Capítulo 35

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Sesshomaru:¿Y bien? 

Preguntó la voz grave de su prometido por debajo de ella con una sonrisa leve adivinando la respuesta de ella.

Kagome: Me ha gustado *Aceptó sin dejar de dibujar los contornos de las abdominales de su pecho* Aunque como te dije esta mañana, la semana se convirtió en un mes y la verdad siento que voy a reprobar muchas materias, además mi tía está como loca...

Desnudos sobre la cama reposaban después de la sesión de sexo. 

Sesshomaru: ¿Dijo que necesitabas un tutor verdad? *Ella asintió* Ya he solucionado eso.

Kagome se inclinó un poco para verlo a los ojos.

Kagome: ¿Ah sí? *Adujo curiosa* ¿Y como?

Sesshomaru: Seré yo mismo el que vaya a darte tutorías privadas.

Kagome: ¿Qué cosa? 

Sesshomaru: Mejor maestro no puedes tener, además *La tomó por la barbilla* Me gusta cuidar de lo mío.

Kagome: Sessh… *Advirtió* Ya hemos hablado de este tema y ya te dije que…

Sesshomaru: Lo superaste *Completo al sentarse y comenzar a tocar sus pechos* Pero prefiero estar en guardia. 

Kagome: Posesivo.

Sesshomaru: Incauta.

Le sonrió sincera y rodeándole los brazos al cuello se le acercó para besarlo. Porque si, le había tomado un cariño especial, le quería pero ella misma sabía muy en el fondo que quizás aún no había superado del todo a Bankotsu, los últimos días que había pasado con Sesshomaru le sirvieron para conocerlo mejor, para terminar por adoptar algunas de sus características y sobre todo le había enseñado a controlar sus sentimientos, su frialdad con ciertas cosas la había contagiado un poco, al punto de dejar de preguntarse qué pensaría Bankotsu si viera la noticia de la playa o la noticia del anillo, dejó de preocuparse por los periodistas y camarógrafos que los seguían continuamente y por primera vez en la vida, a pesar de estar continuamente vigilada por desconocidos con cámaras, se sintió libre de hacer lo que le placiera y se sentía dueña del mundo junto con Sesshomaru porque ya poco le importaba lo que pensaran los demás, hasta que finalmente el día no esperado llegó.

Sesshomaru: ¿Estás lista? 

Le preguntó cuando se asomó a la puerta mientras ella metía a la maleta las últimas de sus prendas que luego cerró de un tirón y con una sonrisa segura de sí misma giró su cabeza para responder.

Kagome: Lo estoy.

Pero dentro de su ser moría de miedo, disimular muy bien su autocontrol era algo que había logrado dominar, sin embargo un hueco vacío había sentido en su estómago después de la noche anterior en que Sesshomaru le dijo que el jet estaría listo en la mañana. Una sensación extraña se extendió por su pecho al recordar la cara del moreno que tenía un mes de no ver, temía regresar y verlo nuevamente, un vuelco en su corazón se formaba al imaginarlo frente suyo después de tanto tiempo y peor aún, el enterarse de lo que el moreno había hecho al enterarse de todas las noticias que ni ella ni Sesshomaru impidieron dispersarse por el mundo entero. Aunque bien había valido la pena el tiempo fuera para aprenderle más de dos cosas al insensible Sesshomaru porque si, admitía era un buen maestro. 

??: ¡KAGOME REGRESA HOY!

Los chismes volaban en el colegio como pan caliente, el rumoreo desde hace dos días había tenido con los nervios de punta a Bankotsu que no había dejado de pensar en su plan para reconquistarla cuando por fin volviera, o al menos tener un momento a solas con ella para explicarle lo que había pasado, el grito de esa chica chismosa solo le había hecho confirmar que el parloteo de los últimos días era verdad, hoy por fin regresaría… No sabía a qué horas pero estaba ansioso y rápidamente se puso de pie para buscar a su hermano Jakotsu, sin embargo y antes que pudiera salir de la cafetería la figura molesta de Sango le cortó el paso con una mirada asesina, esta vez estaba sola porque al parecer Yura había salido con Renkotsu, o al menos eso era lo que Jakotsu le había comentado esa mañana.

Pobre Chica RicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora