S H E [Fadie]

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"Ella es Sadie"

Narra Millie:

Finn se largó de allí, dejándome anonadada. Le seguí con la mirada y le vi marcharse otra vez al sótano.

Anteriormente, me dijo que estaba con una chica, pero yo no pude verla. Creo que mi estúpido hermanastro se está volviendo loco.

Últimamente Finn se comportaba de manera extraña: se levantaba todos los días muy temprano, nunca quería hablar con nadie (lo cual me fastidiaba, porque no hay cosa que yo adore más que criticarle e insultarle), y se pasaba los días enteros encerrado en aquel sótano abandonado del piso inferior de la mansión.

Desde el día en que le conocí siempre fue un bicho raro, pero jamás pensé que pudiera inventarse tener una novia irreal. Me parecía algo de lo más extraño y perturbador a un tiempo.

Así que, decidí por UNA vez ser buena con él, y ayudarle, e informé a Karen y a mi padre de las inusuales cosas que Finn se dedicaba a había dedicado a hacer recientemente.

Los tres, bajamos al sótano, y por supuesto, bajé la llave en mi posesión que abría la cerradura que bloqueaba la puerta.

Le di tres vueltas a mi derecha y abrí la atascada puerta de golpe.

Adentro, estaba oscuro, así que mi papá prendió la luz, dejando ver algo que nos dejó atónitos:

Finn yacía tumbado, en el suelo, abrazándose los codos, como si sostuviera algo entre sus brazos y su torso.

Estaba semi desnudo, con una única prenda: sus bóxers blancos, me fijé horrorizada en que estos estaban mojados en la zona referida a su masculinidad.

- ¡FINN! - Karen ahogó un grito y éste se volvió hacia nosotros.

Se incorporó en el suelo y nos habló:

- David, mamá,- empezó- esta es mi novia, - dijo señalando a la nada y levantándose del suelo - Siento mucho que tengáis que conocerla de éste modo...- bajó la mirada.

- ¿Qué novia, chico?- preguntó papá con el ceño fruncido.

Finn se agachó y extendió una mano, simulando que ayudaba a levantarse a alguien que, obviamente, no existía.

- Esta es mi novia, Sadie.- explicó, pero solo consiguió miradas asustadas por parte nuestra.- Millie, no la veía, pero mamá, David, vosotros sí la veis, ¿verdad?

Karen negó con la cabeza, horrorizada y papá no se movió.

- Hijo mío, ahí no hay nadie...- dijo Karen con la voz quebrada al tiempo que una lágrima le recorría la mejilla - ¿Estás de broma?

Finn negó, con enfadado y decepción.

- No puede ser...está aquí mismo,- dijo pasando los dedos por el aire, como si acariciara el cabello de alguien - ¡AQUÍ MISMO!- chilló desesperado.

- ¡AHÍ NO HAY NADIE, FINN,- lloró Karen, desesperada - NADIE! ¡Estás tan enfermo como tu padre!- chilló y quedé de piedra. Mi padre, tan alucinado como yo, no fue capaz de articular palabra.

Finn, sorprendido y herido al mismo tiempo, contuvo las lágrimas que se agolpaban en sus párpados, cerrando los ojos; se agachó al suelo, recogió su pantalón y su camiseta arrugados del polvoriento suelo del sótano y se marchó de la habitación tan rápido como pudo.

Cuando se hubo marchado Finn, mi padre rodeó con sus fuertes brazos a Karen, quién rompió a llorar desconsoladamente en su pecho.

Bajé la mirada, aún en estado de shock. Pero entonces, descubrí un papel rasgado, tendido en el suelo.
Sin advertir a nadie, me agaché para recogerlo. Lo examiné más de cerca: era un fragmento de una de las páginas de mi revista "Teen Vogue". El trozo de papel mostraba a una chica pelirroja de mi edad, de ojos azules, que sonreía para la sesión de fotos.
A pie de página se lucían las letras en tinta negra: Sadie Sink: la nueva promesa de la moda. A sus apenas dieciséis años, está joven conquista ya el corazón de miles de diseñ- leí hasta donde la página rota acababa.

Entonces, caí en la cuenta de que Finn había husmeado entre mis cosas, había encontrado la revista, y de algún modo se...¿masturbaba? con aquella modelo pelirroja.

Lo más alarmante de todo aquello era que Finn creía que ella era real. Pensar en aquello hacia que se me erizara el vello de la nuca.

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Siento tanto tener que escribir este cap, pero tenía que hacerlo así que...

By the way, gracias por leer 💫💫