Con letras de hierro (Arthit Y Kongpob) [COMPLETA]

XXIV ESTA VEZ NO

POV ARTHIT
[🐢]

La noticia me callo de sorpresa.

Era cierto que deseaba regresar a Tailandia, pero no estaba preparado para separarme de Kongpob, no se ese modo.

 

*FLASHBACK*

-Gracias, ¿Cuándo viajaré?

-Hoy mismo, ¿Qué esperas? Ve a empacar, tu vuelo sale en 5 horas- esto no podía empeorar más, hoy mismo, no podía ser, tenía que ser una broma.

*FIN DEL FLASBACK*

 

Esta pequeña conversación se repetía una y otra vez en mi cabeza mientras conducía de regreso a casa.

La puerta principal del patio se abrió y Marcus me saludo a la distancia.

-Amo- grito agitando su mano y acercándose- ¿Qué lo trae aquí tan temprano?

-Deseo ver a mi novio- sonreí fríamente y mi piel se enchino tan solo de decir aquellas palabras- llegara alguien a buscar el carro, tiene un defecto y lo llevaran al taller.

-Muy bien amor, ¿llevaran la llave?

-No- me gire- ellos ya tienen instrucciones- y continúe mi caminata.

Intente abrir la puerta y tenía seguro… detestaba que Kongpob pusiera seguro después de entrar: había servidumbre y teníamos un portón de entrada lo suficientemente seguro como para que el excediera a estos extremos lo cual me hizo hervir la sangra y azotar la puerta contra la pared al abrirla con fuerza.

- ¿Necesita hablar con alguien? – la pregunta me tomo por sorpresa, pero al verla con uniforme me di cuenta que era la nueva empleada, la sustituta de P´Sunny… y esto era sin dudar obra de mi novio.

- ¿speack? JA- mi sarcasmo pareció no ser entendido- ¡¡¡Claro que lo necesito!!!- pero mis ojos la observaron más detenidamente, no podía ser, ella no podía ser…

- ¿Quizá un abrazo? - pregunto en un susurro mientras caminábamos hacia la cocina.

-Muy fuerte- dije con las pocas fuerzas que me quedaban.

No tenía tiempo de pensar en nada, solo necesitaba esto, necesitaba que alguien me amase y me apapachara solo por un momento. Estar aquí me hacía sentir tan ajeno y tan fuera de lugar que lo único que me quedaba era fingir.

No sabía qué hacer, tenía que volver a Tailandia, pero sabía que esto no era verdaderamente lo que yo quería ¿o sí?

Aquellas palmadas me hicieron sentirme tranquilo, estaba a punto de tomar una decisión hasta que…

-Kongpob, hijo ¿qué haces ahí? - la voz de madre se escuchó en el recibidor de la casa alertándome que estaba siendo observado por Kongpob.