•18• [FINAL]

13.4K 1.1K 102
                                    

—¿Qué sucede? —NamJoon harto de ver cómo la pareja se ignoraba decidió hacerle frente al problema para solucionarlo.

YoonGi miraba un punto fijo en la pared sin prestarle atención a NamJoon. No quería hablar acerca de eso, y mucho menos con él.

—YoonGi, más vale que me digas si no quieres que vaya a preguntarle directamente a JiMin.

De pronto le dieron unas ganas inmensas de lanzarse por esa ventana que se miraba provocativamente tentadora. Quizás así se solucionarían todos los líos que tenía en la cabeza.

Sí, tal vez eso sería mejor.

—¿Me estás escuchando? —Ahora el líder estaba molesto—. Dime de una vez el problema.

Hubo un silencio después de esa exigencia de parte de ese chico que rapeaba muy bien y simplemente YoonGi trató de encontrar las palabras correctas para explicar la situación.

—JiMin dijo que me amaba.

Al parecer no se le había ocurrido una mejor forma de hacerlo más que ser directo.

En ese momento las facciones de NamJoon cambiaron por completo. Estaba impacto, y más porque creía que era demasiado pronto para decir aquello, pero era aceptable.

—¿Qué le dijiste?

—¿Qué querías que le dijera? No supe cómo actuar y sólo huí. Fui un cobarde.

El silencio volvió a apoderarse de la habitación, dejando sólo unas incómodas miradas que YoonGi le daba a NamJoon y viceversa.

—¿Y qué vas a hacer? —NamJoon tomó una pequeña pelota que estaba tirada en el piso para empezar a jugar con ella.

—No lo sé —La voz del pelinegro sonaba algo extraña—. No quiero lastimar a JiMin.

—Pero lo estás haciendo.

—Pero no quiero.

—YoonGi, se honesto, ¿realmente no quieres a JiMin más allá de un te quiero?

—¿Crees que no me he preguntado lo mismo? —Ahora era el mayor en edad quien estaba enojado—. No sé qué siento en este momento por JiMin. Sé que lo quiero, eso está más que claro, pero no sé si sea ese más allá de eso.

—¿Y por qué no le dices eso?

—¿Y decepcionarlo? No, gracias.

—Si no le dices lo que sientes lo lastimarás aún más de que si se lo dijeras —NamJoon dejo la pelota a un lado para posar una mano en el hombro de su compañero—. Al menos piénsalo, sé que te darás cuenta de que es lo que debes hacer —Le dió una palmada antes de salir de aquella habitación.

YoonGi se quedó pensando en aquello que le dijo NamJoon, tal vez podría tener las razón. Se acostó en su cama y miró el techo creyendo que éste le daría solución a sus problemas.

Unos toquidos en la puerta hizo que dejara de hacer lo que estaba haciendo y para soltar un adelante. A los pocos segundos se asomó una cabellera pelirosa y el corazón del rapero comenzó a latir aceleradamente.

—¿Podemos hablar? —JiMin jugaba nerviosamente con sus dedos.

YoonGi quería decir algo pero simplemente no podía. Dió un pequeño asentimiento y trató de controlar a su querido cuerpo que estaba reaccionando a cada acción que hacía el pequeño.

—Yo sólo quiero disculparme, sé que... —YoonGi lo interrumpió.

—Te quiero, JiMin.

—¿Eh?

—Te quiero, y sé que algún día llegaré a amarte —El mayor hizo una pausa—. Así que, por favor, no te disculpes. Yo soy el que debe pedir perdón, no estuvo correcta la forma en la que me comporté hace poco —Sin esperar más, poco a poco se acercó al pelirosa para tomarlo de la cintura—. ¿Puedes perdonarme?

JiMin no sabía que decir, jamás se esperó aquello; él ya daba todo por terminado.

—Yo...

—Por favor, prometo que no volverá a suceder.

—Esta bien.

YoonGi juntó sus labios con los de JiMin de un momento a otro, impidiéndole a este último tomar un poco de aire. Sus labios se movían con fervor, demostrando que el tiempo que estuvieron separados el uno del otro se estrañaban con intensidad.

Cuando terminaron de besarse YoonGi pudo observar una nueva pulsera en una de las manos del pequeño y le dió un poco de curiosidad saber de qué se trataba.

—¿Qué significa?

—Me la regaló JungKook, es un símbolo que representa nuestra amistad —La voz del pelirosa sonó un tanto emocionada.

Y otra vez estaba ahí, esa molestia sensación de gritarle a todo el maldito mundo que JiMin era suyo y de nadie más. Intuitivamente acercó su boca a el cuello del pequeño para darle una mordida que dejará alguna marca.

—¿Si sabes que eres mío, verdad?

—Probablemnte sí, probablemente no; quién sabe.

Dios, este chico lo haría morirse de celos algún día.

•••
¡Gracias por darle una oportunidad a la historia!

Celos || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora