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"Te amo"

- ¿¡QUÉ QUIERES DE MÍ!?- pregunté buscándola con la mirada, sin encontrarla.- ¿Dónde estás?- en un suspiro frustrado, me llevé las manos a mi alborotado cabello azabache.

- Estoy aquí.- susurró acercándose de nuevo, desde mi espalda - Nunca me fui, Finn.

Y al volverme hacia el espejo de nuevo, allí estaba, detrás mía en aquella habitación, con su blanco vestido de seda arrastrando por el suelo, con su larga cabellera de fuego invernal, con sus inocentes ojos azules, y los míos se volvieron a inundar en lágrimas.

- ¿Eres real?- pregunté con voz quebrada, deseando que aquello tan sólo fuera una mala pesadilla.

No respondió. Simplemente se aproximó más a mi, hasta que pude sentir su tenue y flemática respiración en mi pecho.

No moví un músculo, expectante. Ella alzó una mano, tocando mi pecoso rostro. Presionó sus dulces labios a los míos y a una fracción de segundo, se separó.

Deslizó su pulgar por mi mejilla muy lentamente, secando una de mis lágrimas de cristal.

El gesto, repercutió en mi, como una bala atravesandome dolorosamente el pecho.

- Te amo...- susurré y ella sonrió conpadeciendose de mi.- Estoy roto...por ti. Por tu amor.

- Lo sé...- dijo retirando su mano de mi mejilla. Deseé que no lo hubiera hecho. Necesitaba su tacto. Necesitaba compartir el aire que me mantenía vivo, con ella. La necesitaba a mi lado.

- Sadie...necesito q-que me digas la verdad.- suspiré tratándome mi propio orgullo.

- Yo...- bajo la mirada - no puedo. No te gustaría. Y enloquecerías.

Le sustuve la barbilla, he hice que levantará la cabeza, para encontrar su mirada. Aquella mirada inocente y sincera, que ahora se negaba a decirme la verdad.

- Por favor...- le rogué y observé que una lágrima se derramaba por su mejilla.

- Finn...yo no soy como esperabas. - otra lágrima dolorida hizo su aparición en sus azulados ojos - Soy producto de tu soledad mental, y me temo que es por eso por lo que nadie más puede verme. Soy un fantasma, el fantasma de tus demonios. El ángel que aparece cuando más solo estás, para amarte y...- rompió en sozollo - Lo siento, Finn...

Asentí con la cabeza, mis ojos se cristalizaron. Aquella verdad era fría y amarga. Era cortante y helada, pero era la realidad. Había que aceptarla tal y como era. No había reproches, ni segundas oportunidades. No había nada que hacer. Después de todo, era lo que quería. La verdad.

El sonido de un puño golpeando la puerta de mi dormitorio me hizo volver a la realidad. Miré a Sadie después, quien me contemplaba, esperando una reacción.

Ignoré a la persina que en aquel momento estuviera al otro lado de la puerta, he hice lo único que se me ocurrió. Estreché a mi ángel entre mis brazos y nos fundimos en un eterno abrazo. Me daba igual todo. Que ella no fuera real. Que ella fuera producto de mi solitaria locura. La amaba más que nunca.

- Finn, déjame pasar.- interrumpió mi madre, desde el otro lado de la puerta.

Resentido, me separé de Sadie, agarré mi camiseta, la cual estaba esparcida por el suelo, mezclada con el resto de muebles y cosas que había destrozado, y me la puse.
Para cuando levanté la vista de nuevo, ella ya no estaba allí. Desapareció una vez más.

Pensé en no dejar pasar a mi madre, pues prácticamente, todo mi dormitorio estaba hecho un desastre.

- Finn, o me dejas pasar o derribaré la puerta.- dijo con firmeza - Tú eliges.

Finalmente, me acerqué a ésta, aparté la silla y abrí el picaporte.

Mi madre quedó boquiabierta al ver la habitación destrozada.

- ¡Mañana mismo te vamos a llevar al psiquiatra!- exclamó mi madre, más enojada que nunca.- ¡ASÍ QUE VE RECOGIENDO TODO ESTE DESASTRE Y HAZ LAS MALETAS!

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¡Chicos! Tengo el placer de anunciarles que ya estoy escribiendo la tercera parte de la saga "Wolves y Vampires de Fillie" y muy pronto la publicaré ❤😁

Entre otras cosas, espero que les haya gustado este nuevo capítulo de la historia de Finn y su ángel, Sadie 💜

S H E [Fadie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora