Capitulo 29. Una navidad glacial.

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Tenia muchas cosas que pensar, una de ellas era el fénix que habia salido, le hubiese gustado poder disfrutarlo, pero disfrutaría mas estar en la Madriguera, sus ojos se llenaban de nostalgia y arrepentimiento, por no haber ido con ellos en una primera instancia, entraba a la amontonada casa de los Weasleys.

—¡Destiny! —escucho una voz bastante familiar, correr hasta a ella, y abrazarla con fuerza.

—Fred —dice sorprendida, respondiendo el abrazo sin dudarlo mucho.

—Des, querida —llego la señora Weasley, que logro ver el estado de la chica, debajo de la musculosa, estaba completamente vendada—. Harry y Ron están en la cocina, tal vez y quieras ir a ayudarlos.

—Si, por mi esta bien —comentó la casi pelirroja esbozando una sonrisa.

Corrió llena de alegría y jubilo, al ver a sus amigos limpiando una montaña de coles de Bruselas, junto al fregadero de la cocina.

—¿Qué hay de nuevo? —se hizo notar, la miraron inmediatamente soltando una sonrisa en su dirección.

—Des —dijo Harry lleno de asombro, cuando jalaba una silla, y tomaba un cuchillo para ayudarlos con el trabajo—, tengo algo muy importante que decirte.

Entonces Harry le relato todo lo que habia escuchado decirle Snape a Draco, salvo que Destiny no se veía muy sorprendida, por el contrario, se veía bastante molesta por la platica que acababan de tener.

—¿Que Snape le ofrecía ayuda? ¿Seguro que le ofrecía ayuda? —preguntaba Ron-

—Si me lo preguntas una vez más te meto esta col por... —lo amenazó Harry.

—¡Sólo quiero asegurarme! —se defendió Ron.

—¡Pues sí, Snape estaba ofreciéndole ayuda! —repitió Harry—. Le dijo que había prometido a su madre que lo protegería y que había prestado un Juramento Inquebrantable o algo...

—¿Un Juramento Inquebrantable? —se extrañó Destiny—. No, eso es imposible. ¿Estás seguro?

—Sí, lo estoy. ¿Por qué? ¿Qué significa?

—¡Hombre, un Juramento Inquebrantable no se puede romper!

—Aunque no te lo creas, eso ya lo había deducido yo sólito. Pero dime, ¿qué pasa si lo rompes?

—Que te mueres —contestó Destiny dibujando una suave sonrisa.

—Fred y George intentaron que yo prestase uno cuando tenía más o menos cinco años. Y estuve a punto de comprometerme; ya le había dado la mano a Fred cuando papá nos descubrió. Se puso como loco —explicó con un brillo nostálgico en la mirada—. Es la única vez que lo he visto ponerse tan furioso como mamá. Fred asegura que su nalga izquierda no ha vuelto a ser la misma desde aquel día.

—Ya, vale, y dejando aparte la nalga izquierda de Fred...

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Fred. Los gemelos acababan de entrar en la cocina—. Mira esto, George. Están usando cuchillos y todo. ¡Qué escena tan conmovedora!

—¡Dentro de poco más de dos meses cumpliré diecisiete años —gruñó Ron—, y entonces podré hacerlo mediante magia!

—Pero mientras tanto —dijo George al tiempo que se sentaba a la mesa de la cocina y apoyaba los pies encima— podemos disfrutar con tu exhibición del uso correcto de un... ¡Ojo!

—¡Mira lo que me he hecho por tu culpa! —protestó Ron chupándose el corte del dedo—. Espera a que tenga diecisiete años...

—Estoy convencido de que nos deslumbrarás con habilidades mágicas hasta ahora insospechadas —replicó Fred dando un bostezo.

Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora