Mi gata me pregunta por tí cada mañana.
Creo que extraña las caricias que le destinabas al despertar, justo antes de asustarla con el agua de la ducha o aromatizar el departamento con tu café recién hecho. Y bueno, es imposible negar que yo ansiaba ser el primero en la fila de las caricias y despertarte a besos mientras recorría tu espalda.
Ambos te extrañamos. Ya no recibimos tus llamadas como cuando ibas a tus ferias de libros de ciudad en ciudad. Odiaba compartirte con tus libros. Aún cuando amaba admirarte a la distancia cuando te sentabas a escribirlos.
Pero todo cambió. O tal vez sólo tomó el rumbo que debía ser. Un mejor trabajo, una ciudad distinta, muchas ferias más... y a todas ellas decidiste ir. Sola.
Deseaba tanto acompañarte en cada viaje, sostener tu mano y decirte cuán orgulloso me sentía de tí. Decidiste que era tiempo de marcharte sin nosotros. Ya no te serviríamos más.
Calinda y yo buscamos una razón para continuar juntos. Creo que ambos solo nos toleramos ahora que vivimos sin tí. Mi gata se convirtió en tu gata, y yo solo el individuo que vivía con ustedes. Calinda aun despierta y te busca para acompañarte a escribir. Te convirtió en suya y cada día te alejaste de mí, y después también de ella.
Para hablarte vengo a la librería. Te encuentro en estantes diferentes: Más vendidos, Lanzamientos, Escritores jóvenes mexicanos, Romance.
Nos adaptamos a estar sin tí... o lo intentamos. La acompaño y ella a mi. Visto mi sudadera, esa verde que jamás te quitabas y Calinda se acerca a mi, ¿o es a tí a quien busca? Intento acariciarla sin éxito. Le cuento que sacaste un libro nuevo, ladea la cabeza y maúlla diferente. Creo que me entiende perfectamente.
Sabemos que no serás jamás nuestra otra vez. Aun así, ella despierta cada día. Te busca y espera tus caricias y el olor de tu café por la mañana. Mientras yo sueño contigo cuando ella, cansada de buscarte, ronronea en mi regazo hasta emprender nuevamente una búsqueda que la lleve hasta ti.
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La Cafebrería
Fiction généraleHace muchos años, Lorena Rodríguez la definió como el hermoso hijo legítimo de una cafetería y una librería. En la película Tienes un e-mail, Joe Fox (Tom Hanks) habla de su librería Fox and son's Books como un lugar donde a sus clientes los seducir...