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Las agujas suenan, el tiempo pasa, y el ambiente se congela.
La soledad se instaura en la casa, no obstante la compañía es quien la mantiene helada.
Una mirada de desprecio, quizás dos; tres gestos de desagrado, y un silencio prolongado. Su interior removido ansioso, al no comprender la situación que está ocurriendo a su alrededor.
No hay gritos, no hay palabras, y no hay golpes, sin embargo tanto silencio es ruidoso, y ser golpeado con eso, le parece más duro, e incluso preocupante, que los maltratos físicos y verbales.

Siempre le gustó el silencio, pero solo si era el de una soledad vacía. Estar junto a alguien sin escuchar palabra era un poco más escalofriante, sobretodo si ese alguien siempre tenía un comentario para hacer.

Así se sentía Hyunjin desde un par de días atrás. Su madre no le dirigía la palabra, pero sí lo estudiaba demasiado, como si estuviera buscando cualquier gesto, o error, que cometiera el azabache para cargar contra él acerca de vete a saber tú qué cosa. Había comenzado a aparecer en su instituto a la hora del descanso, durante dos días, salteados. Él no la había visto, pero Chan le había informado de lo que estaba ocurriendo.
También, hubo un día en el que lo estaba esperando en la puerta del instituto cuando el timbre sonó. Él la vio desde el interior del edificio, y así fue como pudo avisar a Jeongin, y separarse de él antes de que la mujer los viera salir juntos. Cuando eso ocurrió, ella se fue de allí sin decir palabra. Cuando el menor volvió a casa, esta se encontraba vacía.

Su interior estaba inquieto, y sus sentidos alerta cuando la mayor se encontraba merodeando por sus alrededores y, desde que Bang le dijo que la había visto en el instituto, ni si quiera podía considerar ese lugar como uno seguro, y alejado, del ambiente que desprendía su "hogar". 

Jeongin tampoco estaba cómodo, podía percibirlo. También estaba alterado, y ya no se acercaba a él cuando estaban por los pasillos. El único momento en el que ambos se sentían cómodos, y en calma, era cuando, después de caminar con precaución y rapidez entre el montón de estudiantes, por los prolongados pasillos, conseguían salir al patio trasero, y escabullirse de forma silenciosa hasta aquella esquina carente de malas vibras.

Y luego, cuando ambos pares de ojos volvían a hacer conexión, y las sonrisas rompían su enseriada expresión, era cuando ambos podía decir que estaban a salvo, y cuando los latidos de sus corazones volvían a latir sosegados.

Si antes los minutos de recreo eran un respiro para poder estar juntos, ahora aquel ratito se había convertido en su única opción de poder respirar.

El sábado, Hyunjin, lo describiría como una completa tortura. Su madre y su padre habían estado encerrados, sin ir al trabajo, todo el día, preparando sus atuendos y ordenando las pocas cosas que llevarían, para el domingo poder ir lo mejor que pudieran a aquella reunión de gala que se alargaba desde la hora de la comida, hasta después de cenar.
El menor no sabría explicar que tanto hacían durante aquellas horas, tampoco hacia un esfuerzo por imaginarlo, ya que nunca le habían cedido la opción de ir.
Al principio eso lo hirió. Él estaba acostumbrado a no despegarse de su madre, y que, de repente, ella lo alejara de su lado de una forma tan brusca, y violenta, lo había pillado desprevenido. Mucho más al comprobar que por mucho tiempo que pasara, y por mucho que él tratara de retractarse, la mujer nunca lo iba a volver a mirar igual. Por ende, ya no podría refugiarse a su costado como acostumbraba a hacerlo, ni mucho menos tendría el permiso de acompañarla a ningún evento importante.

Claro, ese sentimiento de abandono, aunque perduró con el tiempo, terminó siendo dejado de lado en aquel rincón de su cabeza, junto a muchos más que el azabache decidió desprender de su vida.

Ahora estaba mejor. Sí.

Lo único bueno que sacó de todo eso, fue que gracias a estar centrados en sus asuntos, no le prestaron nada de atención al abrumado azabache que optó, como mejor opción, pasar el día encerrado en su habitación.
Su puerta no fue abierta, ni tocada en ningún momento.

Just a little kiss || HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora