerró con llave en aquel escalofriante lugar.- ¡Millie abre la puerta!¡Millie!- golpeé la puerta pero hizo caso omiso.

- No vas a salir de ahí hasta mañana, cuando vuelvan papá y Karen, así tendré la casa para mi sola.

- ¡No puedes dejarme aquí!- rogué desesperadamente y esta volvió a reír -¡Millie!

Escuché sus pasos alejarse y derrotado, me senté en el frió suelo. Observé a mi alrededor, había telarañas colgando en las esquinas del techo, la pared estaba medio carcomida y olía a humedad. La habitación estaba vacía y llena de polvo. Era bastante espeluznante.

Traté de cerrar los ojos y entonces, imaginé a una chica, una especie de ángel por medio segundo. Abrí los ojos y como por arte de magia, apareció ante mis ojos en aquel mohoso sótano. Estaba escondida tras una columna de madera en la que colgaba otra telaraña, parecía asustada.
No daba crédito a lo que veía...¿Era real?¿No estaba soñando?

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¿Nunca habéis vivido alguna experiencia ficticia o demasiado increíble para ser cierta?

De ser así, ¿creéis que al contarlo os hubieran creído?
Pues algo así experimentó Finn al verla a....ELLA.

Gracias por leerme 🖤










S H E [Fadie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora