Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]

Capitulo 19. Golpes bajos.

Paso unos días, para que un gran rumor recorriera la escuela, se trataba de nada menos sobre la escabullida de los Pendragons y la famosísima Destiny Wright, que habían salvado una casona y obstruidos los planes de los Mortifagos por obtener poder. Robaban el puesto de Harry entre miradas, y el club de fans del chico, se dividía entre los hermanos Pendragon, y la cazadora del siglo, quien fue a la que más se le dio crédito en esa misión.

A Hermione que quería saber los detalle, le contó todo, inclusive el beso entre Warrick a la hora del receso un día antes de la excursión a Hogsmeade.

—¡¿Con Warrick?! —dice la morena sorprendida.

Destiny miraba a Harry con reproche, ya que no recordaba muy bien lo que se sentía besarlo, salvo que pensó por un momento en que se le complicaba ver a ahora a Warrick, le veía y sus sentidos le indicaban besarlo nuevamente, era extraño desearlo con tanta fuerza, al mismo tiempo que un deseo empataba con esas terribles ganas de besar a Harry.

—¿Te ha gustado besarte con Warrick? —le preguntó Hermione curiosa, puesto que la chica estaba callada y mirando a Harry, platicar con Ron sobre los deberes.

—No se sintió mal... se sintió bastante bien —confesaba mirando a donde sus rodillas que estaban encima del marco—, pero deseo besar a Harry una vez más, tan solo para saber que no lastimare ni a él o a mí, en el proceso.

—¿No crees que te confundirías más? —intentaba ayudarla a encontrar una forma mas segura de experimentar sus sentimientos—. Y cuando te confundes... pierdes todo, inclusive al chico.

—No lo hare inmediatamente hoy, pensar con claridad y saber que es lo que debo de hacer —aclaraba parándose para continuar con sus clases.

Por otro lado, Harry suponía que algo había pasado entre Warrick y Destiny, debido a que las miradas que se echaban y a veces cruzaban en clases y durante los entrenamientos, no eran para nada inocentes. Les encontraba intentando tener una conversación donde encontraba cierta tensión.

El día de la excursión se despertó temprano por la mañana, que amaneció tormentosa, y mató el tiempo hasta la hora del desayuno leyendo su ejemplar de Elaboración de pociones avanzadas. No solía quedarse en la cama leyendo libros de texto porque ese tipo de comportamiento, como decía Ron, resultaba indecoroso para cualquiera que no fuera Hermione, que era así de rara. Sin embargo, Harry opinaba que el ejemplar del Príncipe Mestizo no era propiamente un libro de texto. A medida que lo examinaba iba descubriendo la abundante información que contenía: no sólo los útiles consejos y las fórmulas fáciles y rápidas sobre pociones con que se ganaba los elogios de Slughorn, sino también imaginativos embrujos y maleficios anotados en los márgenes que, a juzgar por las tachaduras y correcciones, el príncipe había inventado él mismo.

Harry ya había probado algunos de los hechizos concebidos por aquel misterioso personaje; por ejemplo, un maleficio que hacía crecer las uñas de los pies con alarmante rapidez (lo había probado con Crabbe en el pasillo, con resultados muy divertidos); un embrujo que pegaba la lengua al paladar (lo había utilizado dos veces con Argus Filch, sin que éste sospechara nada, y le había valido los aplausos de sus compañeros); y quizá el más útil de todos, el hechizo muffliato, que producía un zumbido inidentificable en los oídos de cualquiera que estuviera cerca de quien lo lanzaba, de modo que podías sostener largas conversaciones en clase sin que te oyeran. Aunque habían dos personas en desacuerdo con que los utilizara, Destiny los encontraba divertidos, pero cuando utilizaba el muffliato se negaba a hablar, al igual que Hermione que desaprobaba cada uno de los encantamientos.

Sentado en la cama, inclinó el libro para examinar de cerca las instrucciones de un hechizo que al parecer le había causado problemas al príncipe. Había muchas tachaduras y cambios, pero al final, apretujado en una esquina de la página, ponía: «Levicorpus (n-vrbl).»