Con letras de hierro (Arthit Y Kongpob) [COMPLETA]

XXXIII DAME TUS RAZONES

POV KONGPOB
[🦁]

Estos días P’Arthit ha estado ocupado y no me queda de otra que pasar el rato en el departamento de M, aunque últimamente ha estado de mal humor y siempre me dice la misma excusa: “todo está bien”

En ocasiones siento que es a causa de la ausencia de May, ella volvió a Nueva York y por lo que tenía entendido M debió haber vuelto hace un mes, pero…

 

*FLASHBACK*

-Pa´ deberías habilitar el trabajo de M y él pueda volver…

-Querido los tratos por los que lo había enviado P´Arthit los tomo- rio seco.

- ¿Cómo? Pa´ él está muy deprimido, necesita ver a May- insistí, pero lo que mi padre contestaría era una locura.

-Creo que no es eso hijo, él mismo me pidió aplazar su regreso por 4 meses- mi mandíbula cayo por la sorpresa.

-Padre, no estás jugando ¿cierto?

-Para nada hijo, sabes que M es como otro hijo mío. -la cálida voz de mi padre me daba seguridad en lo que me decía.

-PRONTO TENDRAN SU ANIVERSARIO- grito mi madre a lo lejos que merodeaba probablemente cerca de mi padre.

-Trata librarle ese día, quizá vuele a ver a May- pedí a mi padre.

-Claro hijo, le daré dos- esta vez rio sonoramente.

*FIN DEL FLASHBACK*

 

Esto cada vez es más raro, sigo aún pensando y recordando mientras meto las papas saladas a mi boca torpemente mientras M sigue en él teléfono sin apartar la mirada.

-M- intento llamar su atención mientras pellizco levemente su muslo.

- ¿QUÉ QUIERES? - explotó- TENGO COSAS IMPORTANTES QUE HACER COMO PARA QUE ESTES AQUÍ METIDO TODO EL DIA- grito frenético muy cerca de mi cara con los ojos henchidos de enojo con sus puños empuñados.

-Cálmate, ¿qué te pasa amigo? - pregunte con incertidumbre.

-ME PASA QUE ESTOY HARTO QUE COMPLIQUES MI VIDA- frito aún más fuerte.

- ¿COMPLICAR? - esta vez yo era el que fritaba- VENGO A PERDER MI TIEMPO CONTIGO PARA QUE NO TE SIENTAS SOLO ¿Y ME SALES QUE ESTA MIERDAD? - no puedo creer lo osado que fue como para gritarme de esa manera.

Él se encogió de hombros al verme perder el control y en un movimiento inesperado callo de rodillas frente a mí.

-Te lo ruego, no le digas nada a P’Arthit, nada- rogaba vez tras vez.