Anna, la mejor amiga de Thor, nacida en Asgard vive con la familia de Thor desde que sus padres murieron. Pasado un tiempo se enamora de la persona menos esperada y eso le cambia la vida por completo.
Pasó un mes y mañana sería mi boda, yo estaba ansiosa pero muy nerviosa. Había entablado una buena amistad con Steve, pero no tan buena como la que tengo con Tony, él es una persona maravillosa y es muy bueno. Es más, va a ser nuestro padrino en la boda. Entre Loki y yo las cosas van genial, es verdad que a veces Loki es... es como es, pero yo lo sigo queriendo tal cual. En cuanto a lo de mis clases de lucha con espada habían mejorado muchísimo y según Sif, era toda una guerrera.
Acabábamos de desayunar y Loki y yo nos encontrábamos en la biblioteca, encima de una pila de libros dándonos uno que otro beso hasta que apareció Thor.
- Thor ¿qué pasa?- pregunté separandome un tanto ruborizada.
-Tenemos que hablar- dijo y salimos.
Caminamos por los pasillos hasta que se dignó a decírmelo.
-Necesito que me enseñes tu vestido- dijo.
-Ya hablamos de eso, me niego- en ese momento me miró con cara de cachorrito- está bien, vamos.
Fuimos a la sala del vestido, me metí en el vestidor y me lo puse.
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Cuando salí, vi como brotaba una lágrima por el rostro de Thor, yo solo me acerqué y lo abracé.
-Anna, solo espero que seas feliz con el patán de mi hermano- me dijo al oído y yo reí ante su comentario mientras lloraba un poco.
Cuando salimos de la habitación, fuimos directamente a la sala de entrenamiento para practicar más. Claramente, Frigga ya lo sabía y mandó hacer una armadura especial para mi, de oro rosa y habia mandado forjar una espada con los signos de la familia, como tenían Odín, Thor y Loki.
Después del entrenamiento, Tony se me acercó ansiosos con un chico más joven a su lado.
-Anna, este es Peter, Peter Parker o también el llamado: Spiderman- dijo.
-Perdona, no estoy muy puesta en los acontecimientos de Midgard, pero estoy segura de que eres un gran vengador- afirmé.
-Anna ¿me harías el favor de enseñarle a Parker el palacio?- me preguntó el señor Stark.
-¡Claro!- acepté.
Fue un chico muy majo y divertido, le enseñé todo, después fuimos a cenar y me senté al lado de Loki y Frigga. Cogí a Loki de la mano debajo de la mesa y el me sonrió.
-Anna, hablemos- dijo Frigga a lo bajo.
-Dime.
-Se que estos meses has estado durmiendo con Loki, por favor, sigue la tradición y esta noche no duermas con él- me pidió.
