¡Juliana querida! – Mateo se acerca a ella llevando a Eva del brazo- ¿Recuerdas a mi esposa Evangelina?
Por supuesto -responde ésta forzándose por despegar los ojos de Valentina- Luce increíble señora Luna...
Carvajal -apunta ella con acidez-conservo mi apellido.
Una cuestionable decisión, si me lo pregunta -Añade León
Luce usted increíble señorita Strawdemirre – Se apresura a decir el único hijo de León, Juliana asiente con una pequeña sonrisa. Es la voz de Guille lo que finalmente saca de su trance a Valentina.
Más que increíble -corrige Valentina -eres un sueño hecho realidad -Juliana siente como su piel se enchina con el comentario, si pudiera besarla allí mismo lo haría. Mateo ahoga una sonrisa.
Usted, es quien luce como un ángel caído del cielo -responde Juliana a su vez- ¿Dónde ha conseguido ese vestido? ¿París quizá?
Oh estoy seguro de que lo podrán discutir en la mesa, así que... -León se apresura a tomar el brazo de su hija, quien intenta no mirar de más a Juliana cuando toma el brazo que Guille le ofrece.
Esta velada no podría comenzar de mejor manera -dice el caballero mientras la guía- su compañía es, un honor.
La invitación de su familia lo es -responde la mujer. Juliana deja que Guillermo la guie a través del salón, delicadamente toma su brazo, mientras oye a medias lo que el hombre le dice, la gente que le presenta. Lo que realmente le importa es Valentina, quien junto a su padre lidera la comitiva. Usa un vestido que le quita la respiración, que hace a sus pensamientos divagar a lugares que nunca había visitado. Del uno al infierno, ¿Qué tan malo era fantasear con los labios de esa chica mientras caminaba del brazo de su hermano?
Por favor -Guille abre una silla para ella frente a una elegante mesa redonda, Juliana procura no titubear, aunque desearía poder sentarse junto a Valentina, no entre Guille y una mujer a la que no conoce.
Caballeros, damas -dice Don león una vez que todos están sentados- nos engalana con su visita la señorita Juliana Strawdemirre, una amiga de la infancia de mi yerno Mateo-un par de hombres y la mujer a su lado asienten con elegancia.
Señorita Strawdemirre -dice uno de los caballeros más jóvenes-es un placer, conocerla finalmente, soy Candric, imagino que Marcos le habló de mí en alguna ocasión...
Valentina contiene la respiración en todo momento, pero para su extrañeza las cosas discurren con una facilidad inusitada. Mateo ha comprado a Candric su compañero de rugby para reconocerla y seguro que a Marge no ha tenido siquiera que pagarle, pero entre ellos logran sacar una figura enaltecida de esa extraña, pero al final conocida Dama de Lancaster.
... fue una verdadera hazaña-dice el gordo, pero bonachón Roston mirando a su esposa Marge- ya se los digo yo ¡León Carvajal nunca pierde en un negocio! -los presentes prorrumpen en risas y el aludido levanta la copa en un brindis que el resto corresponde.
¡Nada mejor que un buen negocio! -exclama León
Difiero, señor Carvajal -objeta Candric -créame, yo he tenido multitud de buenos negocios, pero no son nada, absolutamente nada, comparados con un buen compañero de ventas, si señor. Cuando Marcos y yo hacíamos nuestros primeros intentos en las grandes ligas del acero, pocos contratos nos duraban, ah, pero nunca nos rendimos, no te rindes si tienes un amigo que te eche el cable para que las cosas funcionen...
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Cinco días
أدب الهواة¿Cuántos días se necesita para enamorarse de una extraña? Las vidas de Juliana y Valentina caen en picada, hasta que sin saberlo, sus destinos se entelazan sobre el mar bravío previo a la tormenta ofreciéndoles una última salida. ¿Tendrá su amor la...