💀028💀

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Se miraron fijamente y juraban que en sus pupilas podían ver el alma del otro, así solían ser las cosas entre TaeHyung y HoSeok, eran puras y claras, fuertes y cálidas. Los labios de TaeHyung delinearon la quijada de su mayor suavemente y con su nariz recorrió el rostro de su novio, lo estaba amando silenciosamente, probablemente ni siquiera él lo había notado.

Estaban acostados en la cama de TaeHyung, al parecer, a su mamá no le molestaba que trajera "amigos" a su hogar pues al único que conocía era SeokJin. Todo estaba calmado entre ellos, se dirigieron una sonrisa y se besaron los labios con un cuidado impresionante, deseaban que el momento durara para siempre, sólo así, ellos dos. Las cosas eran mejores cuando nadie interrumpía, cuando podían ser ellos mismos sin problema alguno.

— Eres la existencia más preciosa del mundo, TaeHyung.— Depositó suaves caricias por todo su rostro. — Eres esa estrella en mi vida que espero nunca se apague.

— No lo haré, Hoppi, haré todo lo posible para seguir brillando, sólo para ti, siempre.

Tal vez para algunos podría ser demasiado y, realmente así era, pero para ellos era la porción perfecta pues sabían que habría más de donde vino, siempre habría mucho más, una cantidad interminable de cariño y calidez.

— Creo que eres tu, definitivamente, eres tu. — Retomó el castaño de facciones curiosas.

— ¿Soy yo?, ¿A qué te refieres?— Estaba curioso al respecto, la forma tan decidida en que su novio había establecido sus palabras era extraño.

— Eres tu, eres tu esa persona con el derecho de romperme, puedes hacerme pedacitos una y otra vez si es que así lo deseas, si es que así conspira el universo, pero no me alejaré de tu calor.

Una suave risa bailó por los belfos del menor dejando en claro que, aunque Hoseok hablaba en serio, había una cierta incoherencia en sus declaraciones.

— Te dije que quiero que esto funcione, que sea bueno y sano para ambos, si las cosas fueran como tu las dices no sería así. — Le besó dulcemente los labios. — No voy a herirte, no quiero romperte y mucho menos deseo tu dolor, quiero lo mejor de ti en mi, y de mi en ti. —Sonrió de forma distinta, calmado, anhelando. — Quiero crecer contigo, quiero aprender a amarte, lento y amable.

El fuerte abrazo que de repente lo aprisionó realmente lo tomó por sorpresa pero, obviamente, era bien recibido. Se acurrucó en el amor contrario respirando ese aroma tan característico de Hoseok, olía a hogar, sin duda.

Sabía que esa calidez era su hogar, esos brazos comprensivos eran su lugar en el mundo, Hoseok era su destino.

[...]

— Buenos días, precioso conejito.— Recitó el moreno una vez observó que su menor abría los ojos, juraba que podría vivir ese momento una y otra vez sin ningún inconveniente.

— ¡Hyung!— Tenía un poco de energía sobrante pues al inicio no recordaba precisamente que hacía durmiendo en aquella casa ajena a sí mismo. —Buenos días, ¿Ya es tarde?

— Aún no pero debemos alistarnos, tienes un examen importante y no permitiré que llegues tarde.

El mayor dejó una suave caricia con sus labios en las mejillas del joven e inmediatamente se levantó de aquella cama matrimonial para poder alistarse. Tomó su uniforme que permanecía siempre planchado y colgado en su armario para después dirigirse al baño.

— Deberías aprovechar el momento para cambiar tu ropa también, prometo no espiar, cielo.

Jungkook no respondió al instante pues un sentimiento extraño se alojó en su pecho, algo con lo que no solía lidiar a menudo. Dio un asentimiento con los labios y prontamente se vistió con su uniforme.

Le encantaba que Kim NamJoon era comprensivo con el en todo momento, el simple hecho de cambiarse en habitaciones distintas ya era un acto muy dulce a sus ojos.

No entendía muy bien como terminó durmiendo en la misma habitación que el moreno pero, si algo sabía con certeza era que jamás agradeció tanto la nula atención que su madre le brindaba como lo hizo la noche anterior.

Sufrió un ataqué de nerviosismo, más comunes en el de lo que creen, y solamente pudo tranquilizarse en los brazos de su, ahora, novio.

A la madre de NamJoon no pareció importarle ese hecho tampoco, pues, a su vista ellos eran sólo buenos amigos pasando un rato juntos, mostrándose un apoyo incondicional aunque, de alguna forma, su corazón le informaba que ese par no eran sólo amigos.

Una vez que ambos estuvieron listos para partir salieron del hogar, no sin antes despedirse de esa mujer tan dulce, y caminaron hasta la escuela con tiempo de sobra.

Todo iba bien pero automáticamente sus ojos notaron que un grupo de estudiantes de último año llevaban a un joven de tercero a la parte escondida de la escuela.

A sus mentes llegaron la situación del pequeño Jimin así que se acercaron de forma sigilosa logrando escuchar los gemidos de dolor del joven, le, estaban dando una paliza. Jungkook instintivamente buscó acercarse para apartarlos pero NamJoon lo retuvo, eran cinco y ellos sólo dos, era una batalla perdida.

Con la rabia atorada en su corazón tuvieron que irse del lugar, tal vez con todos sus amigos presentes lo hubiesen logrado detener, ¡Maldita impotencia!

La bestia ~YoonJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora