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YoonGi había regresado a la mesa junto a sus fans, sin embargo todo era diferente ahora. Su estado de ánimo había cambiado drásticamente, de estar sufriendo un ataque de celos paso a estar ahogándose en su propio lío que era si cabeza.

—¿YoonGi oppa, se siente bien? —La voz de una de sus fans lo hizo aterrizar nuevamente al mundo.

—Sí.

El rapero sólo quería estar solo. Realmente desea poder pensar y analizar la situación que acababa de vivir. Decir que no tenía miedo era una total mentira, se estaba muriendo por dentro.

Pasaron alrededor de cinco horas cuando el segundo mayor de todos los chicos se encontraba encerrado en la habitación sentado en una de las orillas de está mirando la pared fijamente.

Te amo.

Te amo.

Te amo.

Esas dos palabras causaban que YoonGi se sintiera tan fuera de sí. Creía que con tan sólo haberlas escuchado había dejado de ser él. Todo era tan confuso para el rapero que no sabía cómo enfrentar la situación.

—Díganme que no es cierto —susurró con desesperación—. Todo fue un sueño; JiMin no sería capaz de decir aquellas palabras, al menos no tan rápido, ¿O sí? —Llevó sus manos hasta enterrar sus dedos en su cabello para comenzar a dar leves tirones de él —Esto debe ser una broma, una simple broma.

Él gustaba de JiMin, realmente creía que estaba empezando a quererlo más allá de lo que alguna vez se imaginó. Pero no era más que eso, sólo pensaba que todavía no lo había llegado a querer tanto como para que se volviera un amar. Claro que él no se cerraba a la idea de que podría llegar el día en el que sus sentimientos ya no podrían ser expresado con un Te quiero, sino con un Te amo.

—Dios, JiMin, ¿por qué me haces esto?

Por otro lado, el pelirosa estaba encerrado en la habitación en la que se guardaban todos los productos de limpieza que tenían. La oscuridad lo hacía sentir tan bien que ni siquiera había pensado en encender la luz.

—¿Fui demasiado rápido?

Las lágrimas volvieron a salir como hace ya varias horas. Sus ojos se encontraban rojos e hinchados dando a conocer que ya llevaban rato desprendiendo ese líquido salado que sólo hacía sentir al pequeño débil.

Realmente él no había pensado con la cabeza fría lo que estaba diciendo. Él no estaba conciente de que era lo que se debía decir y lo que no, pero bien dicen que los sentimientos por más que quieras, no se pueden ocultar. JiMin amaba demasiado a YoonGi como para seguir manteniendo el secreto de que lo hacía, así que se podría decir que estaba cegado de amor.

El pequeño no estaba seguro de lo que sucedería después de lo que pasó tiempo atrás, sólo una cosa estaba más que clara: ya nada volverá a ser igual.

Celos || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora