Destiny no salió de los límites del jardín de La Madriguera durante varias semanas. Pasaba parte del día jugando al quidditch, dos contra dos, en el huerto de árboles frutales de los Weasley (Hermione y Harry contra Ron y Destiny; Hermione era malísima y Destiny seguía siendo bastante buena, así que los dos equipos quedaban razonablemente igualados). Otra parte del día y la noche, se la pasaba entrenando, después de la gran metida de pata en la misión con Dumbledore, intentaba mejorar sus habilidades, aunque desearía poder controlar sus poderes curativos, pero para eso tendría que esperar hasta llegar al Colegio, donde vería indudablemente a los jóvenes Pendragon.
Y cuando regresaba con la noche ya metida, procuraba cenar algo.
Habrían sido unas felices y tranquilas vacaciones de no ser por las historias de desapariciones, extraños accidentes e incluso muertes que aparecían casi a diario en El Profeta. A veces, Bill y el señor Weasley explicaban en casa las noticias antes de que éstas salieran en los periódicos.
—¡No puedo creerlo! —le brincaba Destiny a Harry, cuando observaba su calendario—. Por primera vez, pasare uno de tus cumpleaños, contigo.
—¿En serio? —preguntó desconcertado.
—Si —asentía efusivamente—, aunque mi cumpleaños es al día siguiente —señalaba pensativa, tocándose la barbilla con el dedo, por primera vez, el cuatro ojos noto el anillo que decoraba el dedo de Destiny, normalmente lo ponía en el que tenía el guante, pero se le había olvidado ocultarlo, ya que alerto a Lupin y los adultos, cuando la tonta de Fleur halago lo caro que debía ser ese anillo.
—¿Quién te regalo el anillo?
—Yo... yo... —tarde o temprano se enterarán... «Prefiero que sea tarde»—. El horno —se excusaba escabulléndose a la cocina, prohibiéndole la entrada.
La señora Weasley lamentó mucho que las celebraciones del decimosexto cumpleaños de Harry quedaran deslucidas por las truculentas nuevas con que se presentó en la fiesta Remus Lupin, hasta esa hora, vio a Destiny salir llena de harina en la cara, haciéndola ver adorable y bastante hogareña, como si fuese una esposas preparando la comida.
—Se han producido otros dos ataques de dementores —anunció Lupin mientras la señora Weasley le servía un suculento trozo de pastel de cumpleaños—. Y han encontrado el cadáver de Igor Karkarov en una choza, en el norte; los asesinos dejaron la Marca Tenebrosa. La verdad es que me sorprende que Karkarov siguiera con vida un año después de haber abandonado a los mortífagos; si no recuerdo mal, Regulus, el hermano de Sirius, sólo sobrevivió unos días.
—Ya —dijo Destiny depositando el pastel de dos piezas en la mesa—. ¿Qué os parece si hablamos de otra...?
—¿Te has enterado de lo de Florean Fortescue, Remus? —preguntó Bill, a quien Fleur no paraba de servir vino—. El dueño de la...
—...¿heladería del callejón Diagon? —terció Harry, sintiendo una desagradable sensación de vacío en el estómago, pero lamentándose por no darle más atención a Destiny, esta había suspendido sus usuales entrenamientos para realizar seguro ese pastel—. Siempre me regalaba helados. ¿Qué le ha pasado?
—Tal como ha quedado la tienda, parece que se lo han llevado.
—¿Por qué? —preguntó Ron mientras la señora Weasley fulminaba a su hijo Bill con la mirada.
—Quién sabe. Debió de hacer algo que les molestó. Florean era un buen hombre.
—Hablando del callejón Diagon —intervino Arthur Weasley—, por lo visto el señor Ollivander también ha desaparecido.
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Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]
FantasyCon dieciséis años cumplidos, Destiny, es una de las más poderosas jóvenes magas en existencia, una de las pocas que ha podido hacerle frente a Voldemort, la más joven en la Orden del Fénix y en el mundo profesional del Quidditch; y esperando por pa...