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Habían pasado varios días desde el fin de semana en el que fueron al cine

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Habían pasado varios días desde el fin de semana en el que fueron al cine.  En general las cosas entre ellos iban igual, aunque Changbin había notado que estaba cambiando algo, tanto en él, como en el pelinaranja, y eso comenzaba a crear un malestar inexplicable en la boca de su estómago.

Comenzó a darse cuenta de aquello el domingo por la tarde, cuando Felix descansaba la cabeza en su regazo, concentrado en escribir algo en su móvil, ignorando totalmente la intensa mirada que le dirigía el pelinegro, mientras jugaba con las hebras de su cabello, "atento" a la serie que estaban "viendo".

Aquella noche, Seo se sintió extraño cuando el menor tuvo que volver a su casa, y el repentino malestar que comenzó a padecer esa tarde no cesó durante lo que restaba de día, complicándo sus horas de sueño. No comprendía lo que sucedía, se sentía de la misma forma que el año cuando descubrió sus sentimientos por su mejor amigo.

Sentía las llamadas mariposas, que realmente siempre existieron cuando se acercaba el australiano menor, revoloteando con más fuerza que nunca y, nuevamente, el miedo se hizo presente al ponerse en la situación de que Felix no le correspondiera; miedo que, se supone, había superado hace tiempo. Otra vez, las ganas de estar en contacto constante con su cuerpo habían comenzado, y también notaba como en más de una ocasión sus ojos decidían abandonar cualquier otro punto del rostro contrario, para concentrarse en sus labios.

Changbin volvía a sentirse como el niñato pre-puber que descubrió sus sentimientos, demasiado pronto, por su mejor amigo.

Y él no quería sentirse como un puberto cuando ya iba a comenzar su etapa adulta. Se negaba.

No le dio más importancia, creyendo que sería simplemente cosa del momento. Pensando que el lunes, cuando lo volviera a ver, sería lo mismo de siempre.

Se equivocó.

Seguía experimentando lo mismo que el domingo; exactamente igual que los días siguientes a ese. Estaba algo confundido, no comprendía por qué le volvía a pasar eso, y se estaba comenzando a agobiar con tantas sensaciones, ya experimentadas con anterioridad, venidas de golpe. Tampoco ayudaba el hecho de que Felix, de forma súbita e imprevisible, había comenzado a alejarse de él.

No de una forma muy notoria, de hecho, cualquier otra persona ajena a él, seguiría pensando que pasaban demasiado tiempo juntos, pero claro, vivirlo desde dentro era muy distinto.

Felix se la pasaba todo el día con el móvil, mensajeándose con alguien, dejando un poco de lado las conversaciones con su mejor amigo. Changbin no se sentía celoso, pero sí apartado y, teniendo en cuenta lo sentimental que estaba siendo esos días, lo afectaba en demasía pensar así. Probablemente en otro momento no le hubiera tomado importancia, pero sus sentimientos se habían intensificado abruptamente, consiguiendo que esos pequeños detalles le afectasen más de lo debido.

–Binnie, estás muy pensativo –Comentó el pecoso, metiendo una nueva cucharada de cereales en su boca. Acababan de despertarse y estaban terminando de desayunar para ir juntos al instituto. Esa semana, y la siguiente, estaban plagadas de exámenes, y Changbin trataba de ayudar lo máximo posible a su mejor amigo cuando pasaba las tardes con él.– Eso es raro, por lo general no sueles usar la cabeza.

Just a little kiss || HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora