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"Ella es REAL"

Después de contarles a papá y a Karen mi descubrimiento sobre Sadie, ambos quedaron horrorizados.

- A lo mejor...Finn sólo quería...- trató de defenderle mi padre, pero el problema era tan sumamente escandaloso, que no pudo terminar siquiera la frase.

- Venga ya, David...- intervino Karen ceñuda -...el no quería nada, simplemente creía que ella era real, que estaba justo allí, con él. Eso no tiene excusa ni sentido alguno.

Reflexioné, nerviosa. Después de todo Karen tenía razón. ¿Y si Finn estaba enfermo de verdad? ¿Y si padecía algún trastorno mental como...la esquizofrenia?
Al pensar en ello, un escalofrío recorrió mi cuerpo de palmo a palmo, dejándome terriblemente preocupada.

- Debo llevarle a un psiquiatra.- admitió Karen, y su voz se quebró - No voy a permitirme perder la única pizca de mi atormentado pasado que me queda.

- Pero Karen...- trató de frenarla mi padre, aunque sin éxito.

- Es lo que hay que hacer, David. No lo creo, lo sé. Su infancia ha sido difícil, no tenía amigos, ni un padre decente. Era tímido y callado, y los niños eran crueles con él. Le gustaba la soledad. - una lágrima resbaló lentamente por la mejilla de ésta - Todo ha sido culpa mía. Pudo frenarlo pero no.

- No amor, esto no es culpa tuya. No es culpa de nadie, en realidad.- la consoló mi padre y yo no dije nada al respecto.

Después, Karen y papá debatieron sobre el tema: "¿Qué psiquiatra puede curarlo mejor?"

Yo sólo me limité a escuchar y a acomodarme un mechón de mi castaño cabello detrás de la oreja, con la mirada baja.

Narra Finn:

Al llegar a mi habitación, coloqué una silla bloqueando el picaporte, para que nadie pudiera entrar.

Me puse mis pantalones y después, recorrí mi habitación con la mirada, buscando algo. Buscándola a ella. Entonces, en mi escritorio, junto con un montón de bolas arrugadas de papel, lo vi. Vi el poema que le escribí.

Al observarlo en silencio, mi mente se inundó en confusión, ira y miedo. Miedo a que después de todo, ella no fuera más que un fantasma.

- No puede ser...- susurré para mi mismo y estalle en lágrimas- ¡Ella es REAL!- grité rompiendo en llanto.

Inconscientemente, di una patada la mesa y luego, otra. Me sentí algo mejor.

Continué, agarré las blancas sábanas de mi cama y las rasgué aplicando mucha fuerza. Tiré la estantería, haciendo caer todos los álbumes musicales, cómics y libros, partiendo la madera en dos pedazos cortantes.

Finalmente, al volver la cabeza, vi mi reflejo en el espejo de cuerpo entero de la pared.

Contemplé con ira, miedo y tristeza el reflejo de la persona en la que me había convertido.

Después de todo, ¿y si mi madre tenía razón? ¿Y si en realidad estaba enfermo como mi padre?

Cerré mi mano en un puño y golpeé lo más fuerte que puede el cristal de éste, apretando la mandíbula.

Al apartar mi dolido puño, contemplé el resultado: una gran raja con miles de líneas alrededor señalaban que acababa de romper el espejo.

Entonces, en el espejo, detrás de mi, advertí la figura de una muchacha pelirroja. Sadie. Mi ángel.

- Fin...- susurró tocándome el hombro suavemente.

Quería abrazarla tan fuerte como para impedir que se fuera.

Quería besarla para que no me abandonara.

Me volví para verla, pero ella ya no estaba.

Se desvaneció, como aquella infancia atormentada, como mi padre y sus problemas, se desvaneció.

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Holuu!!! Sólo para que quede claro, este NO es el final....¿ok? Jsjsj

Gracias por leerme, los amo con todo mi ❤.

S H E [Fadie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora