Destinados (loki y tu) TERMINADA

4

Al día siguiente las sirvientas me despertaron horrorizadas por haber dormido con Thor, yo no le veía ningún mal pero eso es lo que tiene ser de la realeza.

-Te espero en el comedor- dijo él y salió de mi habitación.

Me puse un vestido azul y para cuando bajé a desayunar, todos estaban en la mesa. Thor me señalaba que me sentase a su lado el cual, me fije que estaría al lado de Steve sentada. Yo no sabía qué hacer y para cuando me enteré él, me estaba hablando. Era tan guapo...
Loki no dejaba de mirarme extrañado como si quisiera saber porque estaba hablando con Steve, pero pasé de él.

-¿Hoy tenéis algo importante que hacer?- le pregunté.

-La verdad es que no- me respondió.

-¿quieres que te enseñe el palacio?- dije sin pensarlo dos veces.

-Vale, me parece bien-  respondió y lo único que oí después fue un suspiro de Loki.

Después de la visita guiada terminamos en los jardines. Hablamos de tantas cosas...Él era tan genial... pero no, lo nuestro no podía ser, no podía hacer nada con él. Cuando me despedí de él fui a buscar a Thor a sus aposentos.
Toqué la puerta tres veces con fuerza y abrio la abrió.

-¿qué pasa Anna?- me preguntó.

- Thor no puede ser, lo mío con Steve no puede ser- le dije con una respiración agitada.

-¿de que hablas?- preguntó.

-Thor, yo amo a Loki, tienes que entenderlo si empezaría una relación con Steve esa relación sería una completa mentira porque... yo lo amo- dije nerviosa.

De repente se dibujó una sonrisa en su rostro la cual no entendí, pero luego dijo -ve a por él.

Corrí por los pasillos, era por la tarde lo cual significaba que estaría en la biblioteca.
Abrí la puerta y cuando lo vi, los latidos de mi corazón se aceleraron y mi respiración era demasiado rápida.

-¿qué tal con Steve?- preguntó como si nada.

-No es lo que busco- dije y me acerqué a él- Loki, he intentado todo lo posible para olvidarme de ti, pero no ha servido de nada y por eso vengo a decirte que ningún chico es demasiado para mí, ni lo que busco, porque tú eres lo que busco.

Su reacción fue lo menos inesperado, me cogió la cadera con una mano, la cara con otra y me besó, yo solo deposité mis manos en su cuello y lo seguí.