Capítulo 2

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Kagome: Bankotsu… ¿Renkitt?

Bankotsu: Exacto.

Kagome: ¿Y qué haces aquí?

Bankotsu: Veo que mi padre no me mentía con respecto a tu actitud *Rechistó*

Kagome: ¿Te estás burlando de mi? *Enojada*

Bankotsu: No seas tan prepotente *Sonrió* Mi padre me mandó para ayudarte a que te adaptaras.

Kagome: ¿Adaptarme a que?

Bankotsu: Al internado *Ella frunció el ceño* Considerame tu primer amigo, deberías estar honrada.

Kagome: No seas estúpido.

Kagome lo pasó de largo para ir directo a la limosina, el chofer abrió la puerta.

Kagome: Espero que tengas como irte de mi casa porque yo viajo sola.

Bankotsu: Lo siento, mi deber es acompañarte.

Sin dejar que dijera una palabra más, se metió al auto y ella se echó a un lado con los brazos cruzados.

Bankotsu: No deberías comportarte así *Sonrió* Viajaremos juntos *Le dijo al chófer* Mi padre lo ordenó y ella obedecerá *El auto se puso en movimiento*

Kagome: Cállate, no estoy de humor, ni siquiera te conozco.

Bankotsu: No, pero yo a ti sí.

Ella desvió la mirada hacia el moreno y entrecerró los ojos ¿De donde podía conocerla? Ella juraba no haberlo visto nunca en su vida.

Bankotsu: Siempre te manejas ese humor de porquería.

Kagome: Eso no te incumbe.

Bankotsu: Siempre quisiste ser tan libre como el resto del mundo ¿No es así? *Ella de nuevo lo vio a los ojos* A mí también me obligaron a ir a ese internado, pero por otro tipo de razones, no para convertirme en un hombre de clase.

Kagome: ¿Cómo sabes que por eso me mandan allí?

Bankotsu: ¿Mi papá es tu abogado no?

Kagome: El abogado de papá.

Bankotsu: Él ya no existe, ahora es tu abogado *De nuevo desvío la mirada* Me ha comentado de tu actitud y la comparó con la mía, mi familia obviamente no tiene tanto dinero como la tuya, pero gracias al sueldo de papá me metieron en esa cárcel hace unos años.

Kagome: ¿Y que tiene de especial?

Bankotsu: En realidad nada, me metieron allí para corregir mi carácter y volverme un hombre decente.

Kagome: Pues no lo pareces.

Bankotsu: Y tú menos pareces una chica de clase.

Kagome: No quiero serlo.

Bankotsu: Y sé muy bien porque no quieres.

Kagome: ¿Podrías dejar de hablar así? No me gusta que crean que saben todo de mi.

Bankotsu: He escuchado muchas cosas de ti también en el internado.

Era obvio que aquellas palabras le habían llamado la atención porque esta vez apartó el celular de sus manos y apoyó su espalda en la puerta para verlo a la cara.

Kagome: ¿Y que dicen de mí?

Bankotsu: No les agradas.

Kagome: Eso lo sé, nadie me soporta, pero yo ni siquiera los conozco, sé que este año será una tortura para mí.

Pobre Chica RicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora