Capitulo 42. Malas noticias.

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A la hora del desayuno Harry estaba impaciente. Tenía una hora libre antes de Defensa Contra las Artes Oscuras y pensaba dedicarla a entrar en la Sala de los Menesteres. Sin embargo, Destiny no mostraba ningún interés en sus planes, que él le estaba detallando en voz baja; eso lo fastidió porque contaba con que su amiga lo ayudaría.

—Escúchame —intentó hacerla entrar en razón. Se inclinó y puso una mano encima de El Profeta, que Destiny acababa de desatarle a una lechuza del correo, para impedir que lo abriera y se ocultara detrás del periódico—. No me he olvidado de Slughorn, pero aún no sé cómo sonsacarle ese recuerdo y hasta que se me ocurra alguna idea genial, ¿qué mal hay en averiguar qué se trae entre manos Malfoy?

Tiró del Profeta con enfado, noto que la mirada de Destiny cambiaba al momento de abrir el periódico.

—Sabes, no me importa —gruñía apretando el periódico entre sus manos—, lo importante es que saques ese absurdo recuerdo. No se trata de engañarlo ni de hechizarlo, porque eso lo habría hecho Dumbledore en un periquete. En lugar de perder el tiempo paseándote por delante de la Sala de los Menesteres deberías ir a verlo y empezar a apelar a su bondad.

—¿Mencionan a alguien que...? —preguntó Ron.

—Necesito ir a hablar con Snape —no dejo que prosiguiera, puesto que la chica se levantaba con enfado y echa un vendaval salía del comedor.

Hermione aprovecho y tomó el periódico.

—¡Sí! —exclamó Hermione, provocando que ambos amigos se atragantaran con el desayuno—. Pero tranquilos, no está muerto. ¡Es Mundungus; lo han detenido y enviado a Azkaban! Aquí dice que se hizo pasar por un inferius durante un intento de robo... Y ha desaparecido un tal Octavius Pepper... ¡Oh, qué espanto, también han detenido a un niño de nueve años por haber intentado asesinar a sus abuelos! Creen que estaba bajo la maldición imperius... también, un reporte de secuestro contra Antonelle Scammander y Constance Wright.

—¿No es familia de Destiny? —preguntó Ron en desconcierto.

Estaba a punto de tirar esa gárgola que no se movía, dándole una patada, pero llego la profesora McGonagall, preocupada, puesto que en todo el pasillo se escuchaban las palabrotas que echaba porque no se abría.

—Wright, ese vocabulario.

—Una mierda mi vocabulario, profesora, necesito hablar con Dumbledore —exigía hecha una furia, apretando los dientes para impedir incendiarse en pleno pasillo, decidió descargar la furia, rompiendo la cabeza de la gárgola en un limpio golpe de distancia—, ¡Es urgente!

—¡Veinte puntos menos! ¡Y castigo! —le señaló ofendida—. No puedes andar golpeando cosas o insultando por ahí, Wright.

—¡Pues fijese que sí! —aclaraba la casi pelirroja enfadada—. ¡Me deben dejar salir, ahora mismo!

—¡Calmase, Wright! —exclamó la profesora McGonagall observándola con enojo—. Lo que usted hará, es ir a sus clases y luego, cuando acaben, me vera en mi despacho.

—¡No! —replicó cruzándose de brazos—. Lo que yo hare, es ir a rescatar a mis madres de esos estúpidos mortifagos, aunque sea lo ultimo que haga —amenazaba marchándose por el pasillo, si alguien se le cruzaba en el camino, le golpearía y no tendria clemencia con nadie.

Estuvo apunto de salir por los terrenos, pero en verdad, no sabia que hacer, ni tenia la menor idea de donde se encontraran, por lo que sintiendo un gran pesar e impotencia en su cuerpo, se marchaba a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Llegas tarde, Wright —dijo Snape con frialdad al verlo entrar en el aula iluminada con velas—. Diez puntos menos para Gryffindor.

Destiny rodo los ojos, pero viéndolo bien, supuso que es mejor, Snape podría ayudarla a encontrar a sus madres, asi que sin más se dejó caer en el asiento junto a Hermione; la mitad de la clase apenas estaban sentados.

Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora