Capítulo 18

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Hiten: ¡Esta genial! Debió costarte una fortuna.

Admiró a detalle el perfecto reloj plateado con detalles brillantes, digno de todo un hombre de negocios, Kagome le sonrió un poco abochornada, al menos para regalar cosas si tenía buen gusto porque Izayoi le había enseñado a dar buenos regalos para quedar bien con la gente.

Kagome: No es nada, solo un obsequio.

Hiten: ¡Pues me encanta! No debiste haberte molestado tanto.

Kagome: *Negó con la cabeza* No fue ninguna molestia.

Hiten: Iré a guardarlo, esto debe estar en un lugar seguro, volveré en unos minutos *Se giró para tocarle el mentón* No te vayas a ir porque también tengo una sorpresa para ti.

Kagome: ¿Para mí? *Extrañada*

Hiten: No preguntes, por cierto ¿Ya está mejor el raspón?

Kagome: Si mira *Le mostró la pierna y Bankotsu apretó los labios a lo lejos* Ya casi no se nota *Sonrió* Si no no me hubiera puesto este vestido.

Hiten: Perfecto *Le besó la frente* Nos vemos en un rato.

El moreno desapareció entre la gente de las gradas que conducían a los pisos de arriba y Kagome se quedó al borde de la mesa de ponche mientras Yura se iba a bailar con Renkotsu y Sango charlaba con Suikotsu al otro extremo de la mesa, se giró para sonreírle y mecer su mano para llamarla.

Sango: ¿Te abandonó?

Kagome: Dijo que iba a guardar su regalo y que me tenía una sorpresa.

Sango: ¿A ti? *Levantó una ceja* Pero es su cumpleaños no el tuyo.

Suikotsu: Pues yo te aconsejo que tengas cuidado con él.

Kagome: ¿Me quiere coger? *Preguntó enojada y los demás se vieron entre sí* Pues ya me lo temía si es igualito a Bankotsu *Cruzó los brazos* Aún así es agradable y me ha tratado mejor que él.

Sango: ¿Entonces eso quieres?

Kagome: ¡No! ¿Cómo crees? Ya te dije lo que planeo y si sale bien, no habrá problemas.

Suikotsu: ¿Y que planeas si se puede saber?

Kagome: *Le puso el dedo en los labios y él la vio asombrado* S E C R E T O.

Suikotsu levantó una ceja mientras servía un poco de ponche en un vaso y se lo dio a ella que con una sonrisa lo acepto, Sango también sonrió.

Sango: No puedo creer que al fin estés aprendiendo.

Suikotsu: Si… Hasta yo me estremecí.

Kagome: Sirves muy bien de práctica *Sonrió mientras bebía* ¿Esta cosa tiene licor cierto? *Ellos asintieron* Si Naraku se entera nos va a echar a todos.

Sango: Nadie se va a enterar.

Suikotsu: Pues eso espero porque nos van a cortar la cabeza.

Kagome: Si se entera, ya pensé una manera para sacarnoslo de encima *Levantó una ceja*

Sango: ¡¿Qué?! Eres una simple estudiante… ni siquiera porque eres la hija del difunto Kenshi Higurashi va a tenerte compasión si lo sigues enfrentando como lo hiciste con Bankotsu hace dos días.

Kagome: Pues entonces será mejor que ni se meta.

??: ¡Volví! 

Hiten había aparecido de nuevo con su típica sonrisa y rodeó a Kagome por la cintura, Sango levantó una ceja para sonreírle a Bankotsu ya que se dio cuenta que no le había apartado la mirada de encima a Kagome desde que llegó, incluso ahora se preguntaba porque diablos él estaba bailando con Kikyou… ¿Estaba loco? Desde en la mañana había visto a Kagome diferente, como si en su mente ahora estuviera planeando vengarse de todos los que la habían tratado mal en el colegio y podía distinguir esa mirada en ella a la perfección porque era la misma que ella había tenido luego de haber reaccionado después de que los demás la habían maltratado cuando recién había llegado al internado.

Pobre Chica RicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora