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Hyunjin caminaba ligeramente, parecía como si de verdad le hubieran quitado un peso de encima. Sus padres se habían ido aquella mañana a Roma, ni si quiera le hizo falta despedirse de ellos porque partieron muy pronto, y no volverían hasta el lunes al mediodía. El azabache se sentía volar.

Llegó a la escuela con buen ánimo, saludando a sus amigos con más energía que de costumbre, cosa que, por supuesto, ellos notaron.

–Hyunjinnie hoy está de buen humor –Canturreó Jisung acercándose al mencionado, con intención de pasar un brazo por sus hombros, sin llegar a hacerlo al recordar que la persona con la que estaba interactuando era Hwang, y el contacto físico no era su cosas favorita en el mundo.

–¿Es porque se fueron tus padres? –Cuestionó el más mayor del grupo mirándolo curioso, con una sonrisa divertida en el rostro y la ceja derecha ligeramente alzada.

–Puede... –Sonrió suavemente, encogiéndose de hombros de manera exagerada.

–¡Ya quiero que sea mañana! –Felix se metió en la conversación, alzando los brazos emocionado. Posiblemente él era el que más disfrutaba las quedadas nocturnas con sus amigos.– Veremos películas de miedo, ¿Cierto? Siempre es más divertido ver películas de miedo.

–¡Sí, por favor! –Changbin empujó al pelinaranja, apartándolo de en medio para poder ocupar él su lugar.– Veamos películas de miedo.

–¿Cuantas veces tengo que decirte que no me empujes? –Preguntó el Lee menor, devolviendo el empujón al más bajito.– Eres un pesado.

–Siempre estás en medio, no es mi culpa. –Y volvió a empujarlo. A kilómetros se podía notar como intentaba aguantar una sonrisa al ver a su pecoso amigo tan sobrepasado con la situación. Changbin se llevó otro empujón, al cual, por supuesto, respondió con lo mismo.

–¿Por qué siempre están discutiendo? –Murmuró Minho mientras veía como se habían alejado un poco continuando con los empujones, que poco a poco, evolucionaban a suaves golpes.– Algún día terminaran discutiendo de verdad y, ese día, me reiré.

–Sí... –Chan también observaba al par que seguía discutiendo. Apartó su vista de ellos al ver la cabellera castaña de Jeongin entre todo el tumulto de gente, intentando entrar al edificio. Mantenía la vista al frente y su rostro serio, intentando esquivar a los adolescentes.– ¡oh! ¡Buenos días, Jeongin! –Lo saludó alzando la voz, llamando su atención. Cuando sus ojos se posaron en el grupito de amigos, que ahora lo prestaban atención, sonrió suavemente.

–¡Hola, Jeongin! –Felix dejó de pelear con Changbin, terminando con un empujón más fuerte que los anteriores, consiguiendo que el más bajito se  desestabilizara, y se acercó nuevamente a sus amigos, agitando su brazo de forma escandalosa hacia el más pequeño de allí, en forma de saludo, que sonrió abochornado al notar que unas cuantas personas se habían girado debido al espectáculo que estaba montando Felix.

–Hola, Felix-ah –Murmuró al pasar por delante del grupo, que no apartaba la vista de él en ningún momento. El único que no parecía querer mirarlo era Hyunjin, que parecía más interesado en observar al suelo antes que en dirigir sus ojos al menor. Jeongin hizo una mueca casi imperceptible al notar aquello.– Y buenos días a todos los demás también. –Hizo una breve reverencia, sin detener su caminar.– Ya me tengo que ir, lo siento, tengo prisa. ¡Nos vemos luego, hyungs!

–¡Pásate en el recreo por nuestra mesa, Jeongin! –Alzó la voz Changbin cuando el menor ya estaba más alejado de ellos, Yang simplemente respondió alzando la mano con el dedo pulgar levantado.– Ah, que tierno es ese niño. –Soltó eso en medio de un suspiro, dando un suave golpe en la nuca de Felix, que se quejó llevando su mano hacia ese lugar.

Just a little kiss || HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora