Destiny se levantaba, supo que la misión con Dumbledore fue un total y completo fracaso, observando su mano derecha, se daba cuenta que la herida era mucho mas diferente que la de Dumbledore, era la parte oscura quien la había protegido de la muerte en ese momento, salvo que su mano quedo en el estado oscuro, cubierta de un tatuaje morada que iba en cintas hasta su dedo.
Poniéndose el guante para no preocupaba mas a nadie, levantándose, se deshizo de su pijama, colocándose unos pantalones rectos, y una jersey de las Holyhead Harpies, estaba bajando a desayunar.
—¡Harry ha llegado, Des! —exclamó Hermione muy jovial, la tomaba de la mano, y le separaba de ir hacia disfrutar de un desayuno de Molly, para abrir con fuerza la puerta de la habitación, y su amiga se separaba para abrir las cortinas.
—¿Qué pa... pasa?
—¡No sabíamos que ya habías llegado! —exclamó una exaltada voz, y Harry recibió un manotazo en la coronilla.
—¡No le pegues, Ron! —lo regañó una voz de chica.
Harry encontró las gafas y logró ponérselas, aunque la luz era tan intensa que apenas veía nada. Una larga sombra osciló por un momento ante él, que parpadeó y consiguió enfocar a Ron Weasley. Este lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Estás bien?
—Nunca había estado mejor —contestó frotándose la coronilla, y se dejó caer de nuevo sobre la almohada—. ¿Y tú?
—No puedo quejarme —respondió Ron; acercó una caja de cartón y se sentó en ella—. ¿Cuándo has llegado? Mi madre acaba de decirnos que estabas aquí.
—Sobre la una de la madrugada.
—¿Cómo se han portado los muggles contigo?
—Igual que siempre —contestó, mientras Hermione se sentaba en el borde de la cama—. Apenas me dirigen la palabra, pero yo lo prefiero así. ¿Y tú, Hermione? ¿Cómo estás?
—Muy bien —respondió la chica, que escudriñaba el rostro de su amigo como si éste estuviera incubando alguna enfermedad.
—¿Y tu, Des?
La chica desconcertada, se tiraba en su cama observándole, parecía un poco afligida, por responder. Pero con una sonrisa.
—Excelente —alzó el dedo pulgar.
—¿Qué hora es? ¿Me he perdido el desayuno?
—Al igual que yo —replicaba Destiny mirando enfadada a Hermione, quien la habia impedido llegar a la cocina.
—Por eso no te preocupes, mi madre va a subirte una bandeja. Dice que estás desnutrido. —Ron puso los ojos en blanco—. Bueno, ¿qué ha pasado?
—No gran cosa. ¿No sabes que he estado todo este tiempo encerrado en casa de mis tíos?
—¡Anda ya! —protestó Destiny—. ¡Fuiste a no sé dónde con Dumbledore!
—Bah, nada emocionante. Sólo quería que lo ayudara a convencer a un antiguo profesor para que aceptara un empleo en Hogwarts. Se llama Horace Slughorn.
—¡Ah! —dijo Ron, decepcionado—. Creímos que... —Hermione le lanzó una mirada de advertencia y el chico rectificó—: Ya nos imaginamos que se trataría de algo así.
—¿En serio? —dijo Harry, que había advertido la metedura de pata de Ron.
—Sí... sí, claro, ahora que no está Umbridge, es evidente que necesitamos otro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿no? Cuenta, cuenta, ¿qué tal es?
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Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]
FantasyCon dieciséis años cumplidos, Destiny, es una de las más poderosas jóvenes magas en existencia, una de las pocas que ha podido hacerle frente a Voldemort, la más joven en la Orden del Fénix y en el mundo profesional del Quidditch; y esperando por pa...