Las lágrimas caían una a una sobre el escritorio del que un día fue su padre, aún no podía afrontar la noticia y se había sentido mal porque creía que todo había sido su culpa luego de esa horrible discusión, la razón: No quería ir a ese internado, quería compartir su último año con su vieja amiga Ayame en la escuela municipal, sin embargo la entrada a una buena universidad solo podía ser segura si cambiada de centro estudiantil, en ese momento le odio por querer alejarla de todo aquello que ella amaba ¿Pero qué más podía hacer? Su apellido ya estaba muy manchado por aquella mujer que nunca llegó a presentarse como su madre y ni siquiera conocía, ahora solo podía estar bajo el cuidado del mayordomo de la familia y de su nana Kaede, lloro aún más fuerte al notar lo sola que era su vida y lo vacía que se sentía luego de aquella noticia, la explosión del avión, si bien no había sido su culpa, se sentía de esa manera porque no pudo disculparse con su padre… estaba perdida. El toque suave en la puerta del despacho de papá la hizo levantar la cabeza rápidamente y limpiarse la cara, de inmediato dio media vuelta para mirar detrás de los grandes ventanales de aquel lugar.Kagome: Pase.
La señora de unos 50 años abrió la puerta con cuidado y se hizo pasar con una bandeja que tenía un vaso de agua y una servilleta.
Kaede: La esperan en la sala principal…
Kagome: No deseo ir *Fría*
Kaede: Pero señorita, es la vela de su padre y…
Kagome: ¡Dije que no voy a ir! *Elevó la voz* Discúlpame con los presentes, me voy a quedar aquí.
Kaede: Se que es muy doloroso para usted ahora pero por favor…
Kagome: Estoy bien Kaede *Sería* Me interesa más saber qué diablos dejó escrito ese hombre en el testamento porque de eso depende mi futuro.
Kaede: *Tragó saliva* Apenas tiene 17 años señorita, no debería pensar en…
Kagome: ¿Acaso le pedí una opinión?
La muchacha dio media vuelta dejándole ver su rostro, un rostro bien maquillado, su blanca piel y sus ojos azules totalmente claros, el cabello suelto reposando en la espalda y el largo vestido negro que llevaba puesto a causa de la vela, que seguramente lo traía puesto para nada porque en definitiva, no se presentaría en ese lugar delante de los amigos de su padre.
Kagome: Deja eso allí y sal, quiero que mandes al abogado de papá para saber qué diablos pasará conmigo.
La anciana optó por cerrar la boca entonces, dejó la bandeja sobre el escritorio, hizo una reverencia y salió de allí como lo había hecho al entrar. Kagome volvió a suspirar, tratando de mantener esa mirada fría que tenía antes, se sentó de nuevo en el ancho sillón que había allí y aún guardaba el olor característico de su progenitor, dio un sorbo al vaso y de nuevo apoyó su cabeza sobre sus brazos en el escritorio.
<<La empresa pasará momentáneamente a manos de uno de mis más grandes benefactores y amigo de toda la vida: Inu No Taisho.
Al menos hasta que unigénita: Kagome Higurashi cumpla la mayoría de edad.
Sin embargo para tomar posesión de todos mis bienes deberá estudiar administración de empresas, economía, derecho, lenguas extrajeras, ingeniería y alcanzar la madure necesaria para dirigir y administrar su herencia.
Esto último será determinado por la señora Irasue de Taisho, quien es especialista en las materias de psicología y psiquiatra.
Por otro lado la mansión, departamentos, casas y demás bienes inmuebles serán custodiados por toda la servidumbre en servicio; los guardaespaldas y las únicas personas que podrán residir en ellas son: Kaede Gunron como el ama de llaves, Totosai Kontel el mayordomo y por supuesto, mi hija Kagome Higurashi.
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Pobre Chica Rica
Fanfiction¿Que si es un cliché? Si, lo es ¿Y estás aburrida de ello? Tal vez, pero se que no podras parar de leer después de todo, porque aunque se trate del chico rudo y la chica nerd, te encanta. A Bankotsu nadie puede verlo como un chico dulce, créanme, l...